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Chuminópolis no solo es el primer fraccionamiento de Mérida, en esta se esconde una casa que fue refugio de políticos.

La vivienda, emblemática de la colonia Chuminópolis, no solo por el tipo de construcción, también por sus habitantes, que poblaron la capital yucateca fuera del Centro Histórico

Con más de ciento veinte años de haber sido edificada, la casa de estilo europeo que predominaron en el país durante el Porfiriato y donde vivió el licenciado José Domingo Sosa, mejor conocido como “Chumim”, sobresale entre cientos de viviendas que hay en la colonia Chuminopolis, considerada como la primera de la ciudad de Mérida, Yucatán.

Actualmente el inmueble es habitado por los hermanos María del Rosario y Jorge Montalvo Almeida, nieta de Juan Isidro Montalvo Carrillo y de Cristina del Rosario Cárdenas Delgado, sus hijos son Beatriz, Jorge, Luis y Rosa María, Montalvo Cárdenas, de los cuales sólo su papá Jorge, es fallecido y su tía Beatriz, tiene 103 años de edad.

La casa sobre sale por sus seis columnas estilo griego, que fueron importadas de Francia, que hacen única en su tipo, ya que no era muy común usar esas columnas para casas habitación, porque sólo se utilizaban para construir edificios públicos, como la casa de justicia.

De hecho, en Mérida había tres predios similares y de ellos sólo existe una ubicada en la colonia Itzimná, y una más por el mismo rumbo que fue demolida hace muchos años.

Jorge Montalvo explicó que la reja de la entrada era de madera tipo europeo, por la que se alcanzaba ver la vía del tranvía que comunicaba a la colonia con el centro de la ciudad, donde vivía la denominada élite. Puerta que con el paso de los años fue sustituida por la actual de hierro forjado.

Con el paso de los años se construyó la Quinta del Olvido, del ingeniero Rafael Quintero, que fue coautor de la avenida Paseo de Montejo y la iglesia tipo Gótico.

Montalvo Almeida dijo que la casa fue la primera del fraccionamiento que luego se convirtió en colonia y que era utilizada como casa de descanso de sus propietarios que vivían en el centro de la ciudad, según le comentaba su abuela, a la que recuerda cada vez que ve una película de Sara García, cuya personalidad era muy parecida a la que proyectaba la actriz.

Advirtió que desconoce la fecha de su construcción porque ni en el registro público de la propiedad hay información al respecto, pero se ve que los constructores planearon muy bien su edificación cuyo piso y techos son de vigas de acero, la cual tiene un sótano, donde incluso fueron llevados los perseguidos políticos, durante la llamada Guerra de Casta, personas que llegaban cargando maletas llenas de dinero, huyendo de los indígenas que los buscaban para matarlos.

La casa cuenta con nueve piezas, cuatro recámaras, sala, comedor, cocina, un cuarto multipropósitos que antes fue antecomedor, y un baño, en la parte exterior había un cuarto grande para la servidumbre, así como un estanque con agua extraída de un pozo con una veleta.

Explicó que, actualmente la colonia colinda con otras como la Quintero, La Esperanza, El Fénix, Mayapán y el Chembech.

Sin embargo, la avenida 17 es sin duda la más emblemática de la colonia, junto con la casa del licenciado José Domingo Sosa, que fue funcionario público y dueño de los terrenos de la ahora colonia.

En esa época se hacían reuniones donde se servían hasta cuatro guisos y contaba con más de ocho personas de servidumbre, mientras que hoy apenas y hay una que se encarga de la limpieza de la misma.

También cuenta con un depósito donde se recolectaba el agua de lluvia y que servía para alimentar a los animales que había en la parte posterior, así como un garaje que fue destruido por un árbol de zapote que tiró el Huracán Gilberto y que incluso aplastó un auto que había en su interior.

El anfitrión dijo que es descendiente de Juan Isidro Montalvo Carrillo, quien fue propietario del predio que al fallecer pasó a ser patrimonio familiar de sus hijos Beatriz, Jorge, Luis y Rosa María.

Para mí, comentó es muy agradable vivir en esta casa, porque además de estar muy bien ventilada, especialmente la terraza, donde el viento es tan fuerte que tira los vasos de la mesa, además había muchas aves, como loros, cardenales, palomas, y hasta búhos, que se escondía en las copas de los árboles que abundaban en la parte trasera.

Incluso dijo que fue uno de los primeros alumnos de la escuela Motolinia, que comenzó como kinder, luego primaria y donde culmino su secundaria, escuela católica como colegio Teresiano.

Montalvo Almeida dijo que en esa casa fue centro de reuniones de las grandes personalidades de la época, doctores, abogados, funcionarios públicos, entre otros, que insistió organizaban comidas como se ven en las películas que hacen referencia a los tiempos del expresidente Porfirio Díaz.

Incluso dijo que había una cuna de acero donde según dice llegó a dormir en ella, la cual un día desapareció.