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Debido a las intensas lluvias y crecientes que azotaron la isla de Holbox durante la noche del viernes, muchas de sus calles quedaron bajo el agua, lo que provocó una ligera interrupción en el servicio de transporte. Alrededor de 50 taxis se esforzaron por ofrecer sus servicios en áreas transitables, para evitar daños en sus vehículos.
Según Jesús Erosa, un taxista de la isla, el padrón asciende a poco más de 130 unidades, pero menos de la mitad de ellas están en funcionamiento, debido al mal estado de las calles. No todos están dispuestos a arriesgarse a dañar sus vehículos en el agua acumulada o en los enormes baches que se forman.
A pesar de las adversidades, los taxistas han mantenido una buena actividad este fin de semana. Se han enfocado en atender áreas accesibles y han evitado las calles con niveles de agua acumulada que superan medio metro de altura para prevenir daños en los componentes de sus vehículos, como suspensiones, direcciones y cojinetes, entre otros.
Erosa explicó que las reparaciones mínimas cuestan al menos mil 500 pesos, y un vehículo puede pasar hasta una semana en el taller, ya que a menudo se carece de piezas o el mecánico debe atender múltiples unidades. Esto resulta en una pérdida diaria de al menos mil pesos para el taxista.
Por su parte, Wilberth Caamal, representante de las rentadoras de carritos de golf en la isla, mencionó que desde el inicio de las lluvias, han dejado de alquilar sus vehículos. A pesar de las advertencias, los visitantes suelen ignorarlas y se aventuran incluso en zonas profundamente inundadas, lo que conduce a atascos y posibles daños a los vehículos.
Aunque existen más de 200 carritos de golf en la isla, la mayoría de las 12 rentadoras optan por mantenerlos en sus negocios en lugar de alquilarlos, ya que una sola reparación podría costar casi el doble de lo que cuesta la renta de una unidad por 24 horas, lo que supondría una pérdida considerable.
Las bicicletas son otra opción de transporte en la isla, pero debido al pésimo estado de las calles causado por las lluvias, la demanda ha disminuido considerablemente. No pueden circular por las calles inundadas y llenas de lodo, lo que ha reducido su utilidad, especialmente durante la temporada de lluvias frecuentes asociadas a los frentes fríos.
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HS
