Prevén escasez de agua potable en la costa yucateca por Semana Santa

Durante 15 días alrededor de 180 viviendas de Chuburná Puerto, comisaría de Progreso, sintieron la crisis por falta de agua, como un preludio de lo que podría suceder en esta temporada veraniega que se avecina, donde la población flotante supera por mucho la capacidad del sistema de suministro.

Tan sólo en un fin de semana de verano la población flotante es de poco más de 20 mil personas, que se mueven entre Progreso, la cabecera, como en las comisarías de Chelem, Chuburná, y zonas alejadas como Flamboyanes y San Ignacio, cuyas 21 mil tomas requieren agua de buena calidad y con la presión necesaria para llegar a los hogares, comercios y hoteles.

En este caso de Chuburná, uno de los afectados, el ingeniero Carlos Ramírez Aguilar, quien da en renta su propiedad en la calle 7 entre 170 y 172 de esa comisaría, tuvo que llevar agua a sus inquilinos con un bidón de mil litros para llenar la cisterna y esto lo hizo en seis ocasiones.

Calidad en el suministro

POR ESTO! publicó que es grave la crisis hídrica de la Península, no sólo por la contaminación generada por las megagranjas y los desarrollos inmobiliarios que crecen en potencia, sino por fallas humanas atribuidas a las autoridades que no mejoran la calidad del suministro.

Ramírez Aguilar explicó que el problema afectó a familias que viven en seis cuadras y se debió a trabajos de la CFE, que perforó una tubería de agua, lo que generó molestias a los inquilinos de su predio y los demás vecinos.

“Si de por sí la presión del agua es baja entre Chelem y Chuburná, el problema se agravó con esto. Por fortuna, hace unas horas que el agua se normalizó”, dijo.

Chuburná tiene una población de 2,874 habitantes reconocidos oficialmente, pero que en la realidad son muchos más, incluso llega a duplicarse en la temporada veraniega y el abasto de agua potable resulta insuficiente.

Los habitantes de esta comisaría, explicó Ramírez Aguilar, han buscado la manera de atender las carencias de agua que el Ayuntamiento de Progreso no resuelve, al comprar sistemas para acumular líquido a pesar de la baja presión.

En su caso, tiene tres cisternas de mil litros cada una, dos enterrados en la arena, pues es la principal que capta de la tubería de la calle (a baja presión) y una cisterna instalada en la parte superior del techo de la casa.

Para hacer llegar el agua a buena presión, la mayoría de los habitantes de Chuburná tienen bombas de succión, que van de los 600 a los 1,500 pesos, según la marca y la capacidad, de modo que el agua acumulada en las cisternas de abajo sube a la de arriba para que baje con buena presión.

Las familias también han pagado la perforación de pozos para extraer agua dulce pero ésta tiene un problema, que es la alta salinidad, la que genera la rápida oxidación de las tuberías, los llaves, los lavabos y en general todo el sistema hidráulico de la casa.

Elevados costos

El costo del agua potable en Chuburná es más caro que en Mérida. El pago mensual va de 180 a 190 pesos, para los vacacionistas que rentan casas y los habitantes va de 120 a 150 pesos, mientras que en Mérida la tarifa bimestral es de 70 pesos al mes.

Ramírez Aguilar dijo que una empresa de Progreso se dedica a vender pipas de agua a las familias de Chuburná, Chelem y hasta Chicxulub a 1,500 pesos por 10 mil litros.

El consumo puede variar, algunos compran cada semana o según sus necesidades, pero generalmente se requieren tres pipas al mes, es decir, un gasto de 4 mil 500 pesos, lo que representa una fuerte inversión para los temporadistas. 

Es vox populi que el alcalde Julián Zacarías Curi es socio de esta empresa que vende agua y tal vez por eso no trabajar para mejorar la calidad del servicio del agua, dijo Ramírez Aguilar.

Precisó que la familia Luna, la que se dedica a esto, es a la vez funcionaria del sistema de agua de Progreso, lo que hace levantar sospechas.

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CC