Artesana de Sotuta, Yucatán envía sus bordados hasta el extranjero

Marbella Alonzo Dzul lleva más de 43 años dedicada a la elaboración de hipiles y ternos
jueves, 11 de noviembre de 2021 · 13:28

La artesana Marbella Alonzo Dzul señala con orgullo que sus creaciones son solicitadas en Tabasco, Sonora e incluso en los Estados Unidos, donde exporta más de 500 ternos y 5 mil cubrebocas bordados.

La sotutense destaca que lleva más de 43 años dedicada a la confección de hipiles y ternos, así como de vestidos y blusas bordadas, y añadió que no ha sido fácil tener su propio negocio debido a las dificultades que ha sorteado a lo largo de su vida; sin embargo, ha logrado cautivar a visitantes nacionales y extranjeros que le solicitan sus diseños para venderlos en sus localidades.

Alonzo Dzul sostuvo que desde los 10 años observaba cuáles eran las técnicas que su madre Paulina Dzul empleaba y empezó a tomarle gusto con sólo verla elaborar los vestidos y accesorios, por lo que desde esa temprana edad “probé por primera vez bordar y me fue bien, seguí haciéndolo hasta dominar esta práctica; mi madre fue mi inspiración para que decidiera aprender, pues desde el primer instante a ella le fascinó este arte y me transmitió la emoción y el cariño por este oficio”, externó.

La mujer recuerda que mediante esa labor ha logrado sacar adelante a su familia, principalmente a tres hijos.

Indicó que decidió ser bordadora profesional, por lo que aprendió nuevas técnicas y realizó prendas más complicadas para poder venderlas y, con eso, pagar los gastos de su hogar; no obstante, nunca imaginó que su arte trascendiera las fronteras de su pueblo.

“Tuve que hacer varias cosas, desde vender antojitos hasta mercancía por catálogo, pero cuando mis amigos y mi familia dieron a conocer mi trabajo entre sus amistades me empezó a ir muy bien y pude lograr mandar mis productos a Campeche, Sonora, Tabasco, Los Ángeles, California, entre otros lugares”, sostuvo.

En su pequeño local vende desde hilos, cintas, cierres y todo tipo de material para costura, el producto que le piden son los encajes, hilos y telas blancas cuando hay algún fallecimiento en la localidad; gente de distintos poblados vecinos e incluso comisarías la busca para que les confeccione blusas, hipiles o ternos.

Aparte de realizar bordados a máquina, también hace punto de cruz, una técnica muy valorada por extranjeros, pues Yucatán es famoso por este tipo de bordados.

Durante la contingencia por el COVID-19 sus ventas bajaron drásticamente debido a que sólo asistían 15 personas al día y para la cuarentena ya nadie la visitaba, hasta que en una ocasión un doctor se presentó a su local y cambió el rumbo de su vida.

“Él llegó y preguntó si no vendíamos cubrebocas, lamentablemente yo no tenía en ese instante, pues nunca se me ocurrió elaborar esas prendas, luego de que él se retirara le comenté a mis hijas que eso era buena venta y así iniciamos la producción de cubrebocas de hilo contado y punto de cruz, lo cual fue muy pedido no sólo en Sotuta, sino en varias ciudades”, relató Marbella.

A la fecha, Marbella no ha encontrado a su sucesora para dejarle esta rica herencia del arte del bordado, pues de sus tres hijos, dos son mujeres y a ninguna le apasiona el bordado. 

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CC