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El sistema de descomposición de basura del relleno sanitario de Mérida, implementado desde hace 35 años en la capital del estado, ha quedado obsoleto y pone bajo riesgo latente al subsuelo de Yucatán, advirtió el doctor Salvador Castell González, director de la asociación civil Va por la Tierra.
El biólogo explicó que la metodología con la que funciona el relleno sanitario emplea la construcción de grandes fosas, en las que se depositan millones de toneladas de residuos sólidos orgánicos e inorgánicos y que cuentan con válvulas para la extracción de líquidos peligrosos.
“Básicamente lo que hacen son grandes albercas, grandes bolsas que tienen válvulas para sacar los lixiviados, que son todos los líquidos que se generan en el proceso de descomposición. Pero no sólo son los líquidos biológicos. Ahí no sólo encuentras ácidos cítricos y otros orgánicos, sino que también incluye los metales pesados y productos muy tóxicos”, comentó.
Detalló que, según marca el proceso, los líquidos lixiviados deben ser desactivados adecuadamente, pero para eso se emplea nuevamente otro tipo de químicos, que son costosos y aumentan los gastos que el estado invierte en la eliminación de la basura.
Posteriormente, cuando las fosas llegan a un tope máximo, se cierran y se rellenan con tierra para crear otra capa, y así subsecuentemente hasta crear un enorme cerro.
“Lo único que estamos haciendo es meter bolsas chicas de nuestras casas, acumuladas en una gran bolsa: el relleno sanitario”, indicó el experto en la materia.
Sin embargo, señaló que este sistema también tiene un límite de tiempo o de vigencia y, si las membranas más antiguas se llegan a fracturar, todos estos extractos contaminantes podrían filtrarse al subsuelo y contaminar toda el agua que se encuentra a escasos metros de la superficie.
“Esa es la parte muy peligrosa, porque podríamos contaminar el agua que está en el subsuelo con metales pesados y otras sustancias muy peligrosas, que incluso son cancerígenas”, enfatizó Castell González al ser cuestionado sobre los riesgos del sistema.
Aunque reconoció que, en el momento de su implementación, el relleno sanitario fue una solución efectiva contra los tiraderos a cielo abierto que existían en los alrededores de la ciudad, este sistema ha quedado obsoleto.
En ese sentido, el director de Va por la Tierra resaltó que existen distintos métodos para sustituir al relleno sanitario, con prácticas que, además de evitar la acumulación de basura, generarían un valor agregado a los residuos, en lugar de pensar en seguir aumentando su capacidad.
“No podemos estar hablando de ampliar el número de celdas del relleno sanitario, cuando ya no es ni viable, ni eficiente, sabiendo que ya existen tecnologías que pueden perfectamente sustituir el relleno sanitario”, reprochó el investigador entrevistado.
Finalmente, urgió a las autoridades municipales a optar por implementar una política de cero residuos, que implica compostar todos los desechos orgánicos de la ciudad, para reducir al menos 50 por ciento de los residuos de la ciudad.
Igualmente, reiteró que existe la tecnología suficiente, necesaria y accesible en costos, para que la basura se transforme e inactive completamente, para que no sea un riesgo para el medio ambiente, ni a la salud humana.
