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Yucatán

Si bien esta tradición de vestir al Niño Dios está más arraigada en el centro del país, se está perdiendo en Yucatán.

Niño Doctor, Niño Cirujano y hasta Niño COVID se han convertido en las nuevas formas de vestir al recién nacido Jesucristo, en el 2 de febrero que se celebra el Día de la Candelaria, en Yucatán.

Elizabeth Sánchez es una de las pocas personas que confecciona ropa para vestir al Niño Dios el día 2 de febrero y, según ella, lo que más le piden los pocos clientes que tiene es disfrazarlo de San Judas Tadeo.

Dijo que, si bien esta tradición está más arraigada en el centro del país, en entidades como el Estado de México, se está perdiendo aquí, en Yucatán.

La Tradición de vestir al Niño Dios nació en México en febrero de 1912, en la iglesia de la Candelaria de los Patos, donde lo levantaban del pesebre para después cubrirlo; pero su origen se remonta a la liturgia de la Purificación, cuando padres de familia acercaban a sus hijos más pequeños a recibir la bendición.

En 1960, nació la costumbre fue llevar vestido de bebé al Niño Dios, ataviado con un ropón blanco y acostado en un canasto rodeado de velas, y en la siguiente década comenzó la tendencia de vestirlo con distintas advocaciones.

En Yucatán, es poco común esta costumbre religiosa, por lo que son pocos los comerciantes se dedican a alguna de las actividades relacionadas, como confección de prendas para la imagen divina.

Elizabeth explicó a que únicamente trabaja por encargo, porque, si elabora algunas ropas para exhibirlas, la gente no las compra.

De acuerdo con la tradición, el día 2 de febrero, que se celebra la fiesta religiosa de La Candelaria, se levanta del pesebre al Niño Jesús, y se le viste con las ropas del santo o advocación al que la familia adora o le tiene fe: San Judas Tadeo, El Sagrado Corazón, Santo Niño de Atocha; también puede ser que sólo se le ponga un ropón blanco, para luego asentarlo en un nicho donde permanecerá hasta la Navidad, cuando vuelve al Nacimiento. En los últimos 2 años de pandemia han surgido nuevas vestimentas que lo configuran como El Niño Doctor, el Niño Cirujano, el Niño de la Salud y, sobre todo, el Niño COVID.

Según la regla, el primer año, a la imagen debe ponérsele ropa blanca de bebé; el segundo, vestirse como Niño de las Palomas; y el tercer año, cualquier santo o representación de Jesucristo, de preferencia del Santo Niño de Atocha, y la decisión de usar la vestimenta depende de la necesidad o devoción de las diferentes familias.

Los precios para la ropa van de los 100 a los 500 pesos, cuando se trata de un ropón más elaborado; está hecha de diferentes telas, bordados e incluso tejidos.