Don Cuco, el último huesero de Acanceh; lleva 83 años curando con las manos

En Yucatán, los oficios de partera, yerbatero y hueseros se encuentra en peligro de desaparecer y con ellos los conocimientos de la herbolaria maya
jueves, 15 de junio de 2023 · 09:54

Los médicos tradicionales de Yucatán están a punto de desaparecer y con ellos sus conocimientos en herbolaria maya. Estimaciones del sector salud revelan que en Yucatán hay poco más de 300 parteras y unos 100 médicos tradicionales, principalmente yerbateros y hueseros.

Sin embargo, sólo hay unos 40 médicos herbolarios mayas con certificación, de los cuales la mayoría son adultos mayores y sólo tres tienen menos de 35 años. Por años, los médicos tradicionales han prestado un gran servicio de salud en las comunidades rurales, sin embargo están sucumbiendo ante la modernidad.

En este reducido grupo se encuentra Edelmiro Medina Castillo, conocido como don Cuco, quien a sus 95 años de edad, aún continúa trabajando con las plantas, un conocimiento que lamenta está en riesgo de desaparecer.

Don Cuco sostiene que la medicina tradicional es buena, pero no recibe el valor que debería tener en el Estado, “hace falta mayor apoyo del Gobierno para los médicos tradicionales, que tienen que trabajar por su cuenta y con lo que pueden”.

Dijo que hace tiempo perteneció a un grupo de médicos tradicionales del Indemaya, pero por malos manejos de algunos integrantes la agrupación se deshizo, obligando a estas personas que saben de la medicina y las plantas a tener que trabajar por su cuenta.

Hoy en día la medicina tradicional es aceptada por la ciudadanía y hasta por el sector salud, incluso por muchos años los médicos tradicionales han trabajado en coordinación con los de bata blanca del IMSS. Prácticamente, toda su vida se ha dedicado a esta labor.  De sus 95 años de edad, 83 lleva trabajando con las plantas medicinales y como huesero.

Como todos los médicos tradicionales obtuvo los conocimientos heredados, en su caso de su abuelo, el Capitán Castillo, quien renunció a ese puesto en la Ciudad de México para venir a  vivir a Yucatán en la época de la Guerra de Castas.

Don Cuco recordó que a los 12 años comenzó a dormir en el monte. A los 16 años quiso dejar el trabajo de las hierbas, pero su mamá se lo impidió, ya que tenía el don de curar con las manos y que su destino era ayudar: “Me dijo que tenía la señal de dos cruces en las manos”.

También aprendió a sobar y actualmente es conocido como el huesero de Acanceh, como él mismo lo señala. “Aprendí a sobar cuando jugaba beisbol. Sobaba a los jugadores locales y hasta los de otras ciudades”.

La gente ya lo conoce y cuando requiere de alguna medicina acude a él; en su patio tiene varias plantas medicinales, como la teresita para curar el reumatismo y el dolor de cabeza; el chamico  para llagas y la diabetes; la virginia que se utiliza para la circulación de la sangre y el mal aliento, el zempasuchi para  el vómito y la diarrea, entre otros.

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AA