Paraíso Sisal: Víctor Campos Agüero único responsable legal

Documentos de la Semarnat establecen que Víctor Manuel Campos Agüero es el único responsable legal del proceso de urbanización de Paraíso Sisal
viernes, 3 de marzo de 2023 · 08:28

Víctor Manuel Campos Agüero es el único responsable legal del proceso de urbanización y su respectivo desarrollo en la electrificación, ampliación del camino existente y apertura de una nueva vía de acceso, todo lo que dio origen al gran bien inmobiliario llamado Paraíso Sisal.

No sólo ha fungido como representante legal de la inmobiliaria del mismo nombre, que lleva en mancuerna con su hermano Daniel, sino también por los predios que, hasta 2018, se acreditaban a los Barbachano Herrero en el proyecto 31YUC2017UD085 de Impacto Ambiental.

Así se señala en el Resolutivo en Materia Ambiental, Oficio: 726-4/UGA-00098, con fecha 26 de febrero del 2018, en el que se establece una serie de condicionantes para la obra autorizada y varios “deberes” para el propio Campos.

Tras más de una década de cambios inexplicables en la zona costera que hoy se levanta con el nombre de Paraíso Sisal que, entre otras cosas, fue sustraída de una zona protegida por sus humedales con interés de carácter internacional, adscrita como Sitio Ramsar, así como de la Reserva Estatal El Palmar; el responsable total de las acciones referentes a la “Urbanización, electrificación, ampliación de camino existente y apertura de un nuevo camino de acceso para un predio formado por los tablajes catastrales: 1896, 2888, 2889, 4802, 4803, 4804 y 5565 denominados Paraíso Sisal”, es Víctor Manuel Campos Agüero.

El empresario restaurantero (dueño de las firmas La Recova y La Parrilla, con intereses económicos en Yucatán y Quintana Roo) funge en el documento del resolutivo oficial como representante legal de Inmobiliaria Paraíso Sisal S.A. de C.V., de Fernando Eugenio, Isabel Barbachano Herrero y Carmen Barbachano y Gómez Rul.

Por tanto, a Víctor Manuel Campos se le responsabiliza de cumplir las condicionantes, así como “todas y cada una de las medidas de prevención, control, mitigación y restauración propuestas en la Manifestación de Impacto Ambiental, Modalidad Particular presentada”.

Con el objetivo de cumplir las leyes locales, en lo que se refiere a la construcción y operación de desarrollo inmobiliario, cuidando -como establecen los reglamentos- “no rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones jurídicas relativas a la preservación del equilibrio ecológico y la protección al ambiente”.

Las cláusulas

De tal forma, que el representante legal quedó sujeto a varias cláusulas, entre ellas la vigencia de dos años para la urbanización y 20 años de operación de la misma; según se lee en el documento de 42 páginas.

Tal manifestación, no le autorizaba ampliación alguna al tipo de obra o actividad a lo establecido en el plan evaluado, por lo que cada subproyecto tendría que ser notificado, en caso de que el promovente (Campos y Barbachano) decidiera realizar algo diferente a lo permitido.

Es así que la escalada de Manifestaciones de Impacto Ambiental, se preveía; lo cual queda a simple observación en 2023, en forma de varias construcciones que ahí se levantan. Sitio donde originalmente se planteó la lotificación de 416 espacios.

En cuanto a la operación y mantenimiento, a Víctor Manuel Campos Agüero se le mandó que “debería instalar letreros informativos del área destinada a su conservación, describiendo la función que desempeñan”, se le pidió delimitar áreas de conservación para no ser afectadas; así como realizar un monitoreo ambiental durante la ejecución del proyecto.

También debería cumplir con los programas de rescate de flora y fauna, así como con reportes semestrales al respecto.

La duración del plan original de urbanización se estimó en dos años y en dos décadas la vigencia de la obra autorizada, tiempo en que los deberes de Víctor Campos estaban muy claros en el resolutivo de la Semarnat: “el C. Víctor Manuel Campos Agüero será responsable ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, de cualquier ilícito, en materia de Impacto Ambiental, en el que incurran las compañías o el personal que se contrate para efectuar las actividades del proyecto”. 

Para Sisal, el Paraíso lotificado de los Campos Agüero, con los tablajes catastrales de los hermanos Barbachano Herrero, fue punta de lanza para detonar la construcción de infraestructura habitacional y turística en esa zona costera de Hunucmá. Un estado que parece irreversible, que minimizó una reserva protegida y que hoy pinta en -los planes comerciales de Inmobiliaria Sisal- como una gran mole en ciernes sobre una parte del Pueblo Mágico yucateco.

Continuará...

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CC