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Ni el sudor ni las musas.

Yucatán

Hasta 3 meses de vida tienen poco más de 90 negocios para continuar con el panorama adverso.

En el marco de la parálisis económica y afectaciones por la pandemia del COVID-19, a poco más de 90 empresas en Yucatán les quedaría un tiempo aproximado de vida de entre 1 a 3 meses, de continuar el panorama adverso. Si este escenario es constante durante los próximos 6 y 12 meses, otras 240 podrían cerrar, de acuerdo a la “Encuesta de pulso empresarial” aplicada a empresarios yucatecos.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Yucatán presentó ayer dicha encuesta del Observatorio Estratégico Yucatán, con respuestas de 700 empresas, número considerado suficiente para tener una muestra representativa del sector. La mayoría de dichas compañías, el 76 por ciento, tiene un máximo de 50 colaboradores.

En la presentación, encabezada por el presidente del CCE local, Fernando Ponce Díaz, se expuso que estas sociedades pertenecen a diferentes giros, como la construcción, servicios profesionales, manufactura, comercio al menudeo y al por mayor, restaurantes, y agroindustria.

Sobre el tiempo que podrían subsistir en el marco de la contracción que se vive, la mitad de las empresas (350), consideraron, ya se salvó. Pero partiendo del gran total (700), el 20 por ciento (140) menciona que sólo les queda 12 meses de operación; otro mismo porcentaje considera que les restan 6 meses, y un 13 por ciento (91) considera que contarán con producción entre 1 y 3 meses.

“Es evidente: el oxígeno de las empresas se agota”, expuso el dirigente.

Sin embargo, la capacidad de mantenerse vigentes varía de acuerdo al sector y número de colaboradores. De las compañías que consideran que sólo cuentan con 1 a 3 meses de vida, están las del sector secundario y terciario, y son entes que tienen de cero a 50 empleados.

 Además, se expuso que todos los giros continúan con afectaciones serias y contracciones en su número de colaboradores. La gran mayoría reportó pérdidas de empleo, particularmente en el sector de la construcción, en el restaurantero, en el hotelero y de la vivienda.

La principal afectación ha sido al personal en los puestos operativos, pero en general, se expuso, ha habido en todo el organigrama.

En la proyección para los próximos 30 días, la mayoría de las empresas consideró que se mantendrá con los mismos niveles de plantilla laboral, pero otras continuarán su proceso de contracción y sólo unas pocas, contemplan empezar a contratar personal; otras incluso plantean continuar con la reducción del número de colaboradores.

En los últimos 6 meses, 7 de cada 70 empresas han experimentado un impacto en ventas entre el 10 y el 50 por ciento.

No se prevé en el próximo mes una mejora relevante; se contempla que continúen en niveles bajos y 20 por ciento de empresas continuarán afectando sus ventas.

Informaron que 7 de cada 10 compañías ha tenido que invertir para no cerrar. El 82 por ciento sólo lo ha hecho para mantenerse, lo cual no implica crecimiento, y 6 de cada 10 ha tenido que buscar financiamiento. Lo más común ha sido usar los ahorros y los préstamos bancarios, además de que un 5 por ciento de los encuestados recibió algún apoyo gubernamental.

El vicepresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Yucatán, Amenoffis Acosta Ríos, detalló que las empresas no soportarían una tercera ola de la pandemia, pero dijo que, si se logra brincar la Semana Santa con números estables en la pandemia, las compañías podrían considerar estar ya en una “zona de seguridad”.

Por su parte, el presidente de la Coparmex local, Gustavo Cisneros Buenfil, expuso que mucho tiene que ver con el nulo apoyo gubernamental que han recibido las empresas, pues mientras los estímulos en diferentes países oscilan entre el 13 y 17 por ciento del Producto Interno Bruto (en algunos casos llega hasta el 30 por ciento), en México no se alcanza ni un punto porcentual. Esto sólo es comparable con Sudán, mientras que en Estados Unidos aprobaron un esquema de apoyos entre el 8 y 9 por ciento de su PIB.

Ponce Díaz externó que las que más sufren, de acuerdo con los datos, son las empresas pequeñas y del sector terciario. Comentó que el reto es recuperar los empleos perdidos y que los nuevos que se generen sean de calidad, porque los que se están creando son informales y eventuales.

Agregó que la recuperación económica que se está dando es incipiente y en forma de “K”, es decir, que unas se van recuperando y otras siguen cayendo.

“Se agota el oxígeno y hay negocios a los que ya se les terminaron sus reservas y cuentas de financiamiento para seguirlos sosteniendo. Se vuelve imperativa la exigencia a los tres niveles de gobierno y candidatos para evitar caer en la tentación de hacer política, en todo el manejo de la pandemia, con la distribución y aplicación de las vacunas y con relación a la recuperación económica”, expuso.

CG