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Conrado Roche Reyes

México ha recibido a un sinfín de inmigrantes a lo largo de su historia, que han contribuido a la conformación de la identidad del país durante los dos últimos siglos. Las inmigraciones han perfilado el rostro de las ciudades y regiones de México, e influyen en aspectos cotidianos de poderosa identidad tales como la comida, la arquitectura, la literatura, la ciencia, las humanidades, la religión y la economía. Las inmigraciones son de casi todo el orbe. Enumeraremos, así sea de manera sucinta, algunas de éstas.

La inmigración fuerte de españoles a tierras mexicanas se inició en las últimas décadas del siglo XIX. Venían de regiones rurales, en México se dedicaron al comercio. Después de la Guerra Civil. A México llegaron 25,000 refugiados hasta 1932. Los españoles se han dispersado por la República y hoy viven unos 80,000 inmigrantes de origen español.

La inmigración en gran escala de alemanes se dio en los últimos años del siglo XIX cuando Porfirio Díaz abrió la economía a la inversión extranjera. En 1922 llegó otro grupo considerable de alemanes conocido como menonitas. La Segunda Guerra Mundial transformó la vida germana en México. El gobierno intervino sus empresas y obligados los alemanes a concentrarse en la Ciudad de México. Concluida la guerra les fueron devueltos sus bienes. En México viven hoy 6 mil personas nacidas en Alemania. Con sus descendientes y quienes inmigraron en distintos momentos, forman una comunidad de más de dos millones de personas establecidas en el país.

La inmigración de húngaros se dio entre las dos guerras, de 1920 a 1940. Se habla de unos 3 mil inmigrantes y venían con la intención de llegar a Estados Unidos. Pero ese país restringió la migración, así que se establecieron en México. Esta inmigración se detuvo porque Hungría estaba vinculada a Alemania y México a los países aliados. Muchos inmigrantes húngaros después de la guerra se trasladaron a Estados Unidos, a Israel o regresaron a Hungría. La comunidad húngara en México es relativamente pequeña.

A mediados del siglo XIX los gobiernos liberales de México fomentaron la colonización del país con el fin de poblar el extenso territorio. Se eligió a los italianos por ser blancos, católicos y de origen latino. Los italianos se instalaron en Gutiérrez Zamora, Veracruz. Después se esparcieron formando colonias. En Chipilo Puebla en 1882 se formó una colonia con unos 3 mil italianos. Después de la Primera Guerra Mundial la inmigración italiana se duplicó. Hoy día existen 13 mil ciudadanos italianos en México y 85 mil mexicanos descendientes de italianos.

En el siglo XX, a finales de los años 30, los argentinos comenzaron a emigrar a México. Principalmente eran actores y actrices ya que México era la Meca del show bisnes en Latinoamérica. La siguiente ola llegó entre 1976 y 1983, se trató de exiliados políticos que salieron de su país por la dictadura militar. Esta inmigración enriqueció las universidades y durante la última década han llegado nuevos inmigrantes, jóvenes empresarios en busca de oportunidades. Hoy en día los argentinos suman alrededor de 9 mil inmigrantes constituyendo la comunidad extranjera más numerosa de sudamericanos en México.

Los primeros ingleses se establecieron en México en 1823 cuando Pedro Romero de Terreros buscó gente en Inglaterra para rehabilitar sus minas. Inglaterra fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de México. Porfirio Díaz les otorgó grandes concesiones. Para 1910 el Aguila Oil Company controlaba el 58% de la producción petrolera del país. En 1938 el presidente Cárdenas decretó la expropiación petrolera, entonces se rompieron las relaciones diplomáticas que se restablecieron durante la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad la comunidad británica está integrada por cerca de 23 mil personas.

La migración japonesa comenzó a finales del siglo XIX cuando Porfirio Díaz alentó la inmigración hacia los grandes e inaccesible territorios del Sureste mexicano. A principios del siglo XX otro tipo de inmigrantes se establecieron en México. Venían contratados para la construcción del ferrocarril, la industria minera y cañera. La Segunda Guerra Mundial detuvo el flujo de japoneses a México, quienes fueron concentrados en la Ciudad de México y Guadalajara. Al terminar la guerra fueron liberados y regresaron a sus antiguas labores. Desde mediados de los años 50, más de 300 empresas niponas se han establecido en México con éxito y Japón se ha convertido en el tercer socio comercial de México. En la actualidad 20 mil descendientes de japoneses viven en México y son parte esencial de la economía y la vida pública del país.

En próxima nota hablaremos de las inmigraciones de estadounidenses, coreanos, franceses, chinos, libaneses, rusos y ucranianos.