Brujería en Seyé: Aparecen huellas de ritos satánicos y restos humanos ¡Otra vez!
Una vez más, autoridades investigan los hechos de presunta brujería en el municipio de Seyé, donde han aparecido veladoras, ritos y restos humanos
Desde hace seis meses, el municipio de Seyé vive en la zozobra porque desconocidos realizan rituales presuntamente satánicos e incluso han profanado tumbas para sacar restos humanos que han usado en sus ceremonias, a las afueras de la población, según revelaron vecinos y autoridades municipales del lugar.
El director de la Policía Municipal, Jorge López Chin, detalló que los responsables han pintado en las salidas del pueblo círculos blancos y estrellas pentagonales, en las cuales ponen veladoras, tierra y, algunas veces, hasta huesos humanos.
En el interior de los círculos han colocado fotografías de diversos vecinos de la población, incluida la alcaldesa Diana Isabel Dzul Leo, así como monedas de muy baja denominación. Vecinos señalaron a POR ESTO! que la tierra empleada podría ser del cementerio y que, con estas acciones, buscan con ello causarle mal a personas en específico.
En el panteón municipal, según señaló el comandante policiaco, han profanado tumbas y sacado osamentas que luego colocan en donde realizan su ceremonia. Hace dos meses intervino la Fiscalía General del Estado, porque fueron varias fosas las violentadas y se dejaron huesos humanos regados, por lo que se hizo el levantamiento correspondiente. En otras ocasiones, cuando se levantan esos “altares”, en los caminos, los habitantes retiran los despojos.
Recordó que todo empezó hace seis meses, cuando en un camino paralelo, a poco distancia del entronque con la carretera federal a Cancún, el velador de una finca escuchó gritos, como a las 2:00 horas, y al ir a investigar vio a varias personas que parecían estar rezando mientras trazaban un círculo en el suelo y prendían veladoras blancas en el contorno.
El vigilante prefirió alejarse y dar aviso a las autoridades, pero cuando llegaron los policías municipales, no había ninguna persona; sin embargo, seguían prendidas las mechas, claramente visibles en la oscuridad.
Aún ahora, a seis meses de distancia, se observa en el camino la huella de la parafina derretida. Desde entonces se han repetido este tipo de ritos, siempre en caminos solitarios que rodean a la población, con trazos de pintura blanca, veladoras o velas blancas, fotografías de personas conocidas y monedas de 5, 10, 20 o 50 centavos y las autoridades investigan, no por la ceremonia en sí, sino por la profanación de tumbas que se está cometiendo.
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LV
