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Claudia Sheinbaum, reconocida como ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, fue designada como la candidata del partido Morena para las elecciones presidenciales de junio de 2024.
Esta nominación la posiciona como una de las favoritas para suceder a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de México, respaldada por diversas encuestas.
Nacida en la Ciudad de México en 1962, Sheinbaum es licenciada en Física y posee tanto una maestría como un doctorado en Ingeniería en Energía.
Su vida personal incluye dos hijos y un nieto, y mantiene una relación con Jesús María Tarriba, a quien conoció durante su etapa universitaria.
La colaboración y la cercanía con el actual Presidente de la República se han mantenido firme a lo largo de los años, evidenciado en su acompañamiento a López Obrador en sus tres intentos por alcanzar la presidencia, culminando en su victoria en 2018.
Ese mismo año, Sheinbaum asumió la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, obteniendo el 47 por ciento de los votos, una diferencia de 16 puntos sobre su competidor más cercano.
Tras cuatro años y medio al mando, decidió dejar su puesto con la mira puesta en la candidatura presidencial de Morena, partido del cual es fundadora.
Sheinbaum ha subrayado el favorable panorama político que disfruta su partido bajo el liderazgo de López Obrador y sostiene que México está listo para ser liderado por una mujer.
Con su candidatura, busca capitalizar este momento y aspira a convertirse en la primera mujer presidenta de México.
Descendientes de una familia con raíces judías que emigró a México y padres dedicados a la ciencia académica, estudió la licenciatura en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para obtener el grado realizó una tesis centrada en el uso de estufas de leña en comunidades rurales.
Posteriormente, avanzó en sus estudios con una maestría y un doctorado en Ingeniería de Energía en la misma institución, complementando su formación con una estancia académica en la Universidad de California, Estados Unidos.
Durante su tiempo en la UNAM, Sheinbaum jugó un papel activo en el movimiento estudiantil contra reformas universitarias de corte neoliberal, emergiendo como una líder destacada.
Su matrimonio con Carlos Ímaz la llevó a unirse al Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque su participación fue más desde las bases que en la cúpula del partido, a diferencia de su entonces esposo.
Sheinbaum ha colaborado como asesora tanto para la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía como para la Comisión Federal de Electricidad en México, y a nivel internacional, ha sido consultora para el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En los años noventa, contribuyó al desarrollo de metodologías para que las autoridades de Ciudad de México pudieran medir la contaminación, implementar un sistema de alerta y adoptar medidas de contingencia ambiental.
En 1999, un año después de que López Obrador renunciara a la dirigencia del PRD para competir por la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, se realizaron reuniones estratégicas en el hogar que Sheinbaum compartía con Carlos Ímaz, su esposo en aquel momento y líder del PRD en la capital.
A pesar de que Sheinbaum no desempeñaba un papel activo en la jerarquía del partido debido a su compromiso con la academia y la crianza de sus hijos, su inclusión en estos encuentros no fue menos significativa.
Aunque su participación no implicaba una función directiva, su presencia facilitó que López Obrador la reconociera y la considerara para colaboraciones futuras.
Este acercamiento inicial entre Sheinbaum y López Obrador sentó las bases para una colaboración profesional fructífera, subrayando la importancia del respeto y el reconocimiento mutuos en su trayectoria conjunta hacia el cambio político y social en México.
En el año 2000, siendo Andrés Manuel López Obrador jefe de Gobierno en la capital del país, la invitó a convertirse en secretaria de Medio Ambiente.
Para el año 2006, Sheinbaum desempeñó un rol activo en uno de los episodios más emblemáticos de la política reciente de México: la huelga de 48 días en Paseo de la Reforma. Este movimiento se originó tras las elecciones presidenciales que marcaron el primer intento de López Obrador por alcanzar la presidencia bajo el abanderamiento del PRD.
En aquel entonces, frente a los resultados electorales que favorecían a Felipe Calderón del PAN, los colaboradores y seguidores más fieles de López Obrador establecieron un campamento permanente a lo largo de la avenida más destacada de la nación, reclamando un recuento de los votos.
