Habitantes de Maxcanú, Yucatán, dicen 'No' a granja porcícola

Con un voto de diferencia y poca participación ciudadana, la granja porcícola ubicada en San Fernando fue rechazada por la población
lunes, 26 de julio de 2021 · 08:09

A pesar de la poca participación de los pobladores a la autoconsulta maya, en San Fernando dijeron “no” a la permanencia de una granja porcícola ubicada en la carretera que conecta esta comisaría de Maxcanú y la de Paraíso, con un total de 59 votos en contra y 58 sufragios a favor.

El ejercicio promovido por agrupaciones como el Colectivo de atención comunitaria U Yutzil Kaj y el Consejo Maya del Poniente Chik’in Ja’, así como la organización defensora de los derechos humanos Indignación, comenzó minutos después de las 10:00 horas, tras la instalación de la urna en la plaza principal de la localidad.

Al lugar acudieron decenas de pobladores de la comisaría para presenciar el acto, sin embargo, no todos decidieron votar.

“Esto lo debieron hacer antes de que se construyera la granja. Ahora ya está hecha y está habloteando la gente. Estoy a favor de que siga laborando, porque, por ejemplo, cuando vino lo de la cuarentena, ahí nos apoyaron con un pequeñito trabajo. En cambio, el presidente municipal no dio nada de ayuda”, criticó Felipe Huitzil Caamal, habitante de la localidad desde hace nueve años.

En contraste, Ana María Canché, que siempre ha vivido en la comisaría de San Fernando, invitó a los dueños de la granja porcícola a vivir en aquel lugar durante la temporada de lluvias, que es cuando más olores desprenden los cerdos y sus desperdicios.

“Si se puede, que se cierre la granja de una vez porque además del suelo, el olor que despide cuando llueve es insoportable y tengo que cerrar hasta mis ventanas”, comentó la pobladora.

Ante la división de opiniones, la encargada de dirigir la consulta, Cintia Cocom Canul, explicó que el objetivo del ejercicio es escuchar la opinión de todos los pobladores de San Fernando, a través de las boletas depositadas en la urna, sin importar cuál sea el veredicto final del ejercicio.

“Sólo queremos que el pueblo decida, porque cuando hicieron las encuestas sobre que se iba a construir la granja, no todos los habitantes estuvieron. Ahora que voten, si quieren que permanezca, adelante, no hay motivo para pelear. Porque el día de mañana, cuando esto nos afecte y hasta a ellos mismos, se sepa que el pueblo dio el permiso”, compartió.

En ese sentido, Cocom Canul reconoció la participación de los trabajadores de la granja porcícola que habitan en la localidad de San Fernando, debido a que su voto a favor o en contra ayuda a contrarrestar las opiniones de quienes no laboran en dicha empresa.

Durante las cuatro horas que duró el ejercicio, poco más de 200 personas, entre jóvenes y adultos se dieron cita en los alrededores de donde se llevó a cabo la consulta. Algunos incluso ingiriendo bebidas alcohólicas, por lo que tuvo que intervenir la Policía Municipal Coordinada de Maxcanú, para pedirles que se retiraran del lugar.

Tensión en el proceso

Aunque había tensión entre las personas que estaban a favor y en contra de la continuidad de la granja porcícola, solo se presentó un enfrentamiento de palabras cuando a un joven se le impidió participar, debido a que la dirección de su credencial de elector no correspondía a la comisaría de Maxcanú.

Al finalizar la jornada, en punto de las 14:00 horas, se procedió a abrir la urna para contabilizar las papeletas, que le dieron la mínima ventaja al “No”. Por esta situación, de nueva cuenta hubo un intercambio de señalamientos entre los pobladores de San Fernando, que no llegaron a las agresiones físicas.

Cabe destacar que, aunque los convocantes esperaban recibir al menos 200 participantes de la localidad, la cual cuenta con poco más de 300 habitantes, en realidad, sólo 117 personas acudieron a depositar su opinión en la urna.

“Ejercicio inédito”

José Koyoc, del equipo de procesos populares de Indignación, calificó la consulta llevada a cabo de manera simultánea en Kinchil, Celestún y Maxcanú, como un “ejercicio inédito” que no sólo abarca el momento de la votación, sino que inició años atrás con el diálogo y debate entre los pobladores, para informales sobre los impactos de la granja y que pudieran tomar una mejor decisión al momento de ejercer su derecho a la consulta.

Señaló que este modelo de autodeterminación del pueblo maya no es exclusivo de la industria porcícola, pero pone en evidencia la manera en que algunos proyectos extractivos se instalan en Yucatán, violando derechos colectivos como el consentimiento previo, el derecho a la consulta y el acceso a los bienes naturales.

“Esta consulta está evidenciando la magnitud del problema enorme que tiene Yucatán y México con respecto a la relación que guardan empresas y el estado mexicano con los pueblos mayas. No hay respeto mínimo cuando llegan a instalarse este tipo de proyectos”, enfatizó el miembro de Indignación.

Por su parte, Xavier Moya García, coordinador de la Unidad de Proyectos de Reducción de Riesgos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien participó como observador en el ejercicio realizado en San Fernando, explicó que la consulta parte del proyecto que tienen las comunidades yucatecas para ejercer su derecho para acceder al agua “en cantidad y calidad”, los cual ha tenido apoyo de la iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales, Naciones Unidas y del propio gobierno del estado.

Indicó que a través de diversos estudios y análisis realizados en 50 distintos puntos de la Península de Yucatán, se determinó que, si bien la región cuenta con un acuífero subterráneo que garantiza el acceso al líquido en cantidad, éste presenta elementos contaminantes como bacterias y residuos químicos, los cuales son provenientes de las granjas, así como residuos sólidos urbanos y las plantaciones agrícolas.

Debido a esto, recomendó a los gobiernos de la Península que prioricen las actividades económicas que no pongan en riesgo la salud de sus habitantes, debido a que la región se está volviendo una zona de producción alimentaria que, al final, no traerá beneficios a la salud de las personas, porque por un lado se cosecha soya con agroquímicos, para crear alimento que se le da al ganado y a los cerdos, que al final contaminan el agua con sus excretas.

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“Tenemos que hacer el esfuerzo para que no haya ganadores y perdedores, toda la comunidad debe ganar. Si, por ejemplo, se apuesta por tener alguna actividad económica que no contamine, entonces esa es una opción. Yo veo aquí una gran cantidad de vocaciones que no contaminan, como el turismo, la agroforestería o la apicultura. Tan sólo esos, son tres ejemplos que se vuelven muy rentables y además se combinan bien”, concluyó.

GH