Dueños del Paraíso: Semarnat autorizó en 2018 la deforestación y urbanización de la Reserva de Sisal

Pese a que supo que se impactaría al 41% de especies animales en la zona Petenes-Celestún-Palmar, el exdelegado de Semarnat Hernán José Cárdenas López, autorizó a la inmobiliaria de los hermanos Campos Agüero el Manifiesto de Impacto Ambiental para instalar infraestructura
jueves, 23 de marzo de 2023 · 09:21

Para obtener los permisos que les permitieran ampliar caminos y realizar obras de urbanización para comercializar 416 lotes en Paraíso Sisal, la inmobiliaria vinculada con los hermanos Víctor y Daniel Campos Agüero pasó por encima de todo, incluso de la fauna que habita en la zona costera de Hunucmá.

La invasión a la playa del complejo inmobiliario inició apenas a los cinco meses de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) -representada en el 2018 en Yucatán por Hernán José Cárdenas López- autorizara la construcción en el área que fue separada de la Reserva Natural El Palmar.

La aprobación de Cárdenas López al Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) solicitado por Víctor Campos Agüero, en representación de su hermano Daniel y de dos hermanos Barbachano Herrero, se convirtió en un gran negocio inmobiliario que pone en riesgo al 41 por ciento de la fauna asentada en la zona denominada Petenes-Celestún-Palmar, según reconoce la propia Semarnat en un documento oficial.

Nada detuvo entonces el avance de los tentáculos del “Cártel de Sisal”. Según testigos, la gestión de los permisos y operaciones “bajo el agua” corrieron a cargo de Victoria Erosa Rivero, quien -según las mismas fuentes- en el organigrama de los Campos Agüero aparece como encargada de escriturar a compradores extranjeros de la inmobiliaria.

El entonces representante de Semarnat, Cárdenas López, opuso poca resistencia, y autorizó, mediante dos oficios, los permisos para deforestar el hogar de especies silvestres y ampliar de tres a seis metros los caminos de acceso a la zona, sembrar postes para dotar de electrificación a los lotes y urbanizar para convertir lo que antes fue Reserva Natural en una zona exclusiva para construir más de 400 viviendas.

Los Campos Agüero lo consiguieron mediante dos oficios emitidos por la misma autoridad. El primero es una autorización emitida el 26 de febrero de 2018 por la delegación de la Semarnat, a través del oficio 724.4/UGA-00098/0000492, referente al proyecto de “Urbanización, electrificación, ampliación de camino existente y apertura de un nuevo camino de acceso para un predio formado por los tablajes catastrales: 1896, 2888, 2889, 4802, 4803, 4804 y 5565, denominados Paraíso Sisal, ubicado en el Puerto de Sisal, Comisaría de Hunucmá, Yucatán”.

El oficio resalta que el proyecto de urbanización, ampliación del camino costero, apertura de un nuevo sendero y la electrificación de los lotes “no incluye o involucra en sí la construcción de viviendas, sino que correrá a cargo de cada comprador de lote realizar trámite correspondiente”, ya que este tipo de edificaciones puede afectar las dunas de arena, así como perturbar la vegetación del terreno.

Con esa condición, la autoridad ambiental dio “por cumplido este criterio” para su aprobación. Sin embargo, esto contradice las autorizaciones que dieron lugar a las edificaciones posteriores emprendidas por la inmobiliaria.

Al margen de la ley, el promovente, al igual que la Inmobiliaria El Palmar de Sisal, presentó nuevos proyectos para continuar con la construcción de su desarrollo en lo que antes era parte de la Reserva Ecológica El Palmar.

No solo eso, para dar viabilidad a la ampliación del camino con un total de 12 mil 930 metros cuadrados, así como la apertura de un nuevo sendero de cuatro mil 978 metros cuadrados, el oficio de la Semarnat requirió el cambio de uso de suelo, a pesar de que la misma autoridad ambiental reconoció que el proyecto está junto a una reserva ecológica.

También hubo una nueva condición que cambiaría la libertad de las aves en la reserva: “Considerándose que el predio del proyecto colinda con el área natural protegida de El Palmar, así como se incluye en el Área de importancia para la Conservación de las Aves denominada Ría Celestún, se hace indispensable la instalación de disuasores de aves o dispositivos anti colisión (para el conductor del tendido eléctrico en la zona)”, explica el documento de aprobación.

La Semarnat condicionó a los fraccionadores a cambiar el uso de suelo, para poder realizar la ampliación de un camino de acceso costero, que pasó de tres metros a seis metros. Pero no le importó la deforestación.

“La ampliación de la vialidad existente requerirá el Cambio de Uso de Suelo debido a que se proyecta la remoción de cobertura vegetal de una superficie de 12 mil 930.883 metros cuadrados. Esta actividad se realizará con la finalidad de ampliar el ancho del camino que actualmente posee 3.0 metros y se espera adicionar 3.0 metros hacia el costado norte de dicho camino; para hacer un total de 6.0 metros de la vialidad”, detalla el MIA.

