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El consumo de medicinas caducadas podría ocasionar desde una dermatitis leve hasta una intoxicación severa

Las consecuencias de consumir medicamentos caducos van desde una dermatitis leve hasta una intoxicación severa que puede poner en riesgo la vida, advirtió Ángel Fabricio Almanza González, supervisor de la zona península del Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM).

Entre los medicamentos que la gente más guarda en sus hogares, que muchas veces les sobró de algún tratamiento, están los analgésicos o desinflamatorios, como el paracetamol, ibuprofeno, aspirina, naproxeno sódico, diclofenaco, pero hay también otros más especializados, que podrían causar efectos adversos si se consumen después de su fecha de caducidad.

Almanza González señala que, aunque es común que la gente acumule en sus hogares una gran cantidad de medicamentos que han caducado, estos se convierten en residuos peligrosos tóxicos, de acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión de Residuos, y en este sentido se les debe dar un correcto tratamiento.

“Son varios temas que se deben tomar en cuenta y uno de ellos es el daño al medio ambiente que se genera si no hay un manejo adecuado, además del riesgo a la salud que implica el consumo porque finalmente se trata de productos con antibióticos, hongos y otras sustancias que pueden contaminar el subsuelo y, por ende, el manto freático”, comentó.

Por ello, se requiere de un correcto manejo para su disposición final, como residuos peligrosos tóxicos, también porque los empaques pueden ser usados para la elaboración de medicamentos clonados que se venden en el mercado ilegal.

Dijo que hay gente en los basureros que muchas veces se dedica a sacar las cajas que las personas desechan en la basura común y las venden a otras personas que las rellenan o las clonan, para venderlas en tianguis y en el mercado informal.

Señaló que estas sustancias que se usan para combatir enfermedades y padecimientos son más proclives de descomponerse con mayor velocidad por el clima de la región y más aún que el sitio por predilección donde se guardan es en el baño, donde abunda la humedad.

De acuerdo con la página web del SINGREM en Yucatán se pueden encontrar alrededor de 150 depósitos para medicamentos que han caducado, en farmacias, clínicas y centros de salud, principalmente.

El entrevistado aseguró que ha crecido la cultura de la gente que se deshace de estos fármacos, que ya no son aptos para el consumo y mensualmente se recogen alrededor de 1.4 toneladas, aunque dijo que debido a la pandemia sí ha disminuido un poco.

Añadió que en el caso de Mérida hay contenedores en toda la ciudad, pero hay sitios donde se reporta una mayor participación y es particularmente el norte, en depósitos que se tienen en Montecristo, Montebello, Francisco de Montejo, en el Fraccionamiento Las Américas.

En algunas farmacias de Mérida el personal comentó que cada vez es más común que la gente acuda a depositar medicamentos que ya no se deben consumir y hay de todo tipo de sustancias que llevan, desde analgésicos, desinflamatorios, antihistamínicos, relajantes, entre otros.

No obstante, también comentaron que algunas veces hay personas que se confunden y que llegan queriendo depositar en los contenedores baterías, pero desde luego se les orienta de que no son los lugares adecuados.

De acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos la industria farmacéutica está obligada a dar un correcto manejo de estos productos.

Plan de recolección

Según expuso Almanza González, se cuenta con un plan de recolección periódica de los residuos, y asegura su destrucción final a través de terceros autorizados, de la forma más ambientalmente adecuada que en este caso es la incineración.

Los medicamentos no se reciclan, ni los envases, y una vez depositados en el contenedor se llevan a un destino final para ser destruidos por completo.

Los residuos recolectados, son sometidos a procesos físicos de trituración y más tarde enviados a destino final por coprocesamiento en horno cementero que consiste en la destrucción térmica con ganancia de energía, esto es, que a la par que el material es destruido, la energía contenida en el mismo es aprovechada para otro fin.

En el caso del Plan de Manejo de SINGREM, se busca que los residuos recolectados, sirvan como “combustible alterno” a los diferentes hornos cementeros, autorizados para este fin.

La recomendación para la gente es identificar en su hogar aquellos medicamentos que tengan vencida su caducidad, o que ya no se usen por haber terminado algún tratamiento.

Lo que se debe depositar en los contenedores son medicamentos con fecha de caducidad vencida, sobrantes de tratamientos, cajas de medicamentos, y envases vacíos.

Hay también algunas cosas relacionadas con la salud que no se deben depositar, como lo son agujas, gasas, pilas, productos químicos, termómetros, jeringas, equipo para venoclisis y pañales.

Por David Rico