Con la dispersión de la marea roja en Progreso, más de mil hombres de mar de embarcaciones menores zarparon para tomar revancha en altamar, tras verse afectados por diferentes sucesos que ha provocado que la “fiebre del pulpo” se encuentre por debajo de lo esperado.
El inicio de esta semana fue crucial para la pesca ribereña, pues se asegura que las lluvias ayudaron a que disminuya el lino de mar y permita de esta manera la captura del cefalópodo, cuyo principal defecto recae en el precio, que hasta el momento no ha rebasado los 150 pesos de compra al mercado exterior por parte de los hombres de mar.
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Julio Manuel Alvarado Méndez es presidente de la cooperativa “Esfuerzos Pesqueros”, que vio pérdidas de hasta 10 mil pesos por embarcación que no consiguió un solo kilo de pulpo en los primeros días de pesca, antes de que entrara la marea roja a mitad del mes de agosto.
“Vamos a darle una oportunidad más al pulpo, sólo que por ahora no podemos mandar buques a menos de 80 millas, son los barcos más grandes quienes irán por esta especie, amparándose en una buena pesca para ver ganancias, en ese caso son tripulaciones que van con cargamentos que obligan a tener hasta dos toneladas de hielo, que viajan con ocho personas, de las cuales seis se dedican a permanecer en alijos encontrando el cefalópodo”, indicó el experimentado permisionario.
“Estos barcos que no son de ida y vuelta, como la mayoría de las lanchas, han capturado de 300 a 400 kilos en estos días, es un avance. El pescador gana de 500 a 800 pesos por noche, todo depende de cuánto cargamento se obtenga de producto. Con nosotros al menos no hemos dejado solo al hombre de mar porque sabemos las necesidades, sobre todo, ahora que hubo regreso a clases se les apoyó a quienes tienen hijos en proceso de educación de cualquier nivel”, agregó.
Parte también de lo que contempla “Esfuerzos Pesqueros” son las atracciones turísticas, pero con las banderas rojas levantadas en el malecón se tuvieron nulas ganancias en el rubro. Una de las cifras más tristes para este grupo de trabajadores del mar fue que estuvieron sentenciados a ver cómo perdieron inversiones de hasta 400 mil pesos, en casi un mes que tardó la marea roja.
“Hubo mucha desinformación, la gente desconocía el fenómeno, diría que fue una especie de ‘psicosis colectiva’, las ventas se desplomaron en un 90 por ciento, los domingos que viene turismo nacional e internacional con trabajo se vendían unos 500 pesos, el lapso de restricción por marea roja y de miedo de parte de la comunidad fue de pesadilla para todos”, especificó el hombre con más de 40 años en el rubro.
El experimentado conocedor del mundo de la pesca añadió que en estos días es el calamar el ejemplar más codiciado y que mejores números otorga a la pesca de ribera. El precio al público se encuentra en 100 pesos el kilo, aunque también se tiene en cuenta que esto es por la buena producción que se mantiene, ya que en lapsos donde no se encuentra la especie, ha llegado a costar hasta 300 pesos.
Se preparan para zarpar
Entre el lunes y martes fueron armadas más de 600 embarcaciones de menor navegación para zarpar rumbo al calamar, especies de escama y para quienes se arriesgan con sus buques de mejor armazón por el pulpo, pero con la consideración de alejarse más de 90 millas y permanecer en altamar hasta doce días hallando la especie codiciada por más de cinco mil pescadores en todo el Estado.
Una de las consecuencias de la poca ganancia que ahora están experimentando las flotas ha sido el abandono del puerto, por parte de más de dos mil pescadores independientes que llegaron a sitios como Chuburná, la “Caleta” o incluso, por medio de un alijo, a la orilla de la playa, aunque también persiste un número reducido que aún quiere ascender en el aspecto económico.
“Otra marea roja sería catastrófico para nosotros, se supone que estábamos en el mejor mes para todos, agosto es el arranque de la temporada y del turismo, pero jamás vimos valor. Varios compañeros han visto el nuevo manchón, pero se va a trabajar hasta donde se pueda, yo he vivido en la calle prácticamente, en espera de buenos pesos, tengo un mes alimentándome mal y sin mandar dinero a mi familia, que por ellos emigré en esta época de pulpo a Progreso, pero no pasó nada, en parte porque las autoridades no velan por el ribereño”, sentenció Martín Escobedo, de origen tabasqueño.
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JG