Severo impacto

En el permiso se reconoce que la ampliación del camino afectará “al 40.56 por ciento de la fauna del estado de la Ecorregión Petenes-Celestún Palmar, impacto ambiental que “se traducirá a una perturbación temporal que desplazará a los ejemplares faunísticos a predios colindantes y siempre hacia zonas con cobertura vegetal”.

Pese al severo impacto, las autoridades de la delegación yucateca de la Semarnat otorgaron la autorización para el cambio de uso de suelo del terreno forestal el 16 de abril de 2018, a través del oficio 726.4/UARRN-DSFS/117/2018/0001034.

A manera de enmendar el impacto, “[…] se contempla la delimitación de una superficie de conservación, considerando que el área sujeta a cambio de uso de suelo (en los tablajes 1896, 2888, 2889, 4803, 4802,4804, y 5565) colindan con el manglar aunado que el mismo proyecto contempla entre sus alcances, medidas de prevención y mitigación de impactos ambientales”, indica el oficio de autorización 724.4/UGA-00098/0000492.

Además, las autoridades ambientales determinaron que la autorización del proyecto “tendrá una vigencia de dos años para la construcción de la urbanización”, así como “20 años de operación de la misma”.

 No obstante, “la vigencia del proyecto podrá ser renovada a solicitud del promovente, previa acreditación de haber cumplido satisfactoriamente con todos los términos y condicionantes del presente resolutivo, así como de las medidas de prevención, mitigación y/o compensación establecida por el promovente en la MIA-P [31YU2017UD085] y previo al término de las vigencias, tanto para construcción como operación”.

Cabe mencionar que dentro de la operación y mantenimiento de dicha infraestructura urbana, la Semarnat indicó que el promovente debió: “instalar letreros informativos del área destinada a su conservación, describiendo la función que desempeñan”; “presentar un Programa de Monitoreo Ambiental, durante la ejecución del proyecto, presentando un informe semestral de dicho cumplimiento, con anexo fotográfico, a partir del inicio de las actividades”; “previo a la construcción de cualquiera de las viviendas u otro tipo de obra no prevista en esta autorización, ajustarse a la normativa aplicable en su caso”, entre otras acciones.

Ecosistema amenazado

Como ha documentado Por Esto!, los terrenos donde se levanta el gran desarrollo habitacional y turístico Paraíso Sisal están rodeados de un ecosistema formado, mayormente, por humedales y mangle. Es un lugar único, señala la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), una comisión intersecretarial del Gobierno Federal que opera en el país desde 1992 para la protección de áreas naturales.

La Conabio establece que en El Palmar hay una serie de amenazas, como el “crecimiento y desarrollo urbano en las zonas costeras (infraestructura, carretera, construcción de dársenas y puentes), así como contaminación por escurrimientos agrícolas y de aguas negras” e incremento de actividad turística.

Pese a la observación, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) -tal como ha documentado Por Esto!- desde 2018 ha dado su aval a una serie de cambios de uso de suelo a través de la aprobación de Manifestaciones de Impacto Ambiental, principalmente a las inmobiliarias Sisal S.A. de C.V. y El Palmar Sisal S.A. de C.V., de los hermanos Daniel y Víctor Campos Agüero, así como a ellos, promoventes de manera directa.

A unos metros de donde se levantan residencias y se prepara el suelo para departamentos y cabañas turísticas se ubica la Reserva también reconocida como Sitio Ramsar.

En la ficha técnica se detalla que “la región es importante para gran variedad de aves tanto residentes, como migratorias. Entre las muchas especies nidantes están Phalacrocorax olivaceus (pato cuervo), Dendrocygna autumnalis (yaguasa de pico rojo). Otras especies que se encuentran aquí todo el año son Pelecanus occidentalis (pelícano pardo)... Igualmente destaca la población de flamenco rosado con sus 5 mil a 10 mil individuos que mantienen sus movimientos estacionales en toda la costa norte de la península, donde esta reserva tiene un papel muy destacado como hábitat en perfectas condiciones de conservación. Por otra parte, han sido identificadas 13 especies de patos migratorias y dos que se consideran residentes”.

La investigación de POR ESTO! sobre los permisos de cambio de uso de suelo en Paraíso Sisal ha revelado los proyectos que en menos de cinco años se levantarán ahí como una gran franja de concreto, en paralelo a la Reserva Estatal El Palmar, sin que -aparentemente- la Semarnat, representada por su exdelegado Hernán José Cárdenas López y la actual Jaynet González Alvarado, reconozca lo que expone el documento de la Conabio: Es un sitio de gran importancia “para el ciclo biológico de diferentes especies, de anidación, reproducción y alimentación del flamingo”.

El impacto de los fraccionadores de Paraíso Sisal, cuyas cabezas visibles son los hermanos Campos Agüero y sus representantes Walter Jesús Méndez Agüero y Victoria Erosa Rivero, se extiende, con el permiso de Semarnat y Profepa, desde la tierra hasta el mar, donde más de 20 pares de geotubos han cambiado la naturaleza de lo que antes era una de las pocas playas vírgenes de Yucatán.

Continuará…

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CC