Pandemia deja amargas pérdidas a dulceros en Mérida

Los dulceros de Mérida también sufrieron los estragos de la pandemia; las ventas cayeron y el producto se derrite.
domingo, 20 de septiembre de 2020 · 13:03

Durante la contingencia sanitaria, los comercios dedicados a la venta de productos para fiestas infantiles permanecieron cerrados, lo que ocasionó pérdidas no sólo por la falta de ingresos, sino también porque la mercancía con la que contaban tuvo que desecharse por haber caducado o maltratado.

Patricia Ponce Herrera, propietaria  de la dulcería “Herrera”, dijo que la mayoría de las golosinas que vendía su negocio las regaló, ya que corrían el riesgo de descomponerse o derretirse.

Mencionó que fue hasta junio que le permitieron abrir su establecimiento, pues no es considerado como negocio esencial y por fin tuvo la oportunidad de vender, pero era poca la gente que compraba debido a la prohibición de fiestas.

Paulatinamente ha aumentado el número de clientes, aproximadamente a un 50% comparándolo antes de la pandemia, sin embargo, compran lo mínimo; eligen piñatas pequeñas y pocas bolsas de dulces, cantidad que calcula para un aproximado de 10 personas.

Comentó que afortunadamente no tuvo pérdidas en cuanto a piñatas, pues su local permaneció totalmente cerrado y no se filtró el sol que ocasiona que se decoloren ni tampoco grietas en las paredes o techos que propiciaran que se mojen.

Antes de la contingencia la dueña del negocio contaba con un empleado, durante la cuarentena le siguió pagando, pero cuando abrió de nuevo lo liquidó porque había tenido pérdidas considerables: tenía que pagar la renta del puesto y por si fuera poco había el riesgo de que llegara el virus a su comercio y se lo cerraran de nuevo, aun cuando ella se cuida ignoraba si su empleado lo hacía.

Foto: Elena Gómez

Reconoció que la situación fue peor para otros locatarios dedicados a ese rubro, a muchos se les mojaron las piñatas con las lluvias de “Cristóbal”, además algunos de sus compañeros por ser adultos mayores se vieron obligados a tener empleados porque ellos por su edad no pueden cargar y acomodar la mercancía.

A lo largo del confinamiento, Patricia se quedó sin ingresos y su esposo tuvo que hacer trabajos de albañilería, plomería y electricidad, antes los dos atendían el negocio y con la reactivación económica ella se quedó al frente del establecimiento, su marido continúa con actividades en la construcción.

Ahora con la disminución de ingresos, la comerciante ha tenido que retirar a seis proveedores de piñatas y compra lo mínimo en productos para fiestas infantiles, no se esperanza de la proximidad de fiestas de fin de año como el Halloween y Navidad porque considera que todavía hay incertidumbre económica, así como no sabe si la pandemia pronto se vaya o haya repunte de contagios, lo que obligaría a cerrar otra vez.

Por su parte, Candy López Pacheco, encargada de la dulcería “Carlitos 2”, señaló que tuvo pérdidas por el cierre y porque muchas de las piñatas se tuvieron que tirar, ya que las lluvias ocasionaron que se filtrara agua dentro del negocio dejando en mal estado estos productos, así como la merma en mercancía y  principalmente en fritangas.

Dijo que con la reactivación económica están tratando de recuperarse, sin embargo, la reubicación de paraderos afectará no sólo a las dulcerías, sino a todos los comercios.

Asimismo mencionó que se están surtiendo con el mínimo de productos, pues aún no se pueden hacer fiestas y la ventas apena han aumentado un 25%

En otras dulcerías el panorama era similar o peor, como es el caso de la dulcería “La Piñata”, que a fines de julio abrió de nuevo y luego volvió a cerrar hasta la fecha.

Por Elena Gómez