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“Yo no olvido al año viejo / Que me ha dejado cosas muy buenas / Ay, yo no olvido al año viejo / Porque me ha dejado cosas muy buenas / Me dejó una chiva / Una burra negra / Una yegua blanca / Y una buena suegra”, sonaba en la radio en aquella tienda de piñatas donde el cronista entró a preguntar por el costo de un “viejito”.

“Hay de varios precios, según el tamaño” –contestó aquel hombre. La canción terminaba y el locutor de la estación de radio tropical retomaba la perorata mientras animaba a la audiencia a solicitar sus canciones.

En redes sociales circulaba el saldo del fin de año: un muerto en el Anillo Periférico, una casa incendiada por una “bombita” en la Dolores Otero y un ladrón de pavos en Samahil. Además, el último día del 2018 se caracterizó por un frenesí comercial que se centró en los supermercados.

“¿Hay alerta de huracán?” –preguntó el cronista a una desconcertada cajera en el supermercado.

“¿Eeeeh? ¿Por qué pregunta eso?” –respondió la empleada.

“Porque veo que hay compras de pánico, ¡bum, vaaaaaaamonos!”.

La bromita del cronista hizo reír al empacador, pero no a la cajera. Ella lo miró como con asco.

Y mientras el cronista revisaba las redes sociales, le llamaba la atención el caso de “Wicho”, un sujeto que en completo estado de ebriedad intentó afanarse de un pavo ajeno en un domicilio de la calle 20 por 27 y 29 de Samahil.

Estaba tan borracho que una anciana de nombre Maximiliana Magaña, propietaria del ave de corral, lo atrapó en flagrancia y lo entregó a la policía. El destino del “amigo de lo ajeno” fue la cárcel; el del pavo no se supo.

Luego el del tipo que incendió su casa en la Dolores Otero, resultó que quiso gastarle una broma a su padre y acabó como Nerón con Roma.

El cronista se preguntaba cómo es la naturaleza humana de querer autodestruirse sin qué ni para qué. Ya se imaginaba el reventadero de muñecos de trapo rellenos de petardos por la noche. Y eso que el cronista pagó cara la osadía de prender un “espanta suegras” la noche del 25 de diciembre, porque el “barrepié” le saltó justo enfrente y le quemó un dedo.

Muerte en el Periférico

También el asunto del sujeto que se mató en el Periférico Poniente cuando perdió el control del automóvil y se estampó contra dos árboles. Acabó en sentido contrario y con su vida de una manera tan tonta. Con ello, las muertes en esa vía durante el 2018 llegaron a 31.

Y, por otra parte, el resto de la gente, la inmensa mayoría, sólo pensaba en la fiesta del fin de año. En las uvas y en el brindis. Y hasta en el ‘meme’ que decía: “Sabes que ya creciste cuando el 31 te agarras a putazos con tus tíos por el terreno del abuelo”.

Más allá de eso, en el panorama comercial ayer fueron pocos los que anduvieron de compras en tiendas departamentales, más bien casi todos fueron por la cena de Año Nuevo y, por lo que se observó, numerosas familias decidieron cambiar el pavo por carne.

Productos como el romero y otras hierbas de olor como el tomillo, así como las cebollas cambray se acabaron en muchos lados. Esos productos suelen acompañar las carnes asadas al carbón. También se notó una amplia demanda por lechugas y remolachas.

En materia de bebidas alcohólicas, mucha gente acudió a comprar vinos tintos o blancos, caros y baratos. Los pudientes adquirieron whiskies, los cuales estuvieron de oferta. Por ejemplo, había Buchanan´s con una botella de Don Julio, y Chivas Regal de 12 años con una pequeña del Chivas Extra, el rojo.

Botanas, volaron

Asimismo, se registró una elevada demanda de bolsas de hielo, frituras, botanas, aceitunas y uvas, sean rojas o verdes, con o sin semilla y de varios precios, desde 69 hasta 90 pesos, según la variedad y el lugar donde fueran compradas.

Y en la jornada del último día abrieron bancos y hubo enormes filas en los cajeros automáticos, de modo que la policía redobló la vigilancia.

Pero el frenesí fue acabando poco a poco por la tarde, a partir de las tres, cuando ya sólo quedaba uno que otro despistado que deja todo para el último momento, mientras en la radio volvía a escucharse el éxito de Tony Camargo: ¡Ay, yo no olvido al Año Viejo!

(Rafael Gómez Chi)