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Cada 14 y 15 de julio, cientos de personas de Sinanché y pueblos circunvecinos se vuelven a reunir masivamente en la iglesia para festejar a San Buenaventura, patrono que se encuentra de festejo desde el pasado 5 del presente. Antes de las 11:00 de la mañana, los fieles creyentes comenzaron a arribar al templo para presenciar la ceremonia que se llevaría a cabo.
Como es costumbre en esta fecha especial en la localidad, quienes residen en otros estados como Campeche, Quintana Roo e incluso en los Estados Unidos comenzaron a llegar desde una noche antes para poder participar en esta celebración de fe y devoción luego de tres años de no acudir a los festejos religiosos a causa de la pandemia del COVID-19.
De acuerdo a la historia de la imagen, la noche del 14 y madrugada del 15 murió San Buenaventura, es por ello que son dos días de procesión y celebración mayor. Antes de que las campanadas remataran, la iglesia lucía repleta de personas, pues se estimaba que había alrededor de 800 presentes entre chicos y grandes, algunos de ellos vestidos con terno y guayabera.
Durante la emotiva celebración, el párroco agradeció por un año más estar presentes en estos festejos que llevan siglos realizándose en el poblado y que hasta la fecha sigue vigente. Al culminar la eucaristía, ingresó al templo el mariachi para deleitar en el altar que era se encontraba repleto de arreglos florales a la imagen, mientras se preparaba para la procesión.
Las altas temperaturas no fueron impedimento para que los fieles creyentes no salieran a recorrer varias calles de la localidad para acompañar a la efigie en su tradicional paseo que duró cerca de 60 minutos. Más de 10 hombres cargaban en sus hombros al patrono como marca la tradición. Quienes no pudieron unirse al recorrido, procedieron a quedarse en el templo a esperar su ingreso de nueva cuenta.
El mariachi junto a la charanga, deleitaba el paseo. Mientras que los fuegos artificiales y las campanadas de la parroquia daban aviso de una procesión. La ciudadanía que estaba en casa salió de sus moradas para presenciar el paso del santo patrono. Luego de un largo trayecto, la grey católica retornó al templo para poder colocar a la imagen de nueva cuenta en su altar y continuar el deleite con el mariachi y todos los presentes.
El gremio de nombre “El gremio del 14” comenzó a alistarse para salir de la iglesia y dirigirse a la vivienda que se encargó de recibir a los habitantes que siguieron el festejo, en donde se hizo repartición de tacos de cochinita pibil y horchata artesanal tal y como lo marca la tradición de la localidad.
Para el viernes que es el segundo día de festejo, se llevará a cabo la misma dinámica que se llevó a cabo un día anterior, la imagen volverá a salir de su templo para recorrer las calles de la localidad y esperar hasta el 23 del presente cuando se efectúa su subida y culmine su festejo.
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GC
