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El Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), el segundo con mayor número de operaciones de México, todos los días tiene historias que contar, los que llegan, los que se van, los que se quedan por alguna cancelación de última hora y en esta ocasión nos enfocaremos en tres casos completamente distintos, de todo el “mar” de viajeros y empleados, que día con día recorren la Terminal 2 de este singular aeródromo.
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A unas horas de que concluya el 2023, el AIC ha mantenido en los últimos días, un tráfico importante de visitantes que vienen a pasar el Fin de Año a este paradisiaco lugar, pero también otros que se retirar, tras pasar la Navidad en Cancún, porque también tienen compromisos familiares para despedir al año viejo. Este es el caso de una familia que llegó justo el día de Navidad y este viernes retornaron a la CDMX, tras disfrutar varios días en las playas, no sólo de Cancún, sino de Tulum y Akumal, además de los cenotes que se pueden encontrar en esa zona.
Esta familia es una de las que generalmente pasa la Navidad en Acapulco, por su cercanía con la ciudad de “los topes y el smog”, pero por los estragos del huracán decidieron que esta época vendría a Cancún, sobre todo por los niños, y así fue, pasando unos días felices y con esa misma alegría se despidieron de Cancún.
Caso contrario es el de una joven colombiana, que estaba llorando en la misma Terminal 2 porque acababa de perder su vuelo, ya que su amigo, que le invitó a pasar unos días a Cancún, hizo la reservación, pero al final de cuentas no lo pagó, pero ella no lo sabía y ahí estaba, sin saber qué hacer. ¡Explicó a Por Esto! que su amigo se quedó muy borracho dormido y no le contestaba las llamadas, por lo que no tuvo más remedio que regresar para buscar a ese mal amigo, que hizo que perdiera su vuelo, pero además de todo es probable que no pueda estar con su familia en Colombia para Fin de Año y por si fuera poco se enteró la noche previa, que está embarazada, sin duda una historia amarga para esta joven de Colombia.
Este aeropuerto sin dudas encierra historias de todo tipo como el de este turista afroamericano, que, de acuerdo con el personal de seguridad, lleva casi 48 horas sentado en el mismo asiento, de la misma Terminal por problemas con su vuelo, pero a diferencia de la joven colombiana, este muchacho se notaba tranquilo y de alguna manera consciente de que es algo que sucede con todas las aerolíneas.
Pasajeros iban y venían, mientras las áreas de comida rápida lucían llenas, incluso con la gente haciendo fila para apartar una mesa y comer algo, pues de acuerdo con una de las empleadas, en esta temporada la demanda de alimentos es mayor y a veces no se dan abasto en este aeropuerto que seguramente en un par de años será rebasado en sus servicios por la cantidad de gente que seguirá visitando a este destino turístico.
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AT
