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En tres períodos de Gobierno, casi 10 años en el poder, Renán Barrera Concha ha demostrado su incapacidad para controlar el caos vial que aqueja a Mérida y que a diario sufren los ciudadanos. La planificación de crecimiento urbano se le escapa de las manos.
A pesar de los esfuerzos de advertencia de organismos de la sociedad, el crecimiento urbano está sin control. Tiene un ritmo acelerado de 1.8 por ciento anual, según datos del Inegi.
Una expansión de ese tamaño causa un impacto negativo también en toda la zona metropolitana.
Adicionalmente, la gravedad que pone al borde del caos a Mérida es el número creciente de automóviles en circulación.
Según el registro de vehículos motores del Inegi, en 2012 había en la entidad 575 mil 850 unidades, pero en 2022 llegó a 994 mil 656. El número de autos creció en 418 mil 806 entre 2012 y 2022. El crecimiento porcentual total es de aproximadamente 72.7 por ciento en 10 años. A la vez, el crecimiento porcentual anual es de 5.6 por ciento en este periodo.
En 2023, Yucatán tendría un millón 50 mil vehículos automotores. Es la mitad de la población de Yucatán, considerada en 2 millones. De ahí los grandes embotellamientos en los accesos principales de la ciudad: Mérida-Cancún, Francisco de Montejo-Las Américas, Héroes-Mérida, Ciudad Caucel-Mérida, Mérida-Umán, sin considerar otros puntos como el de Motul-Mérida.
Del millón de vehículos, se calcula que casi el 80 por ciento circulan en Mérida, lo que genera el caos vial incontrolable, aun con agentes de seguridad “agilizando” los accesos en horas pico.
Los programas de desarrollo urbano implementados por Barrera Concha dan la impresión, por los resultados, que han sido insuficientes o mal aplicados. No se ha logrado una adecuada planificación que permita descentralizar y descongestionar el tráfico.
El concepto de movilidad sustentable parece un eslogan de campaña o planes y fotografías. Barrera Concha, ahora, no solo es alcalde de Mérida, sino que tiene una aspiración más allá de la capital. Pero mientras tanto, Mérida, con su boom de crecimiento de 1.8 por ciento anual, avanza hacia un caos y hasta un colapso vial.
Urge replantear a fondo sus políticas de desarrollo urbano y movilidad. Se requieren medidas audaces, como ampliar y mejorar el transporte público, opinan expertos en la materia.
Según GeoComunes, en los últimos 30 años, la superficie urbana de Mérida casi se duplicó, de 8.121 hectáreas en 1990 a 15.388 en 2019, un crecimiento de 89 por ciento. Pero eso era hasta 2019. Los datos más recientes del Inegi apuntan que el crecimiento es de 2.2 por ciento y en términos de superficie, la expansión urbana fue de 7.267 hectáreas, casi el doble de lo que había hace tres décadas.
El Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi muestra que el crecimiento del Estado alcanzó 2 millones 320 mil 898 habitantes, con un crecimiento anual de 1.8 por ciento. Mérida tiene 995 mil 129 habitantes, y aplicando el porcentaje de crecimiento anual de 1.8 por ciento, la ciudad tendría más de un millón 29 mil habitantes este 2023.
El Inegi también reportó que entre 2015 y 2020 llegaron a vivir a Mérida más de 80 mil personas, de 83 países de cinco continentes, 32 entidades y municipios. Además, la publicidad de “Yucatán seguro” se convierte en atractivo. Por eso ha crecido 61 por ciento la cifra de extranjeros en el Estado. Estos ocupan espacios en Mérida, y por importancia Valladolid y Progreso.
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LV
