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Escrito por Carlos Chan Toloza
Viajeros internacionales y nacionales que llegan a Acanceh hacen de su punto turístico el observatorio maya, el más reciente descubrimiento del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hace siente años, conocido también como el “Cerrito de los Venados”.
En ese sentido, la antropóloga Beatriz Quintal Suaste precisó que, hace años, se había descubierto la cámara subterránea en el Centro ceremonial prehispánico de Acanceh, el cual habría sido utilizado como un Observatorio astronómico maya. En ese contexto, residentes opinaron respecto al turismo, “no lo visitaban, quizás porque desconocían de su existencia, pero la realidad es que no tiene la misma promoción suficiente como a las pirámides del Centro”, señaló Álvaro Canul Tun, vecino del fraccionamiento Venados donde se encuentra asentada esta antigüedad maya.
Asimismo, la antropóloga Beatriz Quintal Suaste indicó que una de las características principales del sitio es que forma parte del reducido número de este tipo de estructuras en la zona maya, destinadas a la élite sacerdotal, que tenía la encomienda de definir el momento exacto en que iniciaban los cambios de estación y el ciclo de siembra.
En el interior de la cámara, detalló, “creemos que se sentaba una sola persona, por la estrechez del espacio entre 1.92 a 1.97 metros de diámetro, quien se encargaba de registrar el paso del Sol por el cenit, lo que estaba asociado a los ciclos de la lluvia y la fertilidad de la Tierra”.
En el sitio, añadió se encontraron dos sartenejas y una ofrenda, lo que nos lleva a considerar que estos depósitos de agua permitían el registró del reflejo luminoso que marcaba el momento exacto en que pasa el Sol por esa latitud dos veces al año, entre el 21 y 22 de mayo, así como entre el 22 y 23 de julio.
Mencionó que desde 2002 iniciaron los rescates de un basamento maya en Acanceh, ubicado en la zona central del Estado, donde encontraron indicios de esta cámara, parte de la misma fue rescatada tras siete años de trabajo.
A la cámara, explicó, sólo se podía acceder por un edificio construido en el clásico tardío, pero que funcionó hasta el posclásico, estructura que fue dañada parcialmente para ser utilizada como material de relleno en los asentamientos habitacionales modernos que lo rodean.
Señaló que aunque están en fase de cotejar sus teorías, existe un 99 por ciento de certeza de que se corroboren, así como determinar si existieron fenómenos arque astronómicos en la estructura recuperada.
“Esto también indica que aunque se sabe poco de Acanceh, no era una ciudad maya menor, tenía una actividad humana importante, como lo demuestran los mascarones estucados encontrados en otro edificio de esa población”, expresó.
Actualmente, este observatorio maya no tiene la difusión suficiente y como consecuencia el arribo del turismo en el sitio es muy contado, en este tiempo peor aún por la contingencia sanitaria.
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CC
