Después del éxito europeo (finalista en la Europa League), la Roma se dio de bruces con su realidad en una Serie A, en la que en los últimos meses es incapaz de mostrarse efectivo ante cualquier rival, como le sucedió este lunes ante el Salernitana, contra el que rescató un empate insuficiente (2-2).
Lo que se presentó como una tarde festiva en el Olímpico acabó siendo un ‘deja-vú’ de las últimas noches vividas en el campeonato doméstico, en el que no gana desde el pasado 16 de abril ante el Udinese, lo que le obliga a ser quirúrgico en las dos últimas jornadas que restan para poder mantener el sexto puesto.
Una plaza a la que ha conseguido auparse con el empate y gracias a la sanción impuesta al Juventus de 10 puntos, que hace caer al equipo blanquinegro al séptimo hueco de la tabla.
En un choque con duelo de lusos en los banquillos, José Mourinho y Paulo Sousa, fue el segundo el que celebró primero en un estadio ávido de poder festejar con sus jugadores el pase a la final de la Liga Europa en la que se medirá al Sevilla.
Noticia Destacada
Leones de Yucatán pierden en el primer duelo de la serie ante los Tigres de Quintana Roo
Un golazo de Candreva en el minuto 12, un remate casi acrobático dentro del área para poner el balón en una escuadra, ya puso de manifiesto que el Roma, con varios suplentes en el campo y todavía condicionado por las numerosas lesiones, entre ellas la de Paulo Dybala, iba a volver a las andadas.
Intentó evitarlo El Shaarawy con un gol en la que fue su primera titularidad tras la lesión, aprovechando un rechace del portero mexicano Memo Ochoa en una falta que cazó el italiano para devolver la alegría a un Olímpico venido a menos.
El Roma se juega mucho en apenas dos semanas. Primero ante el Fiorentina, luego ante el Sevilla y por último ante el Spezia. Tres partidos que pueden colocar al equipo en Liga de Campeones, en Liga Europa, en Liga Conferencia o dejarlo fuera de las tres. Todo por decidir.
Se calentaron los ánimos en el Olímpico de Roma
Se acababa el partido y los visitantes querían llevarse las tres unidades con un contragolpe que terminó siendo cortado en media cancha. Sin embargo, comenzaron los empujones entre varios futbolistas, por lo que personajes como Guillermo Ochoa y José Mourinho llegaron a separar.