Regreso a clases virtuales, difícil para familias de escasos recursos en Tizimín

Las familias advierten que no cuentan con internet, mientras que otros no tienen espacios adecuados para tomar las clases
miércoles, 14 de abril de 2021 · 12:35

Alrededor de mil 800 alumnos de la Zona 101 retornaron a sus clases a distancia, faltaron alrededor de 140 por alguna razón, aunque 80 de ellos se mantienen en comunicación con sus maestros por medio de mensajería vía teléfono celular, mientras que en la Zona 102 se incorporó el 85 por ciento de 3 mil 600 de los estudiantes a sus clases virtuales.

Lo anterior lo informaron los supervisores de la Zona 101, Efraín Palomo y de la Zona 102, Francisco Loría Serrano, que coincidieron en que resulta significativo el número de estudiantes que retornaron a sus actividades de la educación básica.

Numerosos niños como María Vianey, del segundo grado de primaria, y Karime Ruiz Uch, de cuarto grado, desde muy temprano despertaron, se arreglaron y prepararon sus útiles escolares (libretas y lapiceros o lápiz) y estaban listas para su interacción con las clases virtuales por medio del seguimiento que les dieron sus profesores en el celular de su madre con mensajes en las redes sociales.

Su madre, Karina de Jesús Uch Chay, señaló que es difícil este retorno porque le pone 20 ó 30 pesos de saldo diario al único celular de la familia, mencionando que tiene otro hijo en la secundaria y por tanto sus clases absorben más megas y tiempo, y en la mayoría de las ocasiones al amanecer solamente checa las tareas que le marcan a las más pequeñas y se lo da al joven, hasta que termine toda su tarea toma de nuevo el teléfono para apoyar a las que cursan la primaria.

Otros niños como Y.A.T.P. y B.E.T.P., mientras vendían palanquetas en las calles, compartieron que no estaban enterados que ayer iniciaban sus clases a distancia y que comercializaban sus productos precisamente para apoyar a sus papás a costear el crédito de sus celulares para cuando reciban sus tareas.

Jade Naomi Martín Sierra, de tercer año, transformó un área de la pequeña tienda de su familia en un salón de clases con una mesita y con los útiles necesarios para su desempeño educativo, estaba muy emocionada por emprender de nuevo su educación, se aseó desde el amanecer y fue apoyada por su madre Gladis Esther Sierra May, que dejó sus quehaceres para estar al pendiente de su aprendizaje convirtiéndose en su segunda maestra, ella externó que también regresaron los gastos, uno de ellos el saldo de su celular que siempre debe tener disponible.

Algunos padres de familia compartieron que de nueva cuenta se enfrentaron a sintonizar la televisión, ya que no encontraban los canales educativos, pues a muchos se les desconfiguró por el desuso, mientras que otros mencionaban que sólo cuentan con una TV que el gobierno les donó y les resultaría difícil seguir la programación de varios de sus hijos si se transmitían en el mismo horario, además de que temían que se corte la señal, ya que constantemente en varias colonias donde habitan de pronto se dejan de ver los canales.

Alexa Noemí y Miguel Alfonso Uh Gil, de primer y segundo grado de primaria respectivamente, ante la carencia de cuartos para adaptarlos como lugares de estudio, en medio de su vivienda con las ventanas abiertas para que los ilumine la luz del Sol, colocaron una mesa pequeña y un par de banquillos donde se sentaron a realizar sus tareas, esmerados en aprender; su madre María Antonia Gil Poot, preocupada porque antes de las vacaciones gastaba mucho en saldo de su celular para recibir tareas y videos, además de que se le agotaba rápidamente, optó por pedir el apoyo de su vecino al cual le solicitó el servicio de Internet comprometiéndose a apoyarlo en el pago, mencionó que otro gasto desesperante, ya que a duras penas obtienen para los alimentos del día, son las copias que constantemente les solicitan.

Los supervisores, directores y profesores estaban en constante interacción a través de la tecnología para que desde sus trincheras apoyen con sus conocimientos y con sus estrategias de trabajo para hacer llegar la educación hasta los lugares más recónditos donde se encontraran sus alumnos, se mantenía la comunicación con los padres de familia a través de los celulares para darles seguimiento y en el caso de que hayan focalizado a un niño cuyas familia no tenga acceso total a la tecnología, carente de una TV o de un teléfono se comprometieron a llegar hasta ellos para entregarles un material de estudio.

Esto fue parte de lo que se vivió en este retorno a clases con la modalidad apegada a los avances tecnológicos en la que tanto maestros, alumnos y padres de familia siguen afrontando la nueva normalidad en lo concerniente a lo educativo para que niños y jóvenes puedan continuar su formación escolar.