Uliche, un platillo tabasqueño para honrar a los antiguos dioses

Tabasco es tierra de tradiciones y de una rica gastronomía, compuesta por platillos mestizos que son producto de la mezcla de la cocina indígena y europea, entre los cuales se pueden encontrar el pejelagarto asado, el pozol, los tamales tabasqueños, y muchos otros más.

En esta ocasión, te vamos a hablar de chulkab (caldo bendito) o uliche, un plato ceremonial de origen prehispánico que tiene una íntima relación con la región y que encierra mucha de la cosmogonía de los pueblos indígenas que todavía la habitan. 

Preparado por los chontales en Día de Muertos, el uliche es acompañado por un ritual, en el cual, este debe ser ofrecido por una persona mayor de edad a los antiguos dioses para evitar que vayan a importunar a los espíritus de los fallecidos, quienes que se encuentran de visita en esos días.  

El uliche se puede encontrar en los municipios de Nacajuca, Jalpa de Méndez, Macuspana y Centla, todo ellos pertenecientes a la denominada zona chontal. 

Las creencias de este pueblo dictan que, tras preparar el uliche, este debe ser compartido entre invitados, pues de lo contrario, las almas se ofenderán, por lo que cuando hay una olla llena de este mole, nadie se niega a ofrecerlo o a recibirlo. 

De acuerdo con la tradición, el uliche se prepara desde muchos años antes de la llegada de los españoles, por lo que su preparación e ingredientes prácticamente siguen siendo los mismos desde que se tiene registro de este platillo. 

Los materiales nativos predominan esta especie de caldo, que está preparado con carne de guajolote (aunque muchas veces se usa res, cerdo o pollo), tomate, chile dulce, chile amashito, cebolla, ajo, comino y semillas de calabaza molidas. La preparación necesariamente debe hacerse en ollas de barro, las cuales le otorgan un sabor ancestral e inigualable. 

¿Qué dices, delicioso, no?  

Con información de México Desconocido y Larousse Cocina.

JMCG