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Detrás de las mentiras de la guerra de EU en Afganistán: Litio y minerales de tierras raras.

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Cristóbal León Campos*

 

La detención de Genaro García Luna genera expectativa y esperanza de que al fin muchos de los involucrados en el atraco al pueblo que ha significado el incremento de la corrupción y el narcotráfico desde la implantación del modelo neoliberal en México sean castigados y la impunidad llegue a su término. La vinculación de García Luna con el crimen organizado fue señalada desde mucho tiempo atrás por el POR ESTO! y por periodistas valientes y comprometidas con la verdad como Anabel Hernández, quien en su libro Los señores del narco, muestra los vínculos del régimen político de Felipe Calderón Hinojosa y los carteles de la droga, en donde la figura del hoy detenido es fundamental para operar las relaciones entre el crimen organizado y el Estado mexicano.

La penetración, impune hasta ahora, que se efectuó de las estructuras del sistema político mexicano permitió el rápido crecimiento de los carteles de la droga a niveles exponenciales poco imaginados para los años setenta, pues como señala Anabel Hernández, para esa época se podía hablar de bandas organizadas del crimen, pero no de las mafias conocidas en la actualidad, la complicidad política con el crimen es tan grande que no basta con el encarcelamiento y juicio de García Luna, las investigaciones, de ser absolutamente imparciales y verdaderamente justas, deberán conducir a las capas más altas del poder, vinculando a ex presidentes con los actos ilícitos perseguidos, no por nada, rápido cual ratón asustado, Felipe Calderón se desvinculó en sus redes sociales de cualquier conocimiento o relación de las acusaciones que enfrenta su entonces colaborador cercano, como bien reza la sabiduría popular resumida en un adagio: “explicación no pedida culpa aceptada”.

La corrupción, el robo al pueblo, la guerra desatada para cubrir intereses y proteger el mercado del narcotráfico vinculado al Estado, las muertes y torturas, las mentiras mediáticas y los show de burla a la opinión pública como el montado por Televisa en 2005 (ya desenmascarado), los contratos ilícitos con empresas privadas nacidas para lavar dinero, todo, absolutamente todo, debe ser investigado, todos los involucrados deben ser llamados frente a la justicia para deslindar responsabilidad, las pistas están puestas sobre la mesa, el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que se sigan las pistas y se esclarezca, eso es lo que esperamos los ciudadanos, los trabajadores y trabajadoras, el pueblo en suma, queremos la erradicación de esa putrefacción moral, ética, política-económica, que ha corrompido además a la cultura mexicana con la mediatización, normalización y reivindicación del crimen como lo demuestra la llamada narcocultura.

La ruptura con la narcocultura no va únicamente en el sentido de dejar de percibir a los narcotraficantes como los nuevos héroes, a los políticos corruptos, cínicos y ladrones de la riqueza generada por los trabajadores como seres que actúan normal (normalización del delito), también requiere de la participación comprometida de la sociedad para eliminar toca clase de reproducción simbólica, física, económica y política del crimen, es ahí donde encuentra lógica la cartilla moral, lógica en el sentido de la necesidad de nuevas directrices que ayuden a salir de esas manifestaciones y reproducciones, pero, como ya se ha dicho, la propia cartilla moral propuesta por el actual gobierno federal debe ser replanteada, lo relevante a resaltar es la acción concreta de la sociedad para exigir justicia, castigo a los culpables y para comprometerse a no dar lugar ya en ningún sentido a la proliferación y continuidad del narcotráfico, cosa que desde luego es compleja y difícil, por el poder que ejercen, la corrupción aún presente en muchos niveles e instancias y por la extorsión que los grupos delictivos hacen de manera directa sobre la población, el contexto tan grande de violencia aún imperante es un manto a superar. El juicio a García Luna debe servir para abrir el camino, para que gente como Felipe Calderón sea puesta ante la ley y sea juzgado por todo tipo de delito cometido en su gestión caracterizada por el atraco al pueblo.

El narcotráfico ejemplifica el sistema capitalista con manifestaciones desmoralizadas y putrefactas, la siembra y el cultivo de las plantas reproducen las formas de explotación de la naturaleza-fuerza de trabajo, la conversión y su mercantilización ya como droga es igual una muestra de la teoría del valor desarrollada por Carlos Marx, formas tradicionales y modernas están presentes, las figuras del trabajador explotado, el patrón, el comerciante, el dueño de los medios de producción y el gran mercado en donde se inserta para su consumo, por eso es necesario superar todas las estructuras económicas y políticas que permiten su existencia, no basta con el combate a la corrupción, hay que erradicar toda la raíz del mal, junto a la eliminación de los ideales que fetichizan al narcotráfico. Es falso lo que algunos escritores e intelectuales han afirmado jugando a la pose posmoderna de pseudocríticos y transgresores del sistema con el fin de engañar y vender, la narcocultura no es para nada una forma de resistencia o revolución interna que atente contra los valores del capitalismo, la narcocultura es el sistema capitalista exponenciado en su contradicción natural que le impide generar las condiciones plenas para la vida digna.

*Integrante del Colectivo Disyuntivas