Paraíso Sisal: Los Campos Agüero intentan 'lavar' su imagen con 250 mp; 'ofrecen' obras benéficas

Según pobladores, para “lavar” los daños causados al medio ambiente, los hermanos Víctor y Daniel Campos Agüero pagaron 250 mil pesos para el domo de una escuela; los padres lo aceptaron de buena fe, pero días después, exigieron una “constancia de la buena acción”: una carta firmada por los papás
viernes, 21 de abril de 2023 · 09:17

Sisaleños aseguran que los hermanos Daniel y Víctor Campos Agüero, que venden en millones de pesos kilómetros de playa que fueron parte de la Reserva El Palmar, ofrecen miles de pesos para “obras sociales”, para intentar formarse una imagen de “benefactores” y evitar el desprecio de la población a su proyecto inmobiliario. Pero todo es un “plan con maña”.

Un padre de familia involucrado en la remodelación de un colegio contó a POR ESTO! que los dueños de Paraíso Sisal -nombre comercial del proyecto de viviendas de lujo y lotes a la orilla del mar- se ofrecieron a “donar” dinero para edificar el domo de la escuela primaria “Amado Nervo”, cuyos recursos eran insuficientes para la obra; los empresarios -asegura- ofrecieron 250 mil pesos para “completar” el presupuesto; pero su falso altruismo “tenía cola” porque nunca lo pensaron como una obra benéfica, sino lo que realmente querían era comprar conciencias: solicitaron a la institución una “constancia de la buena acción”, con la firma de todo el consejo escolar.

Así, intentan aprovecharse de la necesidad de la gente que busca salir adelante viviendo “al día” en un lugar en donde la vida se ha encarecido drásticamente… “Lo puedes ver en los precios: hace un año, un terreno en la zona costera lo estaban vendiendo en un millón de pesos. Ahora no baja de los seis millones”, asegura un vecino del pueblo, quien está en contra de lo que está pasando con los grandes proyectos inmobiliarios.

 “Lo del Pueblo Mágico fue pensando en los empresarios que están construyendo”, argumentó otro vecino del puerto. “A ellos les conviene ese título porque pueden rentar o vender más caras las propiedades”.

“Sí, podemos decir que son dos Sisales. Por ejemplo, aquí donde estamos trabajando, no vive nadie que sea originario de Sisal”, comenta un obrero. Dice que la diferencia es aún mayor fuera del Centro, con desarrollos que apuntan al turismo, y se acrecienta pasando los límites sisaleños, pues las grandes construcciones están dirigidas principalmente al mercado extranjero, incluso los anuncios de venta están en inglés.

A “billetazos”

Debido a la devastación que se ha hecho en la zona aledaña a la reserva natural El Palmar, el proyecto inmobiliario también ha generado rechazo de pobladores de Sisal; por eso, informan los vecinos que los hermanos Campos Agüero han buscado el “acercamiento” con la población mediante el dinero, con la intención de “tapar” el ecocidio. Para ello, dicen, no han escatimado en gastar miles de pesos con tal de obtener una imagen de “benefactores”.

“Los dueños de Paraíso Sisal se ofrecieron a donar el dinero necesario para el domo de la primaria”, reveló un padre de familia que estuvo involucrado en la remodelación de la primaria Amado Nervo. El dinero con el que la escuela contaba no alcanzaba para la instalación de un techo tipo domo en la terraza principal del recinto. Entonces, los Campos Agüero desembolsaron 250 mil pesos que faltaban para que la obra se llevara al cabo y, así, jactarse de su altruismo. Pero al poco tiempo: “Solicitaron a la escuela una constancia en la que se diera fe de sus buenas acciones”, contaron padres que constataron lo ocurrido y agregaron que incluso querían que todos los del consejo escolar lo firmaran.

“Al final, lo de la constancia no importa. Uno, como papá, lo deja pasar porque está pensando en el bienestar de sus hijos. Pero que te quieran cobrar, no me parece”, indicaron los inconformes.

“De saber que era más ‘un favor’ que nos iban a intentar cobrar, nos hubiésemos negado”, comentaron al recordar el modus operandi de la gente con dinero que supuestamente desea un beneficio. “Desafortunadamente es algo que ha sucedido desde hace muchos años en Sisal. Los dueños de propiedades se han hecho así de grandes terrenos: primero llegan con ese interés de ayudar, de que vean que son solidarios, para luego hacer que las personas se sientan obligadas a cooperar en lo que les piden”, detalló un papá, que prefirió el anonimato.

“Y los empresarios con dinero lo pueden hacer, pues tristemente en Sisal no hay ley”, lamentó. “No hay una verdadera unión entre los pobladores y de eso se aprovechan para sacar ventaja de la necesidad de unos”, declaró. “Lo de Paraíso Sisal es algo que preocupa y estamos a la espera de lo que pudiese ocurrir”, indicaron. “Si la gente de Sisal se uniera y se manifestara, estoy seguro de que se tendría la posibilidad de que lograr algo”, agregaron.

 

¿Complicidad religiosa y de alcaldes?

