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Adiós al 2018 entre canciones, bromas y el frenesí de compradores.

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“Las ventas del pan para sandwichón para el 31 de diciembre son buenas hay demanda, pero no es tan fuerte como en el día 24, porque ese día la gente tiene su aguinaldo, su quincena y gasta.

“Para el 31 se guarda un poco por eso es que ahorita va lenta la venta, trajimos 150 paquetes para vender y llevamos 2 horas acá, el día 24 las 150 piezas se fueron en 4 horas, rapidísimo”, relató Marco Dorantes Bolívar, de la panadería La Providencia.

A las afueras del mercado Lucas de Gálvez, Dorantes y su familia ofrecían el pan: “Sí hay pan, pan para sandwichón 29 pesos la pieza, es de calidad, sí hay”.

“La gente está pensando en que vienen pagos, hay que hacer varios pagos empezando el año y prefiere no gastar tanto, pero el 24 ¡qué! Se gastó todo el pan, en 4 horas se fueron las 150 piezas, nos agarraron desprevenidos, pudimos traer más y es que nosotros damos calidad”, dijo.

El fenómeno de una ligera baja en las ventas también se esperaba en la zona de los pavos, donde Manuel Cano Solís, de “La Granjita”, y proveedor de los pavos que se venden en el mercado Lucas de Gálvez, estimaba que habría una ligera baja, porque los supermercados estaban “rematando” los pavos congelados que no vendieron para el 24.

“Se nos gastó todo el 24, no había pavos, se fueron todos los que se trajeron y hasta hicieron falta, para ahora nos vinimos prevenidos, pero creemos que habrá menos venta, porque las tiendas andan ofertando el pavo congelado, lo andan rematando, aquí seguimos a 60 el kilo, a su precio”, dijo mientras despachaba pavos enteros, piernas y atendía a la clientela que hacía fila para esperar su turno.

Hacia las 10 de la mañana, la afluencia de personas aumentaba poco a poco en el mercado, de quienes iban por las últimas compras.

Se observaron pasillos atiborrados de personas que llevaban piñatas, pavos, verduras, recados, tortillas, tostadas, pan para sandwichón, uvas, entre otros.

Los locales y venteros con uvas en el mercado y a las afueras del mismo se esforzaban por mostrar las mejores uvas para la venta, ya que el kilogramo en 60 pesos alejaba a más de uno que se acercaba a preguntar el precio.

Cartulinas con precios de medios kilos y un cuarto de kilo eran la forma de atraer a los compradores.

“No nos va a dar papá, somos 15 y nos debe tocar 12 uvas a cada uno”, se escuchaba a una joven.

-“Pues las cortamos, nena”.

Había personas que compraban a 20 o 30 pesos y lo que pesara, ya que un kilogramo de uvas rojas y grandes, resultaba caro para las familias.

“Mejor compramos pasitas”, se escuchaba a las madres de familia, para dar solución a la encarecida uva.

El ambiente en el mercado Lucas de Gálvez era de intenso movimiento, no tan activo como el 24 de diciembre, pero sí se observaba el ir y venir de las personas que fueron en busca de los últimos detalles para despedir el 2018.

(Verónica Martínez)