Fandango por la lectura Afro

El pasado 5 de diciembre, la Doctora Beatriz Gutiérrez se presentó en el Fuerte de Bacalar para leer literatura, junto con la gobernadora Mara Lezama; así como Rossana Briceño esposa del primer ministro de Belice; y la titular de la Secretaría de Educación Pública, Lourdes Ramírez, entre otros invitados. Yo estuve presente.

A esa fiesta le llaman Fandangos por la lectura, la cual está dirigida a los niños y adolescentes. Beatriz, la esposa del Presidente López Obrador, ha recorrido el país promoviendo la cultura. Le regalé mi reseña que escribí hace 5 años, sobre su libro acerca de Solón Arguello, un poeta nicaragüense que colaboró con Francisco I. Madero.

En este caso, Belice fue el país invitado, ya que, Quintana Roo comparte frontera con ese país; desde Chetumal, es común que la gente cruce a la zona libre. Quiero resaltar su importancia, por algo que está un poco olvidado: en Belice hay gente afro, es decir, de piel negra, sin decirlo despectivamente, son caribeños, y también tienen en común que, en México, igualmente, hay gente de origen afro, tanto en Veracruz, como en Guerrero, (su Costa Chica la comparte con Oaxaca).

Nací en Guerrero (pero he vivido en Quintana Roo, como muchos guerrerenses), y desde joven escuché hablar de “la tercera raíz” como una forma de reivindicar a los afromexicanos, junto con los indígenas y los de origen español. Los afroguerrerenses tienen sus danzas y música como bandera de identidad, aunque han sido discriminados.

Ellos me evocan a una muchacha especial, se llama Libia Scarlet Moctezuma, quien nació en Acapulco, pero vive en Playa del Carmen, tiene raíces afros, y físicamente se puede constatar por sus rizos, fisonomía y silueta. A ella le fascina la lectura, y se siente orgullosa de su cultura y gastronomía. En la música le gusta la artista Beyoncé, por su forma de interpretar sus canciones, precisamente por ser afroamericana.

A Libia le pusieron así sus padres, inspirados en el país africano. Y precisamente, ella sabe que yo le identifico con la canción África, de la banda de rock pop Toto (una de mis predilectas). También le gusta la poesía de Pablo Neruda, incluso una de nuestras películas favoritas es El cartero, de Michael Radford, inspirada cuando el poeta estuvo exiliado en la isla italiana, y de ahí escribió Los versos del Capitán.

Durante el fandango en Bacalar, Mara Lezama leyó el poema 1821 de Carol Fonseca (Belice), una especie de canto a la libertad femenina, de esa manera me imaginé a Libia, y a esas mujeres que por su “raza” fueron cautivas, por un machismo colonialista, dice: “Mi espíritu recuerda un tiempo 1821, Peggy, la esclava, dicen que era su nombre, desnuda y amarrada a una estaca, marcada y encadenada… hoy su espíritu canta libremente, su alma despliega sus alas… ella recuperó su dignidad, volvió a ser íntegra, Peggy vivió, murió proclamando su libertad…” Al final de ese evento, mujeres y hombres beliceños, del grupo Garifunda bailaron y cantaron al ritmo del tambor, enalteciendo su identidad.

Hace un año, le propuse a Paco Taibo fomentar la lectura en el circuito del Tren Maya, mediante la colección de libros Vientos del pueblo, del FCE. Le agradó la idea. Para el 2024, habrá librerías del Gobierno Federal en varias estaciones del tren, el escritor las va dirigir. Espero colaborar, porque también quiero proyectar fotos y cine de arte, así como conciertos, no solamente ahí, también en las zonas arqueológicas de la Península de Yucatán, y en el aeropuerto de Tulum.

Uno de los libros de dicha colección se titula Los treinta y tres negros, de Vicente Riva Palacio (nieto de Vicente Guerrero, quien tenía sangre “afro”) habla de Gaspar Yanga, el afromexicano que se rebeló en Veracruz, en contra de la corona española. Precursor de nuestra Independencia.