Más de 500 feligreses de Huhí se reúnen en los gremios en honor a San Pedro Apostol
Durante el mes de septiembre se celebran las festividades en honor al santo patrono del municipio como agradecimiento a las buenas cosechas
La participación de católicos en los gremios del mes de septiembre en honor del santo patrono San Pedro Apóstol en Huhí se han incrementado, luego de que las festividades en los dos años previos no se realizaran debido a las restricciones sanitarias.
En este sentido, luego de la celebración de la Alborada en la que se bajó la efigie del santo patrono y con lo que dieron inicio los novenarios y gremios, la participación activa de niños y adultos en las actividades “se observa en franco aumento en comparación con las festividades hasta antes de la pandemia”, expresó Natalia Dzib socia de uno de los gremios.
La emoción entre la Sociedad de Gremios no es para menos, pues existe la opinión generalizada de que cuando se organizan bailes y corridas de toros las personas dejan de asistir a las actividades religiosas, dentro de las que se encuentran los Gremios, como señaló Teresa Aguilar. Además, añadió “este año como el Ayuntamiento no organizó bailes y charlotadas la gente participa con mejor ánimo, porque no pasan mala noche y no hay alto consumo de alcohol como en las fiestas de junio”, enfatizó.
Don José Dzib miembro del Gremio de Agricultores, señala que desde hace muchos años las festividades del mes de septiembre son dedicadas a San Pedro como agradecimiento a las buenas cosechas de la temporada, “las celebraciones del mes de junio son para pedir lluvias favorables y buenas cosechas, mientras que en septiembre tres meses después expresamos nuestro agradecimiento”, comentó. De esta manera, las fiestas patronales mantienen un sentido agrícola y con una mezcla de costumbres entre la veneración maya y lo cristiano.
En las actividades de este domingo, más de quinientas personas acompañaron al Gremio y la imagen del santo patrono para visitar el hogar de la familia de don Jimmy Puerto Chan. Durante el trayecto, un grupo de jóvenes danzó diversas jaranas con las cintas y la cabeza de cochino en cada esquina al son de una charanga y voladores. A la llegada al domicilio en cuestión, la familia agasajó a los asistentes con tacos y refresco de horchata, a lo que prosiguió el rezo del rosario.
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CC
