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Más allá de la gastronomía, tradiciones y sus envidiables ruinas mayas, Yucatán es un estado conocido por su enorme cantidad de cenotes, los cuales, al día de hoy, siguen emergiendo de entre las profundidades de la tierra.
Infinidad son las formaciones de este tipo que existen actualmente y que se pueden visitar, sin embargo, te dejamos con los cinco más bellos de todo el estado para que puedas disfrutar y tomar fotografías.
Localizado a 6 kilómetros de la carretera de Valladolid, Suytún es un cenote de poca profundidad que parece sacado de un cuento, pues entre sus azules aguas, se pueden encontrar pequeños peces, además de que en este sitio se hallaron antiguas piezas mayas.
Quizá uno de los más conocidos, pero también uno de los más bellos, pues este cenote se encuentra a pocos kilómetros de las enigmáticas ruinas de Chichén Itzá, además de que está rodeado de vegetación y de fauna silvestre que le añade un toque de misticismo al lugar.
Esta magnífica cueva subterránea también se encuentra en Valladolid y en ella, no sólo podrás sumergirte en cristalinas y refrescantes aguas, también podrás admirar estalactitas con millones de años de antigüedad.
En este lugar localizado a tan sólo 3 kilómetros de (sí, adivinaste) Valladolid, se puede acceder por una estrecha entrada, pero al entrar, se encuentra una auténtica maravilla geológica en la que puedes echarte un buen chapuzón. El nombre de este cenote significa “cerdo” en maya, pues la leyenda cuenta que fue un cochinito el que “descubrió” el sitio.
Este cenote es quizá uno de los más bellos de todo Yucatán, se encuentra en Pebá y las luces instaladas en su interior, así como las raíces que llegan desde el exterior, le da dan una imagen fuera de este mundo.
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JMCG