El actuar del Cártel de Sisal demuestra que busca usar su dinero para comprar conciencias, consideran los entrevistados. Y no solo lo hacen en una escuela, sino que sus tentáculos también llegan a la religión. Los pobladores sisaleños informaron que los Campos Agüero “también quieren ganarse indulgencias” y planean construir la capilla del Cristo Negro de Sisal, el patrono de la comunidad. La Iglesia Católica no ha fijado postura sobre esta “alianza” con los empresarios ni los compromisos que ello implica. 

Incluso los vecinos entrevistados aseguran que los Campos Agüero han entregado vehículos al Ayuntamiento de Hunucmá, para uso de la policía municipal y recolección de basura, lo que explicaría la permisividad y complicidad con que han actuado la administración anterior, encabezada por el panista José Alberto Padrón Romero -que se llevó todos los documentos de dos trienios- y de la actual, Edna Marissa Franco Ceballos. Ambos han concedido permisos de construcción en Paraíso Sisal.

Sin beneficios

Pero, dicen los informantes, el dinero de los empresarios se queda en pocas manos. Ni siquiera los pequeños empresarios tienen oportunidad de “emerger” con la supuesta inversión que se hace en el puerto: el propietario de un restaurante bien ubicado, a 150 metros de la playa, señala que Paraíso Sisal no le beneficia, incluso teme que todos los insumos encarezcan ante las millonarias inversiones que se realizan en la zona donde opera la inmobiliaria de los Campos Agüero. “Las becas y apoyos escolares que reciben los niños se pueden perder porque en el registro aparece que viven en un parador turístico”, indicó.

El marcado contraste entre el poder adquisitivo de los habitantes de Sisal y los compradores de casas de lujo hacen que el puerto esté dividido, según se pudo conocer en un recorrido por esa localidad, donde se entrevistó a pobladores de esa comisaría de Hunucmá.

La diferencia se hace evidente saliendo del Centro del puerto, con desarrollos que apuntan al turismo, y se acrecienta pasando los límites sisaleños.

“Y los de fuera, de repente son los que se quejan o exigen más, pero la realidad es que solo vienen cada temporada… se acaban las vacaciones, y ya no se encuentran”, indicó otro empleado.

Los consultados se encontraban limpiando un predio, en una zona en la que aprecia un par de problemáticas muy marcadas. Una de ellas es la basura. “Puedes ver que dejan las bolsas. Como es gente que ya se fue y no sabe cuándo pasa el basurero, lo dejan todo ahí y que sea problema de alguien más”, explicaron.

Ese vicio se reflejó en un amontonamiento de bolsas y desperdicios en cada esquina de la calle 15. Eso propició que los trabajadores tuvieran mucho qué hacer.

“Solo teníamos que recoger lo que es basura de palmeras, hojas y cocos, pero ya había un montón de cosas tiradas y se formó un montículo que hasta culebras tenía, por lo que mejor lo quemé para que fuese más sencillo retirar todo”, explicó.

Otro detalle a considerar es que el vehículo del dueño de un predio estaba estacionado casi en el medio del camino, lo que implicó otra denuncia.

“Ya muchos lo hacen, sobre todo en las casas que están cerca de la playa. Ponen unos ‘fantasmas’ (indicadores de alineamiento) para que nadie se pueda estacionar en su entrada, pero así se están agenciando terreno que no es suyo”, explicaron.

“Su propiedad es donde está su construcción. Lo demás es la calle y ponen sus propios límites, a unos dos o hasta tres metros de distancia”, apuntaron.

Se pudo constatar, que incluso usan troncos de palmeras para tal efecto. “El problema es que mientras nadie diga nada. Todo sigue igual”.

 Y, mientras tanto, las autoridades municipales son como otros fantasmas, escondidos en la oscura red que teje con dinero el Cártel de Sisal.

Proyecto rechazado

Como hemos informado, el Cártel de Sisal, un grupúsculo de empresarios encabezado por Víctor y Daniel Campos Agüero comercializan 600 lotes -de 10 por 100 metros- en la privilegiada y “virgen” costa Norponiente del Estado, precisamente al Poniente del pueblo de Sisal, gracias a que, en 2018, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales les autorizó “urbanizar” esa franja.

Con precios que rondan el medio millón de pesos por metro lineal, el proyecto denominado Paraíso Sisal se logró con base en recovecos legales y complicidad de autoridades estatales y federales. La revelación de estas irregularidades por parte de POR ESTO! ha levantado ámpula entre todos los sectores, desde el social hasta, incluso, el inversionista: el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se ha manifestado por aplicar la ley para evitar el saqueo de las costas que se está dando en el complejo habitacional de lujo.

El rechazo al proyecto, por parte, también, de activistas, científicos y académicos, que han advertido del daño que causa no sólo al hábitat costero sino a todo el Estado y a su economía, ya tuvo un resultado contundente: en días pasados, la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa) clausuró la obra de instalación de 50 geotubos que los empresarios por sus fueros y sin permisos legales instalaron a lo largo de poco más de mil 700 metros costeros. Las estructuras buscan frenar la cada vez más grave erosión que provocan fenómenos naturales y actividades humanas como la construcción de casas. El problema es tan grave que, como ya hemos informado, la primera duna ya se la tragó el mar y las pocas casas del complejo inmobiliario están “acercándose” al mar.

Continuará…

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CC