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Yucatán

Se necesitan por lo menos 10 millones para rescatar el ex convento de Santo Domingo, el cual data del siglo VXII.

La iglesia y ex convento de Santo Domingo en Uayma es uno de los recintos más atractivos para el turismo en la Entidad. Sin embargo, este espacio, que se terminó de construir por los Frailes Franciscanos en 1642 con una iconografía única y acabados sobre relieve, fue producto de una mala reconstrucción en 2003, en la que no se usaron los materiales adecuados, por lo que hoy presenta severos daños, como filtraciones en los techos y desprendimiento de los acabados en gran parte de los muros.

Con un esfuerzo de la comunidad, apoyo del ayuntamiento local y asesoramiento de la Dimensión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Yucatán, hoy se hacen algunos trabajos en la bóveda del recinto para evitar filtraciones, pero se necesita una gran cantidad de recursos para regresar su esplendor a esta iglesia que, por su belleza, es de las más visitadas en Yucatán.

Como muchos otros templos coloniales, el de Uayma, cerca de Valladolid, fue construido con piedras de los sitios arqueológicos de la zona. Su iconografía y colores son únicos pero las condiciones generales del inmueble son muy malas.

Hoy día, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) está en busca de recursos para poder apoyar a esta Iglesia en su restauración, pues se encuentra en la zona de influencia del Tren Maya.

El titular de la dependencia, Rogelio Jiménez Pons, comentó que, por instrucciones del Presidente de la República, se está buscando presupuesto para la rehabilitación del templo, lo que podría lograrse el año entrante.

El Arquitecto Javier Vázquez Cuevas, quien forma parte de la Dimensión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Yucatán, está asesorando los trabajos que se llevan a cabo en la Iglesia de Uayma y señaló que, en primera instancia, se buscó un bienhechor para donar el material y, afortunadamente, la primera persona que conoció el inmueble donó el recurso.

Sobre el recinto, comentó que “ahora se están haciendo trabajos en la bóveda que no es original, pues esta se cayó antes de 1920 y se reconstruyó en 2003 con dovelas de concreto que no se hicieron de forma continua, sino por secciones, por falta de andamiaje. Entonces se crearon juntas frías que se abrieron y se empezó a filtrar agua en forma de cascada”.

Con respecto a esta situación, agregó que “se compró un material especial para inyectar a las grietas con un cemento plástico con poliuretano, ya están reparadas y ahora nos damos a la tarea de seguir trabajando en otras partes del techo, pero no podemos estar abriendo grandes huecos, entonces se hace como hormigas, se abre un pedazo y se repara”.

Dijo que, en general, se detectaron tres grandes problemas; primero, las filtraciones de agua por la bóveda, además de fi ltraciones en los muros por los pasos de ronda, y la humedad que sube del subsuelo. Parte importante del trabajo que se está haciendo, comentó, es capacitando a la gente del pueblo.

Además, la propia gente de la comunidad ha estado costeando algunos gastos a través de venta de comida y otras actividades.

“Todo el trabajo que se está haciendo es con mezclas de cal. Ya se capacitó a gente de la comunidad y el Ayuntamiento está pagando sus salarios”, expuso.

Explicó que en este tipo de construcciones no se debe usar cemento gris, porque al cabo de un breve tiempo el muro bota el acabado, ya que “le sale sal, se agrieta y le sale agua”.

Recalcó que hay dictámenes del propio INAH en los que se señala que en el remozamiento de la iglesia que se hizo en el 2003 se usaron métodos y materiales inadecuados, lo que llevó a que hoy día de todos los acabados del interior, sólo el diez por ciento sean los originales.

“Podemos ver que como el 90 por ciento de los acabados son nuevos, del 2003, todo el material tiene cemento gris o alguna pasta que no debe llevar; ya se sopló, se despegó por completo, incluso aunque se abre a misa se pide a la comunidad que no se acerquen a los muros y sólo accedan a la nave principal y los corredores”, señaló.

Apuntó que todos los desprendimientos que hay se tendrían que botar, pero si esto pasara quedarían casi todos los muros sin acabado, por lo que más bien ahora el trabajo está enfocado en los techos que es lo urgente. “Una vez que se hagan los techos empezaríamos a bajar los acabados de los muros, que prácticamente se están cayendo y se tendría que hacer con la supervisión del INAH”, mencionó.

Vázquez Cuevas dijo que de las malas obras que se llevaron a cabo en 2003 está, por ejemplo, que en el interior del recinto se colocó vitropiso, que no es bueno para este tipo de construcciones porque no permite la respiración y deben llevar pisos de pasta.

Dijo que para este tipo de inmuebles coloniales los materiales caros pueden ser los que hagan más daño, por lo que de pintura se debe usar calestina, que es una cal con pigmentos minerales, Resistol 850 y un poco de aceite vegetal.

Consideró que lograr una restauración completa de la iglesia costaría una gran cantidad de recursos, que podrían ser unos 10 millones de pesos o más. Por lo pronto, puntualizó que recientemente llegó gente de Fonatur a documentar la situación del inmueble, con el objetivo de elaborar un proyecto de restauración.

“En este caso ya les ofrecimos también la asesoría, para que sepan de los materiales que se deben usar de la región y también que, en caso de tramitar permisos ante el INAH, se necesitan las firmas del jurídico y de Monseñor Pedro Mena, de la Arquidiócesis de Yucatán, porque es el acuerdo que se tiene”, comentó.

Reveló que la iglesia tuvo un retablo e imágenes de Santo Domingo, de los Dominicos y de los Franciscanos, pero por el abandono de muchos años, luego de que se cayó la bóveda, la madera se pudrió por estar a la intemperie y se echó a perder por completo.

Vázquez Cuevas dijo que, desde luego, la prioridad es lo estructural pero la idea es que en un futuro se pudiera hacer una propuesta al INAH para la reconstrucción de un retablo, acorde con las fotografías que se tienen. Mostró algunas flores que adornan los muros del lado sur, que todavía se mantienen en el estuco original y dijo que la idea sería que cuando se bajen los acabados que están mal se puedan hacer los nuevos con apego a los originales.

Con información de David Rico

 

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