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A pesar de que hace muchos años eran requeridas por familias que confiaban en ellas o no tenían los recursos para acudir a algún médico o al hospital, para atender partos, la labor de matronas o parteras se ha ido extinguiendo, al menos en la cabecera municipal ya no existen mujeres que practiquen esta labor, externó el doctor Federico Escudero Luis, Director del Hospital Integral de Kantunilkín.
En la ciudad sólo hay alrededor de dos o tres mujeres que se dedican a acomodar vientres, pero asisten en los partos naturales, porque no tienen los conocimientos y prefieren únicamente “tallar a las embarazadas que las visitan”.
El médico externó que en Kantunilkín ya no hay parteras, la última que era reconocida falleció en un accidente y no se tiene conocimiento, sobre alguna otra mujer que desempeñe esa labor en la ciudad, ya que aparentemente no hay el interés de las nuevas generaciones de preservar esa práctica ancestral.
En el municipio, dijo desconocer si existen otras mujeres que sean conocidas como parteras, ya que, de forma independiente, cada unidad de salud pasa su reporte a las autoridades estatales, cuando se tienen partos en sus instalaciones o algún nacimiento de un menor que haya sido atendido por alguna de estas mujeres.
Indagando con autoridades comunitarias afirmaron que ya no se tiene ese oficio o práctica, ahora las nuevas generaciones o las nuevas familias, prefieren recurrir a los médicos y hospitales para atender sus partos que pueden ser naturales o por medio de la cesárea.
En la cabecera municipal, una de las mujeres que es conocida por atender a mujeres embarazadas para acomodar el bebé que trae una mala postura es doña Margarita Canul Baas, que tiene casi tres décadas realizando esta práctica en su domicilio, ubicado en la colonia Miguel Borge Martín.
Hasta hace unos años, la mujer era requerida por jóvenes y señoras embarazadas que llegaban de colonias, de poblaciones del municipio o de ciudades como Cancún o Playa del Carmen y actualmente a sus casi noventa años, de acuerdo con las versiones familiares, muy poco atiende estos casos.
Hace un par de años, en entrevista con este medio de comunicación, comentó que comenzó a tallar vientres, luego de que el médico le diera a conocer, que uno de sus nietos venía en la mala posición, por lo que decidió tallar el vientre de su hija, para acomodar el producto y no tuviera complicaciones al nacer.
A pesar de que su hermana doña Trinidad (la última de las parteras de Kantunilkín), le pedía que asistiera partos, no se atrevió a desempeñar esa actividad, pero ha ayudado a decenas de niños a llegar a este mundo totalmente sanos, luego de que el médico les dijera a sus madres que vienen en mala postura.
El doctor Federico Escudero explicó que en su momento se tuvo coordinación con mujeres que se dedicaban a las labores del parto en sus casas, pero poco a poco se fue reduciendo el número de personas y ahora al menos en Kantunilkín, no hay estas mujer.
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NR
