Comisarías del norte de Mérida y el Fraccionamiento Las Américas continúan inundados

Habitantes de las comisarías del norte de Mérida y del Fraccionamiento Las Américas continúan con sus viviendas y calles anegadas a tres días del paso del Huracán Delta.
sábado, 10 de octubre de 2020 · 11:05

“De último momento nos avisaron, ya cuando estaba la lluvia recia, el aire feo y el agua estaba entrando a la casa, de que nos querían evacuar, pero ya ni para qué. No nos dio tiempo de salvar nada, si acaso el refrigerador que lo subimos, la cunita que la puse sobre dos sillas, pero sólo eso, lo demás pues creo que se va a echar a perder porque no pudimos sacar la cama ni el ropero porque pesa”, señaló José Flores Patrón en su vivienda en la comisaría de Komchén, todavía anegada por el agua tras el paso del Huracán Delta

A tres días del paso del ciclón cientos de viviendas y calles se mantienen inundadas en Mérida, particularmente en el Norte, en los fraccionamientos Las Américas y Ciudad Caucel, así como en comisarías del Norte como Komchén, Noc Ac, Cosgaya, Sierra Papacal y otras. A esos sitios han mandado pipas y máquinas para hacer pozos, pero a decir de los afectados en realidad el agua ha bajado muy poco.

En Komchén, una gran cantidad de calles se mantienen bajo el agua, lo mismo que las viviendas donde en un dos por tres el agua se coló con rapidez.

“Estábamos acá y de pronto la lluvia y el viento feo, cuando ya vimos que estaba entrando el agua. Había pasado con Cristóbal un poco, pero nada como ahora. Nunca nos imaginamos que sería tanto”, expuso José.

 

“Apenas salvamos una mesita, el refrigerador y la cunita, lo que se pudo, pero otras cosas creo que se nos van a joder, hasta la televisión porque, aunque está un poco alto, la casa está llena de humedad. No pudimos sacar el ropero porque pesa demasiado”, agregó.

Solo unos centímetros

Acompañado por su esposa, María Madera, mostró los cuartos anegados de agua y dijo que, aunque se están perforando pozos, el agua ha bajado sólo unos cuantos centímetros. Consideró que de parte de las autoridades municipales no hubo el apoyo debido.

La casa de Margarita Quintal y Eleonaí Chuc Piente también quedó bajo el agua. El librero, la cama, la mesas, todo quedó sumergido en su parte baja porque el agua subió como 40 centímetros.

Al refrigerador le colocaron unos tabiques debajo y se alcanzó a salvar, pero no así los sillones. Narraron que en cuestión de minutos el agua había invadido la vivienda, nada la contuvo.

Doña Josefina Chalé, habitante de la comisaría y a quien su casa también se le inundó, comentó que “estoy muy nerviosa, con mucho miedo. Hace poco se inundó (por la Tormenta Tropical Cristóbal), pero no pasó a más, rápido bajó el agua, pero ahora lo veo y no lo puede creer. Tengo mucho miedo”, expuso.

La explicación técnica que han dado las autoridades, tanto municipal como estatal, es que debido a las lluvias atípicas por el paso de varios fenómenos meteorológicos, como la Tormenta Gamma y el Huracán Delta, la gran cantidad de agua hizo que el manto freático subiera hasta 5 metros por encima del nivel del mar, lo que ha generado las graves inundaciones.

Uno de los casos más graves se ha dado en el fraccionamiento Las Américas, a donde tanto la empresa desarrolladora (Sadasi) como el Ayuntamiento de Mérida y el Gobierno del Estado, han mandado por lo menos 50 pipas para sacar agua, así como una decena de máquinas para perforar pozos, pero el agua ha bajado apenas unos cuantos centímetros.

Sin otra alternativa

Hay zonas donde de plano la gente ha tenido que abandonar sus viviendas, porque además el fraccionamiento se mantiene sin energía eléctrica y sin agua. Los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública han ayudado a evacuar a un buen número de familias.

Ayer fue evacuado Luis Becerril y sus padres Rocío Torres y Alberto Becerril, quienes pidieron el apoyo de los uniformados para salir de su vivienda, donde el agua alcanzó como 50 centímetros de altura.

“Pedimos el apoyo y llegaron como en 10 minutos y nos ayudaron a salir, porque vivimos en una zona que es de las más afectadas en el fraccionamiento. El agua está muy alta, sacamos lo que pudimos que más bien es comida, pero nuestros muebles se quedaron sumergidos, pudimos salvar muy poco”, dijo.

“Pusimos costales de arena, pero el agua los venció, no sirvieron de mucho. Fuimos con Sadasi, pero nos dicen que es el Ayuntamiento y ellos nos dicen que es la empresa, así es que estamos en indefensión”, expuso.

Entre las zonas más afectadas están las calles 98-A y 98-B entre 49 y 47 y otras de los alrededores, donde el agua está muy alta. En esta zona, de acuerdo con algunos que se mantienen en sus viviendas, han abandonado sus hogares alrededor del 95 por ciento de las familias.

“El 95 por ciento de los vecinos ya se fueron y sólo nos quedamos los que tenemos casas de dos pisos y pudimos poner las cosas a salvo en lo alto, pero hay quienes tienen casa de un piso y el agua les inundó todo”, comentó la señora Gabriela Alonzo Sansores.

Ella dijo que los vecinos de la zona ya analizan interponer alguna acción legal contra la constructora Sadasi, porque la situación es grave y hasta el momento no han recibido respuesta ni apoyo. Consideró que los pozos que se han hecho son insuficientes.

Algunos de los trabajadores que laboran perforando pozos en el fraccionamiento comentaron que la intención es hacer, por parte de las empresas contratadas por Sadasi y las del Ayuntamiento, alrededor de 50 pozos o más en las zonas más afectadas.

Situación desesperante

José María Moo Mukul, quien trabajaba ayer sumergido hasta el cuello limpiando una alcantarilla para poder empezar a perforar un pozo, expuso que los nuevos que se harán serán de 25 metros, pues lo que actualmente existen son de 12 metros.

La situación para la gente de este fraccionamiento es desesperante, porque no cuentan con energía eléctrica ni agua potable, así como una buena cantidad de casas están inundadas. Algunos vecinos que se fueron han regresado a sus moradas sólo para ver el desastre causado por el agua.

En este sentido, ayer la familia Díaz volvió para ver su casa con no muy buenas expectativas, porque un día antes también regresaron sólo para ver la grave situación.

“Nosotros vivimos en la calle 98-A y vamos de regreso para ver cómo están nuestras cosas, pero pues seguro será triste porque ayer venimos y todo estaba muy mal. En nuestro caso nos fuimos a resguardar a un lugar y tuvimos que rentar otro departamento”, expuso el padre de familia.

Por David Rico