Casa del Pastel, ícono de Progreso, abrirá sus puertas tras más de una década cerrada

Un proyecto en la Casa del Pastel se encuentra bajo desarrollo para abrir en 2023 como un restaurante
sábado, 5 de noviembre de 2022 · 11:01

La histórica “casa del pastel” volverá a la vida tras por lo menos tres décadas con las puertas cerradas y cerca de diez años con proyectos que han intentado revivir el inmueble, pero que han terminado fracasando o simplemente se han visto inconclusos. Ahora, se anunció que el edificio será sede de un restaurante de Progreso.

Trabajadores del lugar, especificaron que la inauguración posiblemente sea en el mes de enero 2023, aunque se consideran más meses de labores, ya que a pesar de que se conservará la esencia del interior, se pidieron para la rehabilitación detalles específicos para la parte de afuera.

El giro será tipo restaurante, con varios socios de la ciudad de Mérida que decidieron apostar por adaptar un establecimiento más de los que ya contempla el boulevard del puerto, aunque siendo esta edificación histórica, se augura que no será difícil captar la atención de la comunidad porteña y del turista nacional e internacional.

Los trabajos, aseguraron los alarifes que corren por cuenta del arquitecto Pedro Manzanilla, en una construcción que ya demolió los alrededores del sitio y a diario se mantiene colaborando hasta veinte albañiles para poder inaugurar el lugar en uno de los meses del primer cuatrimestre del otro año.

La primera inauguración de la residencia situada al principio del malecón “Romeo Frías Bobadilla” se llevó a cabo a finales de los años 40; se trata de un edificio ecléctico que muestra elementos ornamentales mezclados con una arquitectura orgánica. Eruditos de la historia del puerto atribuyen que estos detalles pareciera que otorgan la figura de una embarcación, aunque su parte frontal hace alusión perfecta a un enorme pastel de tres pisos”.

La edificación icónica del puerto, se dice pertenece a uno de los nietos de Gustavo Reyes Ponce, tercer heredero del inmueble por parte de sus dueños originales: el señor Gustavo Reyes Domínguez que junto con su esposa, Concepción Bolio Ontiveros.

En su interior se cuenta con cuatro recamaras, un mirador, cochera, entre otras habitaciones, y tiene infinidad de acabados, tales como pequeñas estrellas, olas, anclas, rosas de los vientos, caballitos de mar, palmeras, peces, gaviotas y más, estas tanto en ventanas, puertas, barandales y demás detalles alusivos al mar.

Los libros de historia apuntan que la construyó el Arquitecto Víctor Suárez, quien nunca la habitó, para posteriormente ser adquirida por el señor Gustavo Reyes Domínguez junto con su esposa, Concepción Bolio Ontiveros.

Al fallecimiento del propietario, esta fue heredada por su hijo, Gustavo Reyes Bolio; la residencia finalmente llegó a Gustavo Reyes Ponce, de quien se sabe uno de sus nietos tuvo la iniciativa de remodelarla pero solamente para su mantenimiento, siendo de nuevo cancelada alguna adaptación para la entrada del público general.

La “Casa del Pastel” comenzó a ser remodelada hace un par de años luego de mucho tiempo en abandono, fue en 2016 cuando se comenzaron trabajos; sin embargo, se abandonaron y se retomaron en 2019.

Para 2020 se pausaron por la pandemia y con las lluvias tormentas y huracanes como “Cristóbal” “Gamma” y “Zeta” la icónica casa presentó deterioró nuevamente; sin embargo, recientemente trabajadores han retomado las labores de remozamiento, manteniendo el 90% de la arquitectura original y estos trabajos avanzan a buena marcha según platicó Carlos Albor Martínez, encargado de mantenimiento de la Casa del Pastel.

En el año 2021, específicamente en el primer cuatrimestre, corrió el rumor de que la edificación sería utilizada como museo interactivo para progreseños y turistas, pues el deseo de entrar a su interior ha sido meta de conocedores y de quienes pisan por primera vez el puerto y quedan maravillados con la edificación.  A pesar de ello, el proyecto no se concretó.

En aquellos días la arquitectura corría por cuenta de Ricardo Albor, aunque por extrañas razones se tomó la determinación de abandonar el proyecto en los últimos meses de ese año y durante el primer semestre del 2022 se emprendió la nueva iniciativa.

Tal como ocurre con casonas como las de este tipo, han existido varias leyendas urbanas, una de ellas es que perteneció a Pedro Infante

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CC