Joyeros pierden el 'brillo' por COVID-19 en Mérida

El 70 por ciento de poco más de 230 talleres de joyería que habían en Mérida dejaron de funcionar, por el desempleo generado por el coronavirus
viernes, 12 de febrero de 2021 · 09:36

El setenta por ciento de poco más de 230 talleres de joyería que había en Mérida dejaron de funcionar debido a varios factores, entre los que destacan el bajo poder de compra de la población y el elevado precio del oro, manifestó ayer el delegado de la Cámara Nacional de la Industria Joyera, Luis Fernando Güemes Medina.

El empresario explicó que la venta de productos de joyería se incrementaba conforme se aproximaba la celebración del Día de la Amistad y del Amor, el Día de la Madre o Del Padre, en Navidad o Fin de Año, especialmente las argollas, aretes, gargantillas, etc.

Lamentablemente, la pandemia del coronavirus propició que muchas personas perdieran su empleo y, por ende, disminuyera su poder de compra y desde luego su nivel de vida. Esto las  obligó a ser más selectivas en la compra de artículos de lujo, especialmente la industria joyera.

Otro factor que propició la caída de esa rama productiva, indicó Güemes Medina, es el elevado precio del oro, como ejemplo dijo que una moneda Centenario alcanza un valor que va de los 45 a los 50 mil pesos, de la cual sólo obtienen alrededor de 100 gramos de oro, de unos 10 quilates (10K).

Por lo tanto, si una persona encarga una prenda, el precio sería de alrededor de mil 500 pesos el gramo porque, cuando uno trabaja ese metal, hay mucha merma estimada en 400 pesos por gramo.

Parte de la cultura

El empresario dijo que las crisis económicas de los ochentas también pegaron fuerte a esa rama industrial, lo que propició que los artículos de oro o de plata que antes eran considerados imprescindibles, pasaran a ser de lujo. Recordó que antes era común ver a las señoras que pedían caridad, luciendo aretes, cadenas, esclavas o garantillas de oro de filigrana, lo que difícilmente se puede observar hoy, porque era parte de la cultura de los yucatecos.

Mencionó que el pasado 24 de diciembre sólo hizo dos ventas en todo el día. Lo mismo ocurrió los meses siguientes y por esa razón muchos prefirieron cerrar sus talleres al no poder con los gastos como permisos de salubridad, estacionamiento, comida, cuidados, energía eléctrica, gas butano, materia prima, etc.

Indicó que tan sólo en el mercado Lucas de Gálvez había 90 talleres de joyería. Actualmente son unos diez, los cuales daban empleo a una decena de personas.

Sin embargo, la Cámara se mantiene gracias a los contactos que tiene con 23 estados de la república, pese a que el año pasado falleció su expresidente Cleyver Mayer y actualmente sus directivos buscan la manera de reactivar esa rama productiva.

Por último, comentó que sus padres, Fernando Güemes Salazar y Otilia Medina Huerta, se conocieron en el taller de joyería, que estuvo ubicado en la calle 64 frente, a la gasolinera Vargas, que daba empleo a doce personas

En ese lugar se producían hilos de plata para exportar a Alemania; posteriormente, su padre abrió un taller de joyería en el bazar “García Rejón”, donde comenzó a trabajar a los 12 años de edad, oficio que no abandonó, aun cuando se graduó como maestro en la escuela normal “Rodolfo Menéndez de la Peña”, y fue maestro por más de 20 años en la escuela Normal Superior, actualmente uno de sus hijos trabaja con él y espera pueda dar continuidad a esa tradición.

SY