Abuelita de Peto busca compartir a los jóvenes su amor por las matemáticas

“La edad es sólo un número más”, afirmó María Teresa Rivero Flores, quien, desde Peto, Yucatán, a pesar de contar con 85 años de edad, aún se siente con entusiasmo para transmitir su amor a las matemáticas a las nuevas generaciones.

Nacida en el mes de octubre de 1936, a lo largo de su vida y sobre todo en su juventud, María Teresa desarrolló el oficio de secretaria administrativa; conforme fueron pasando los años, el amor a las matemáticas y las ganas de mantenerse en constante aprendizaje la llevaron a adentrarse más en la ciencia de Pitágoras.

María Teresa sostuvo: “Una de las cosas que a mí me motivó a estudiar esta materia fue ver cómo las nuevas generaciones iban a la escuela, pero por el gran número de alumnos carecían de una orientación sobre sus dudas o de una retroalimentación sobre aspectos específicos relacionados con las matemáticas, debido tal vez a que son un poco más complejos. Toda mi vida me han gustado los números, así que no lo pensé más y me dije a mí misma: si me quedo acostada en casa puedo ser candidata para las enfermedades, hay que mantenerse activos”.

La octogenaria añadió estar a disposición de los jóvenes para ampliar sus conocimientos acerca de temas relacionados con las matemáticas, por lo que ahondó: “Ahora estoy creando mi material relacionado con las multiplicaciones, divisiones, quebrados, números primos, al igual que números pares. Debido a la edad sí me lleva un poco más de tiempo elaborarlo, ya que debo tener información que no contenga error alguno”.

Amablemente indicó que en su domicilio, ubicado en la calle 31 por 44 de la colonia Esperanza, pueden asistir padres de familia en compañía de sus hijos para ponerse al día con las asesorías que brinda, y añadió que no cobra nada por estos cursos, al contrario, “para mí sería un honor que el día de mañana las nuevas generaciones señalen que tienen un amplio conocimiento en matemáticas por mí, una facilitadora de 85 años”.

Por último, indicó que actualmente en las escuelas hay docentes dedicados únicamente a enseñar sin preocuparse si los alumnos se empapan de conocimiento, así como hay otros preocupados porque los educandos aprendan; sin embargo, estos últimos son escasos y por tal razón los padres de familia deben estar pendientes de que sus hijos pongan empeño a sus estudios.

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CC