UADY inicia proceso de elecciones para reemplazar al Rector y 17 directivos

José de Jesús Williams estaría abandonado el cargo luego de 8 años de estar al frente de la máxima casa de estudios de Yucatán
domingo, 25 de septiembre de 2022 · 10:43

Luego de ocho años de una “tibia” labor al frente de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) por parte de José de Jesús Williams, inicia al fin el proceso para elegir a su sucesor, que tendrá la dura tarea de revertir la costosa tarea administrativa realizada en este tiempo y llevar a cabo los planes urgentes que el hasta ahora decano dejó en el limbo.

La UADY publicó la convocatoria oficial para el registro de aspirantes, el proceso de votación será el 10 de noviembre próximo, durante la sesión extraordinaria del XIX Consejo Universitario, en punto de las nueve horas por parte de los 23 consejeros directores, los 17 consejeros alumnos y 17 consejeros maestros.

Hasta el momento dos integrantes de la UADY han mostrado deseos de ocupar el cargo; el nuevo rector tomaría posesión el primero de enero del 2023, para un período de cuatro años y con una alternativa para poder reelegirse en un segundo lapso por cuatro años más.

Los que aspiran son el “delfín” Carlos Estada Pinto, quien es exdirector de la Facultad de Ingeniería Química, y hasta hoy titular de la Dirección General de Desarrollo Académico, y quien por cierto desde julio pasado comenzó su campaña con reuniones con diferentes integrantes del Consejo Universitario para ganar su voto.

También está Renán Ermilo Solís Sánchez, exdirector de la Facultad de Derecho y actual abogado general de la universidad, quien incluso busca siempre señalar en sus discursos que se debe volver los ojos a la visión que el fundador, Felipe Carrillo Puerto, tuviera con la universidad, como una forma de hacer conciencia para retomar los principios funcionales de la institución y dejar a un lado el modelo avinagrado de mediocridad revestida de academicismo de la actual rectoría.

Cabe señalar que el pasado jueves el abogado Renán Solís presentó el libro “Amparo y Argumentación Jurídica”, coordinado por la oficina del abogado general de rectoría, en el campus de la Facultad de Derecho, donde brilló por su ausencia José de Jesús Williams, a pesar de que este evento formaba parte de la conmemoración de los 100 años de la Universidad.

Para personal de la UADY que se opone a la continuidad del proyecto de Williams, este cargará una pesada losa por un inadecuado manejo en el uso de los recursos públicos: En sus ocho años al frente de la casa de estudios no pudo trasladar la Facultad de Contaduría y Administración al Campus de Ciencias Sociales y completar el trabajo que sus antecesores comenzaron al unir las diferentes facultades en campos del conocimiento.

La postura oficial de la UADY es que “el presupuesto se ha ido ajustando según las necesidades y prioridades” y mientras otras universidades del país redujeron su presupuesto para este 2022, la casa de estudios en el Estado no se apretó el cinturón y recibió dos mil 644 millones de pesos, que contemplaban la conclusión de proyectos e infraestructura.

Al parecer esas “necesidades y prioridades” solo se reflejaron en un excesivo gasto administrativo, como por ejemplo los sueldos del rector y los principales directivos.

Cabe recordar que en el año 2020, el rector y 17 directivos de la casa de estudios fueron exhibidos porque ganaban más que el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con sueldos excesivos por parte del rector Williams y los directivos José Luis Villamil Urzaiz y Manuel de Jesús Escoffié Aguilar, quienes ganaban más de 200 mil pesos mensuales.

Al darse a conocer esos elevados montos, el rector José de Jesús Williams se vio obligado a anunciar un programa de austeridad que incluyó reducir 43 mil pesos mensuales de su sueldo, por lo que presumió que solo cobraría 140 mil pesos al mes, salario aún mayor el del Presidente y que se ha incrementado con el aumento salarial que ha tenido la UADY en estos dos últimos años.

Otro problema que infla la nómina de esta casa de estudios es el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a los trabajadores que tienen fecha de ingreso anterior al 1 de enero de 1999. En los recibos de nómina del personal aparece esa cantidad como percepción, aunque luego aparece como deducción. Se da y se quita simultáneamente.

Además, hay otros rubros que inflan considerablemente los ingresos de una parte del personal, como compensaciones, “remuneración” (nada tiene que ver con el sueldo base), antigüedad y otras prebendas. Hay también trabajadores con dos y hasta cinco plazas y en la nómina figura un selecto grupo de 43 personas que reciben “remuneración” como exfuncionarios y sobresalen seis que perciben, adicionalmente, una compensación como funcionarios actuales.

Lo que más critican sus opositores es que Williams terminará su gestión sin realizar ninguna obra, a pesar del amplio presupuesto y que al tomar protesta hace ocho años se comprometió, entre otras cosas, a concluir el proyecto donde el principal y único pendiente era el traslado de la Facultad de Contaduría.

El actual rector se justificó diciendo que hacían falta recursos para finalizar la obra, aunque se destacó que tenía más del 85 por ciento de avance. Mientras tanto, en la facultad a los alumnos de nuevo ingreso se les prometió año con año que el próximo ciclo escolar inaugurarían las nuevas sedes, pero todo quedó en ilusión ante la falta de interés del rector de cumplir su promesa.

La reorganización de las facultades en diferentes campus comenzó en la gestión de Alfredo Dájer Abimerhi (2007-2014), con el objetivo de hacer más eficientes los recursos, principalmente en la contratación de maestros, y lograr un mayor ingreso de estudiantes.

De esta manera se integró el Campus de Arquitectura, Hábitat, Arte y Diseño, frente al parque de Mejorada; el Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias donde estaba la facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia; el Campus de Salud en edificios cercanos al parque de La Paz; el Campus de Ingenierías cerca de la salida a Progreso, y el de Ciencias Sociales, Económico-Administrativas y Humanidades donde se encuentran las facultades de Antropología, Derecho, Psicología y Economía y la obra negra de la de Contaduría y Administración.

En el inicio de la gestión del actual rector, en 2015, la previsión era que el proyecto culminaría en 2017. Cuando se llegó a esa instancia se aplazó un par de años más, para 2019, aceptando que se tenía un serio atraso.

Después resaltó que la pandemia condicionó el accionar de la institución educativa en los dos últimos años y en el de este año se privilegió un regreso seguro a las clases presenciales, a la vez que se organizaron diferentes actividades híbridas y virtuales en el marco de su centenario, sin que haya planes de fijar la mudanza de la Facultad de Contaduría. José de Jesús Williams termina su periodo al frente de la casa de estudios sin cumplir sus promesas y en el aire quedó la frase “este año es el bueno” para todo el plantel universitario.

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CC

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