Antorchistas yucatecos viajan en bicicleta rumbo a Jalisco y la CDMX
Un grupo de cinco guadalupanos yucatecos salieron rumbo a sus destinos como promesa de fe para visitar a la virgen en su día
Irving Arturo Cetina Cach salió nuevamente en pos de cumplir una promesa, ahora con la mira de llegar hasta los santuarios de Tepeaca, Xicotepec de Juárez y Chignahuapan en Puebla, El Cerro del Cubilete en Guanajuato y San Juan de los Lagos en Jalisco y por su puesto su cuarta visita a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la CDMX.
La novedad es que ahora Irving con 22 años y ya todo un veterano de las pedaleadas hacia el Centro del País, pues esta es su cuarta vez intentando estas intrépidas travesías, va a acompañado de 4 ciclistas más, 2 de Ticul y 2 de Valladolid, quienes se interesaron en acompañar a este apasionado guadalupano, en esta su cuarta visita al Tepeyac, luego de enterarse por las páginas del Por Esto de sus anteriores incursiones.
Travesía la primera en que Irving Antonio a punta de pedal y en solitario, se atrevió de ida y vuelta a ir a ver a la Virgen de Guadalupe personalmente como había prometido, en esa ocasión se atrevió a cargar en la espalda una representación de la virgen de Guadalupe, que prometió traer desde la ciudad de México, para la persona que le había apoyado económicamente para ir tras su sueño.
En su segunda vuelta Irving, había hecho amigos ya y arropado por éstos desde el estado de Tabasco, pudo completar su segunda visita a la Virgen de Guadalupe. Su tercera aventura lo llevaría a conocer hasta el Estado de León Guanajuato y atreverse a traer en su retorno tres grandes representaciones de la virgen, lo cual logró gracias al apoyo de un par de vallisoletanos, que ahora le acompañan de vuelta hacia otra nueva aventura, con el propósito de llegar hasta Jalisco.
Así estos cinco intrépidos guadalupanos, salieron ayer por la mañana rumbo a los santuarios de Tepeaca, Xicotepec de Juárez y Chignahuapan en Puebla, El Cerro del Cubilete en Guanajuato y San Juan de los Lagos en Jalisco y la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la CDMX. Una travesía que muchos no entenderán, señaló Irving, pero que para nosotros como Guadalupanos, es todo un triunfo personal, cuando podemos llegar hasta la virgen y postrados ante su presencia darle gracias, por habernos permitido cumplir la promesa de visitarla nuevamente.
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RM