La protesta culminó con una marcha hacia el Zócalo de la capital, donde López Obrador fue aclamado como “presidente legítimo” por sus seguidores.
Dentro de este contexto de movilización, López Obrador conformó un "gabinete" simbólico, asignando a Sheinbaum la responsabilidad sobre un asunto de vital importancia para el movimiento: la defensa de los recursos naturales del país, con especial énfasis en el petróleo.
En el año 2012, Andrés Manuel López Obrador volvió a considerar a Claudia Sheinbaum para un puesto clave en su propuesta de gabinete, específicamente para liderar la Secretaría de Medio Ambiente, en caso de resultar victorioso en las elecciones presidenciales.
Sin embargo, el escenario electoral no favoreció a López Obrador, quien fue superado en los comicios por Enrique Peña Nieto del PRI.
Tras este revés político, Sheinbaum regresó a su labor en el ámbito académico, desempeñándose como investigadora, mientras que López Obrador se enfocó en la creación de un nuevo proyecto político.
Este esfuerzo culminaría en la fundación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido político que se consolidaría como una nueva fuerza dentro del panorama político mexicano.
Este capítulo en las carreras de Sheinbaum y López Obrador demuestra su resiliencia y capacidad para adaptarse a los cambios del entorno político, manteniendo su compromiso con los principios que los caracterizan.
La transición de Sheinbaum hacia la academia y el proceso de construcción de Morena por parte de López Obrador son ejemplos claros de su búsqueda continua por influir y contribuir al desarrollo nacional desde diferentes frentes.
En 2015, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), liderado por Andrés Manuel López Obrador, nominó a Claudia Sheinbaum para competir por la alcaldía de Tlalpan, un distrito clave en la Ciudad de México.
Sheinbaum resultó victoriosa, marcando así uno de los primeros triunfos significativos para el entonces emergente partido de López Obrador.
Dos años después de asumir el cargo, Sheinbaum decidió dejar la alcaldía para sumarse activamente a la campaña presidencial de López Obrador de cara a las elecciones de 2018.
Su participación no solo buscaba fortalecer la candidatura de López Obrador, sino también pavimentar el camino hacia su propia postulación para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
El resultado de este esfuerzo conjunto fue extraordinario. La campaña de López Obrador generó un impulso sin precedentes que no solo lo llevó a ganar la presidencia y residir en el Palacio Nacional, sino que también propició victorias significativas para Morena en varios estados y el Congreso.
Este efecto dominó culminó con la elección de Claudia Sheinbaum como la primera mujer en ocupar el cargo de Jefa de Gobierno de la Ciudad de México en 2018, marcando un hito en la historia política del país.
Al asumir la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum heredó el legado de dos décadas de administraciones progresistas, iniciadas cuando Cuauhtémoc Cárdenas derrotó al PRI en 1997, marcando el inicio de un cambio histórico.
Durante este periodo, figuras como Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, gobernador de 2006 a 2012, también dejaron su huella, contribuyendo a la transformación de la capital en un bastión de la izquierda moderna.
Este cambio no solo reflejó la diversidad de movimientos sociales, desde estudiantiles hasta campesinos y obreros, sino que también estableció las bases del obradorismo.
Sheinbaum tomó la responsabilidad de ampliar y profundizar los avances logrados por sus predecesores. Bajo su liderazgo, se llevaron a cabo significativas expansiones en la infraestructura de transporte público de bajas emisiones, incluyendo el Metrobús y el Trolebús, además de la ampliación de las redes de ciclovías.
Su administración se caracterizó por la implementación de políticas inclusivas y de apoyo a las minorías, así como por la extensión de programas educativos y de becas destinados a estudiantes de bajos recursos.
Además, se destacó la creación del programa Pilares, diseñado para ofrecer espacios de formación extracurricular y actividades culturales en las zonas más marginadas de la ciudad, reafirmando el compromiso de Sheinbaum con la igualdad y la justicia social.
Este enfoque integral refleja la visión de una Ciudad de México más inclusiva y sostenible, continuando con el legado de progreso y transformación iniciado hace más de dos décadas.
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