Habitantes de Celestún, Yucatán, rechazan operación de granja porcícola

Con una participación de más de mil 101 pobladores, ayer domingo se rechazó la operación de una granja porcícola
lunes, 26 de julio de 2021 · 08:55

Con un rotundo "no", mil 101 habitantes de Celestún votaron ayer en contra de que la granja que funciona en la zona continuara operando, y sólo siete pobladores sufragaron a favor, durante la autoconsulta maya organizada por agrupaciones ambientalistas.

A las 9:00 horas que inició la votación Celestún, la gente ya esperaba para emitir su opinión en la autoconsulta maya. Como la gente continuaba llegando al quiosco del parque, donde se encontraba la mesa, las boletas se agotaron y muchos tuvieron que escribir su decisión en un papel.

Durante el ejercicio, llamó la atención que, aunque el voto era secreto, la mayoría de los sufragantes se manifestaba abiertamente en contra de la granja luego de emitir su voto. Incluso hubo momentos en los que se formaron largas filas de pobladores, que esperaban dar su opinión sobre la permanencia de la granja en la región.

Cuando se cerraron las votaciones, aproximadamente a las 16:30 horas, se contaron mil 101 votos por el No, siete fueron por el sí y cuatro sufragios se decretaron nulos.

Cabe señalar que el ejercicio fue organizado por los Consejos Mayas del Poniente Chik’in Ja’ – Kinchil y Chik’in Ja’ – Celestún, el cual tenía el objetivo de que la gente decidiera si querían que las granjas de Kekén funcionen en sus territorios, debido a que anteriormente no se realizaron consultas para la instalación de dichos establecimientos.

Al respecto, Alberto Rodríguez Pisté, integrante del Consejo Maya, destacó la participación de la gente, que, “de manera pacífica, consciente y voluntaria”, se acercó a emitir su opinión para decidir si la granja de Kekén debe seguir operando.

Daniel Silva

“En Celestún nos dimos cuenta que la granja que se encuentra en los límites de Celestún y Kinchil tira sus desechos líquidos, presuntamente contaminados y sin tratamiento, al manto freático. Por lo que todo esto nos preocupa. Celestún no tiene agua, se trae desde 17 kilómetros de la zona que está cerca de la granja, por lo que tememos que la contaminación ponga en riesgo la industria pesquera y turística”, expuso.

Ante este panorama, aseguró que ya se detectó mal olor en el agua de Celestún y suciedad, lo que aumenta el temor de que esta contaminación que afecte a la salud y fuentes de trabajo de los pobladores.

“Los empleos que genera Kekén en Kinchil no son nada con la cantidad de trabajos que se pueden perder en Celestún. Además, lo más importante es que puede afectar a nuestros hijos”, expuso Rodríguez Pisté.

De los resultados que se obtenga, indicó, se someterán a consideración del Consejo Maya para definir las acciones a seguir, pero se buscará empezar a generar jurisprudencia en torno a las consultas de los pueblos indígenas.

Una de las participantes de la autoconsulta, de nombre Yamili,  comentó que en su vivienda detectó la presencia de olor a “podrido” en el agua y que ésta sale turbia. Recordó que antes, cuando la granja no estaba, no pasaba eso.

En ese tenor, el joven Bladimir expuso que, en la Ría de Celestún, donde trabaja, también se percibe el olor a excremento, “y no es lo habitual, ya que su aroma normal debe ser de azufre”. Por lo tanto, insistió que esa peste está relacionada con la granja y esta contaminación podría matar a las especies del lugar.

En el puerto estuvieron como observadores, representantes de organizaciones como el Equipo de  “Indignación”, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

JG