Lluvia beneficia a campesinos de Chumayel

Un sexagenario agricultor maya comentó que la lluvia de esta semana ha beneficiado a la cosecha de maíz, luego de varias semanas de sequía
jueves, 13 de agosto de 2020 · 06:10

 La lluvia que cayó esta semana en el municipio de Chumayel, Yucatán, representó un alivio para los agricultores del municipio, cuyo cultivo de maíz estaba resintiendo varias semanas de intenso sol y falta de agua.

“A pesar que la lluvia no cayó muy fuerte en el monte como en el pueblo, sirvió para mojar la tierra y eso es un alivio para el maíz que ya está creciendo; llevaba casi un mes sin llover”, compartió en Lengua Maya Adalio Chan, de 61 años, conocido campesino del municipio.

Mientras sembraba frijoles en su milpa bajo un sofocante sol, el agricultor platicó acerca de la situación del campo, cuyo cultivo de maíz, calabaza, pepino, entre otros frutos, estaba resultando afectado por la falta de precipitación pluvial.

El sexagenario externó que la lluvia del lunes cayó “retrasada”, ya que por lo general, “el dios Chaac se hace presente con fuertes lluvias a mediados de julio”, para beneplácito del campo y dar tregua al intenso sol.

Manifestó que si bien, en ocasiones caen esporádicas lloviznas dentro de la población, lamentablemente no llegan hasta el monte o en su caso, apenas cubren algunas milpas situadas en la periferia del municipio.

“La lluvia que cayó la tarde del martes si llegó hasta aquí y arreció un poco, se ve porque las sartenejas están casi llenas. Pero más atrás sólo llegó la llovizna, pero ahí cayó una fuerte lluvia hace dos semanas atrás”.

El campesino puntualizó que si las lluvias continúan a lo largo de estos días o se prolongan al menos una vez por semana, el cultivo de maíz crecerá rápidamente, pero todo depende de las condiciones climáticas.

El hombre, quien ha dedicado toda su vida al trabajo del campo, expresó que además de ayudar en el crecimiento de las plantas de maíz y otros cultivos, la lluvia ayuda a combatir la plaga de gusano cogollero que afectó grandemente la cosecha este año.

“La primera siembra me lo comieron casi todo los gusanos, lo que ahora está creciendo es la segunda siembra. La lluvia que cayó es un alivio para el monte, esperemos que continué”.

Mientras la naturaleza hace su parte, el hombre visita todos los días su milpa para efectuar pequeños trabajos que van desde la siembra de ibes, frijoles o el deshierbe de maleza que crece alrededor de las tres hectáreas de maíz que ha plantado este año.

“Crecí con el trabajo del campo, los jóvenes de ahora que viajan a Mérida dicen que del campo no se vive, pero para mí, la vida del campo es mejor. Es verdad que el trabajo no para y tampoco ganas mucho dinero, pero el campo te proporciona alimento y luego un poco de dinero con la cosecha que vendes, nada en la milpa se desperdicia”, culminó.

Carlos Ek Uc