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Dejan en calles de Acapulco los cuerpos de cuatro personas desmembradas y decapitadas
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Se vivió un fin de semana fatídico para el sector ribereño, en el que se detectaron cinco asaltos armados en altamar, y los efectos del Frente Frío Número 49 ocasionaron que alrededor de 500 navíos permanecieran en sus sitios de anclaje.
Sin embargo, a mitad de esta semana los dueños de embarcaciones retornarán a realizar el avituallamiento de sus navíos con la esperanza de poder acudir de nuevo a ejercer labores para mejorar su economía, pues se manifestó que la temporada del mero aún no resulta del todo benéfica para estos hombres de mar.
En un recorrido en el embarcadero “La caleta” se observó que solamente unas 80 lanchas partirán rumbo a conseguir producto en jornadas que van desde las 15 horas hasta los tres días completos en el mar. Casi todos ejerciendo el palangre, técnica que consiste en lanzar al mar una línea con miles de anzuelos.
Lo que detiene a la mayoría de los hombres de mar es el precio alto con el que se han topado para poder armar sus barcos. Ejemplo de ello lo declara el pescador Elías Solorzano, quien es parte de una embarcación de mayor tamaño, y dijo que se necesita una mayor inversión y una pesca cercana a la media tonelada para que el gasto sea redituable.
“Está todo muy caro y no nos salen las cuentas para poder zarpar por mero. La carnada, a pesar de que está a 10 pesos, nosotros necesitamos llevar hasta 300 kilos de ella. Si a eso le agregamos que cargamos 350 litros de combustible que cuesta alrededor de 25 pesos, es un costo muy alto para zarpar. Para que podamos obtener un ingreso “pasable” necesitaríamos traer en una semana de labores mínimo 400 kilos”, externó el pescador.
Aparte, se dio a conocer que el precio del mero, a pesar de ser uno de los más altos, se ha mostrado irregular, por lo que se necesitaría esperar al arribo de la primera “barcada” de navegación mayor para saber si abundará producto en el mercado local, para que eso regule a un precio fijo de esta especie.
Para aumentar el martirio que viven estos pescadores, se informó que también se espera un mal tiempo. Por ello se espera que la Capitanía de Puertos Regional anuncie el cierre de actividades a la navegación menor.
“Por cómo van las cosas parece que nos vamos a tener que esperar hasta la fiebre del pulpo porque no ha salido nada bien en la temporada del mero. No hay ni dinero ni producto en el mar. Me quedé sin trabajo desde hace una semana porque casi nadie quiere arriesgar capital para luego endeudarse si no se consigue el pescado suficiente”, indicó Jaime Naal.
Quienes también se quedaron sin trabajar fueron alrededor de 15 pescadores que tras sufrir asaltos en manos de piratas entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, no han podido zarpar nuevamente, ya que sus navíos aún continúan sin aditamentos y motores fuera de borda.
A pesar de que fueron varios quienes declararon sus testimonios, en la visita que esta corresponsalía hizo al embarcadero “La Caleta” solo Mario Ruz Martín, integrante de la lancha Gokú, quiso otorgar identidad y voz para pedirle a las autoridades hacer algo al respecto.
“Tengo entendido que hubo una denuncia por los dueños, pero solamente vino una vez la Fiscalía General del Estado, la Dirección de Pesca y agentes policíacos. No se sabe nada del caso y nosotros seguimos sin poder trabajar, pues el motor de la lancha cuesta arriba de 70 mil pesos. Entre varios habíamos juntado dinero para comprarlo y se nos fue en cuestión de segundos”, explicó.
El hombre de mar admitió que la desesperación ha llegado a tope debido a que, al menos en su caso, tiene una familia con hijos menores que asisten a la escuela, por lo que día a día los gastos lo absorben y los ahorros se van esfumando a medida que sigue avanzando el tiempo.
Por el momento, la comunicación vía radial es una táctica que han empleado quienes sí han optado por zarpar a pesar de que persiste el miedo de que la banda criminal los intercepte.
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CC
