¡Se cae a pedazos! Ayuntamiento de Acanceh, sin interés de rescatar antigua estación del tren

la desidia del Ayuntamiento de Acanceh amenaza con acabar con la historia del ferrocarril, pues la antigua estación se está cayendo a pedazos
domingo, 25 de junio de 2023 · 09:39

A poco más de un siglo que Yucatán despuntó a nivel nacional al tener el único sistema ferroviario con capital local, en Acanceh la historia del ferrocarril se cae a pedazos junto con su estación ante la desidia de la autoridades locales.

Mientras en otros municipios las estaciones de ferrocarril han sido convertidas en museos, parques ecológicos y casas de la cultura, en Acanceh el inmueble se desmorona ante el desinterés del Ayuntamiento.

Las crónicas de esa época señalan que el 7 de enero de 1912, a las 8:00 horas, partió de Mérida rumbo a Sotuta el tren inaugural de la conexión Mérida-Acanceh-Sotuta con una longitud de 80 kilómetros. Aquel día, el gobernador de entonces, Nicolas Cámara, rompió una botella de champagne de 750 mililitros en la trompa de la locomotora de carbón mineral de hulla, acto realizado en los andenes de la estación en la calle 57 entre 48 y 46 en la ciudad de Mérida.

La llegada del tren por primera vez en Acanceh fue espectacular, con el humo de la locomotora alzándose al cielo y el sonido estrepitoso del silbato, apareció en el horizonte la enorme locomotora jalando los vagones; la gente, arremolinada en los patios de la estación, mostraba su alegría y admiración por su arribo.

Hipólito Chab Cuitún, quien en 1966 comenzó a trabajar en la estación desde checador de llegada hasta limpiador del lugar, recordó con añoranza que “era un ir y venir de gente; a las 7:00 horas se escuchaba el silbato de la locomotora que venía de Sotuta rumbo a Mérida, veías a la gente llegar a esta estación, comprar sus boletos, otros pesaban sus mercancías que llevaban a vender a Mérida, a Sotuta, a Seyé; mientras que la gente del pueblo vendía panuchos, salbutes, refrescos”.

“Esto sin tomar en cuenta las tragedias que ocurrieron en las rieles del tren, donde lamentablemente varias personas de esta localidad perdieron la vida, cosas así son las que se vivieron en aquellos tiempos”, señaló el hombre.

Dijo lamentar las actuales condiciones de este viejo edificio, cuyas paredes y techos se van cayendo poco a poco.

“La estación de trenes constaba de cuatro piezas, la bodega, donde se acumulaba la mercancía que se transportaba; la sala de espera que estaba junto con la taquilla; el dormitorio del que fue jefe de estación y los baños”, subrayó.

“En 1996 el tren dejó de pasar, pero el edificio estaba en perfecto estado, luego por la falta de mantenimiento y porque el Ayuntamiento no le dio la importancia necesaria se fue abandonando hasta quedar como está hoy”, indicó Hipólito. 

Ahora, 111 años después de ser inaugurada, la estación de ferrocarriles de Acanceh sucumbe ante el olvido, al igual que la historia entre sus habitantes.

El joven Javier Pérez Chalé señaló: “A mis 20 años realmente no sé nada del tren, sólo tengo en la mente lo que mis papás y abuelos me han contado, que viajaron en las locomotoras y que fue una época muy bonita, pero fuera de ello no hay nada más, ya que en el pueblo sólo está el edificio que se está cayendo, no hay nada más y de aquí unos años más a lo mejor y el edificio quizá ya no exista”, precisó Javier.

Cabe recordar que la ruta Mérida-Sotuta fue la última que inauguró, en 1912, la empresa Ferrocarriles Unidos de Yucatán, cuyos accionistas eran los Peón, Molina, Cantón, Cantón Rosado y Escalante.

La historia tangible de los ferrocarriles en Yucatán inicia el 15 de septiembre de 1881, cuando se inauguró la primera vía: Mérida-Progreso, y en 1886 el ramal Conkal-Chicxulub Pueblo-Progreso.

En 1890 se abrió el servicio hacia Izamal y ocho años después el tren llegó a Campeche. En 1900 se inauguró la vía Mérida-Peto, cuatro años después llegó a Ticul, dos años más tarde a Valladolid y la última ruta en inaugurarse fue en 1912 cuando rodó el transporte ferroviario hasta Sotuta, pasando por Acanceh.

En sendos libros sobre los ferrocarriles de Yucatán, Miguel Vidal Rivero y Pedro Echeverría V. relatan que en 1912, Yucatán era la Entidad con mayor extensión de líneas férreas en el país, aglutinadas en la empresa Ferrocarriles Unidos de Yucatán en varios sectores, con un total de 918 kilómetros. Su capital era de 23 millones de pesos, era el de mayor importancia de los capitales privados del país.

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