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Monto de remesas superará los 204 millones de dólares este año.

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El Gobernador Mauricio Vila Dosal despidió ayer a 97 papás y mamás de 23 municipios de Yucatán que viajarán a 12 ciudades de Estados Unidos para reencontrarse con sus hijos que están en calidad de migrantes y a quienes no han visto desde hace más de 20 años.

Durante el emotivo acto que tuvo lugar en el Gran Museo del Mundo Maya, el mandatario estatal subrayó que el programa denominado “Encuentro con familiares de migrantes en Estados Unidos de América, Cabecitas blancas”, continuará y se fortalecerá para que más familiares locales puedan volver a ver a sus hijos.

Vila Dosal bromeó con los beneficiarios y no sólo fungió como guía al informarles los atractivos que podrán aprovechar visitar también, sino que hasta les recomendó que vayan abrigados para que no les pesque el “jat’sajá” por el intenso frío que hay en algunos lugares de la Unión Americana.

Las 12 ciudades a donde irán los 97 abuelitos yucatecos a reencontrarse con sus hijos son: Arkansas, Chicago, Dallas, Denver, Las Vegas, Portland, Saint Paul, Salt Lake, San Francisco, Springfield y Tulsa. Saldrán el próximo viernes 11 de octubre y retornarán la segunda semana de diciembre.

Panuchos y salbutes

En su mensaje, el Gobernador observó que a quién no le gusta estar con sus hijos e hizo notar que él, por ejemplo, en tres días que no puede ver a sus pequeños por su carga de trabajo, siente la necesidad de tenerlos cerca y por eso comprende a los papás y mamás que hace más de 20 años que no pueden estar con sus hijos.

–La verdad es que yo estoy muy, pero muy contento de poder estar con todos ustedes porque, primero que nada, ¿a quién no le gusta ver a sus hijos? ¿Verdad? Yo tengo 3 hijos chiquititos. Alejandrina tiene 6 años, Mauricio 5 años, Santiago 3, y a veces me paso 3 días sin verlos o 4, ¿por qué? Porque cuando me voy a trabajar están durmiendo y cuando regreso ya están durmiendo también, pero no me puedo imaginar lo que se debe sentir 20 años sin ver a su hijo, explicó.

Indicó que en sus viajes de trabajo fuera de México le ha tocado platicar con yucatecos radicados en Estados Unidos y mencionó el caso específico de un restaurante ubicado en San Francisco, donde comió panuchos.

–Allá en San Francisco hay una calle que seguramente van a conocer ustedes ahora que se van, que se llama La Missión, donde hay como 25 restaurantes de comida yucateca y en uno de ellos comí más panuchos y salbutes que cuando voy a Oxkutzcab, agregó.

Relató que ahí escuchó historias como la de un yucateco que llegó a Estados Unidos cuando tenía 18 años y ahora, a sus 40 años, es decir, desde hace 22, no ha podido regresar a Yucatán y, por lo tanto, no ha podido ver a su mamá y demás familiares en todo ese tiempo.

Agregó que muchos se han casado y sus papás no conocen a las esposas y menos a sus hijos, y la única forma de conocerlos y comunicarse con ellos ha sido gracias a la llegada de los celulares.

Admirable esfuerzo

–Me dicen: Afortunadamente desde que hay Facebook nos podemos ver y nos mandamos las cosas, porque antes, ahí iba uno en la caseta de teléfono una vez cada mes a hablar por teléfono con ellos, apuntó.

Resaltó el trabajo esforzado y admirable de los migrantes porque le ha tocado ver que terminan su jornada laboral y se incorporan inmediatamente a otra por la noche y muchos, incluso, sin días de descanso para poder disponer de los ingresos que les permitan mantener a sus esposas e hijos y enviar, además, dinero a sus familias acá en Yucatán.

Indicó que esas remesas, que sumaron el año pasado más de 200 millones de dólares, ayuda a las familias a salir adelante y, a la vez, contribuyen al desarrollo del Estado.

Dijo que, además del gusto que siente por el viaje que harán y poder conocer a sus hijos o reencontrarse con ellos, también está contento porque podrán conocer ciudades muy bonitas como el Golden Gate de San Francisco; el Paseo de las Estrellas en Los Angeles o las nieves de las montañas de Denver, por ejemplo, “donde seguramente les va a tocar frío en la noche, así que vayan abrigados porque no sea que les vaya a pegar el “jat’sajá’” allá.

Abrirán oficinas de atención

Vila Dosal recordó que, ante las peticiones de los migrantes yucatecos para conservar sus costumbres y tradiciones, en mayo del año pasado el gobierno local participó en el Carnaval de San Francisco, donde asistieron más de 1,000 yucatecos que residen ahí y se contó con la participación de la Orquesta Jaranera Misiones Culturales de la Secretaría de Educación.

Ellos nos dicen –continuó–, nosotros lo que queremos es bailar jarana, como lo bailábamos en nuestra fiesta de nuestro pueblo, pero si no hay quien toque la jarana, pues no podemos bailarla.

En ese sentido, dijo que se buscará llegar con esas acciones a otras ciudades como Portland, donde hay un elevado número de yucatecos, aunque observó la dificultad de que muchos tienen problemas legales para sus trámites.

Anticipó que, a mediano plazo, se buscará abrir unas oficinas del Gobierno del Estado para atender solamente a los migrantes y la primera estará en San Francisco para después establecer otra en Los Angeles.

Señaló que se trabaja también en otros temas que son muy importantes en conjunto con la Secretaría de Relaciones Exteriores para los pasaportes, así como también con el Consulado de los Estados Unidos con sede en Mérida pare tramitar las visas que necesitan los familiares que van a ver a sus hijos.

Documentación

–Vamos a seguir trabajando juntos para que este programa siga siendo un éxito, pero sobre todo para que ustedes puedan ver a sus hijos, para que puedan conocer a sus nietos y a sus nueras también, y esperemos que algún día las cosas mejoren y que de igual forma ellos puedan visitar Yucatán y regresar a su pueblo y mostrarles a sus hijos los lugares donde vivieron y donde crecieron.

Por su parte, el Secretario de Desarrollo Social, Roger Torres Peniche, destacó la importancia del programa y subrayó que está alejado de cualquier postura política, ya que se trata de una acción con sentido netamente humanista.

Consideró que, independientemente de la trascendencia y emoción que significa para los papás, mamás y demás familiares volver a ver a sus hijos después de tantos años, quienes viajarán son también embajadores de la cultura yucateca porque llevan las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados.

En el acto se entregaron asimismo las visas y los pasaportes a las 97 personas, entre las que se encontraban los esposos Sabas Abad Soberanis, de 82 años, y Silveira Tab Osorio, de 76, oriundos de Cenotillo, quienes tienen 15 años de no ver a sus hijos radicados en Denver.

Asimismo, Rosa María May Valencia, de 60 años, de Xul, comisaría de Oxkutzcab. Tiene 19 años sin ver a sus 5 hijos que están en San Francisco. Es la madre del dueño del restaurante donde comió Vila Dosal en uno de sus viajes a esa ciudad.

Teodora Estolia Pool, oriunda de Kiní, comisaría de Motul, lleva 20 años sin ver a sus hijos que están en Los Angeles.

Juan Samuel Quijada Carrillo, de 66 años, quien vive en Maní, con 15 años sin ver a su hijo que se encuentra en Portland.

También estuvo presente el director general del Indemaya, Eric Villanueva Mukul.

(Rafael Mis Cobá)