Pandemia no frena fervor guadalupano en Quintana Roo

“Vengo a agradecer que, a pesar de la pandemia, aún tengo trabajo y en estos tiempos difíciles nunca hizo falta un plato de comida en mi casa”, aseguró Zenaida N, quien asistió al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para agradecer a la Virgen.

La feligresa aseguró que aunque la economía no es del todo buena, “siempre hay unos pesos para comprar un ramo de flores en señal de agradecimiento a la ‘reina de México’, porque son más los favores recibidos que vale la pena hacer cualquier sacrificio”.

Lamentó que no se pueda llevar a cabo una celebración con cientos de asistentes como es costumbre, sin embargo, a pesar del riesgo que representa salir a la calle no podía quedarse sin asistir para darle gracias a su benefactora.

“Muchas personas que conocía se enfermaron y murieron por la pandemia, pero yo le pedí con mucha fe a la virgencita que no me diera esa enfermedad, y aunque me cuidé siempre confié en ella y mira, a pesar de mis enfermedades, aquí sigo; gracias a ella no me dio el coronavirus” aseguró la mujer devota de la virgen de Guadalupe por tradición familiar desde su niñez.

Rafael Ruiz Padilla, padre y rector de la mencionada iglesia, lamentó que la pandemia, aunada a una economía deteriorada, ha sido factor para que el número de feligreses y antorchistas disminuyera considerablemente.

“Por la pandemia y la economía existe poca afluencia de creyentes, ni hablar de los antorchista, pues  antes para estas fechas ya nos habían visitado unos 40 antorchista y este año sólo llegaron 10, pero entendemos que no es por falta de fe”, aseguró el sacerdote.

Enfatizó que la afluencia importante se registra el día 12 y el día primero, sin embargo por la pandemia tendrán que limitar el número de personas que pueden asistir a las novenas para evitar contagios.

Dijo que durante el 12 de diciembre se oficiarán 11 celebraciones en su honor.

Guadalupe “N”, originaria del estado de Chiapas, mencionó que acudió para dar gracias a la Virgen por la salud de sus hijos y la propia, además que en su estado natal es toda una tradición acudir a la iglesia cada 11 de diciembre.

“No hay mucho dinero, sólo tengo el suficiente para comprar un ramo de flores en señal de agradecimiento por todos los favores obtenidos gracias a la intervención de la Virgen de Guadalupe, que me tiene con salud y a toda mi familia” comentó en tono nostálgico.

 A diferencia de otros años el santuario lució parcialmente vacío y las calles que antes se veían aglomeradas de automóviles se encontraban despejadas; vendedores de rosas dijeron que las ventas eran mínimas porque la gente pensaba que la iglesia estaba cerrada, pero esperan que la Virgen les haga el milagro de tener buenas ventas y obtener dinero para la cena de Navidad.

CG