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Por Salvador Canto

Luego de un intenso esfuerzo de muchos años, el Servicio Académico de Monitoreo Meteorológico y Oceanográfico (SAMMO) de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) adscrita al Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México con sede en Puerto Morelos, recibió la constancia de certificación ISO 9001-2015 y el Reconocimiento de Calidad UNAM de parte de la Coordinación de la Investigación Científica, lo que representa un enorme compromiso para brindar un mejor servicio en beneficio de la sociedad.

Lo anterior fue informado por el jefe de la UASA, el doctor Marco Antonio Villanueva Méndez, quien en entrevista con el diario Por Esto! Quintana Roo, sostuvo que el SAMMO tiene por objetivo medir, registrar, documentar, analizar y resguardar la información meteorológica y oceanográfica de la región de Puerto Morelos, lo que lo convierte en el único laboratorio en la península de Yucatán que tiene características tan peculiares que permite obtener estos datos sobre la costa, tanto de la atmósfera como del mar.

El investigador dijo que la visión institucional que ha trazado la directora del ICMyL, la doctora Elva Guadalupe Escobar Briones, es seguir los patrones de calidad y eficiencia que están determinados por las exigencias de los problemas nacionales, y desde el inicio de su gestión ha sido fundamental su impulso y apoyo para lograr la obtención de la certificación.

Cabe decir que en la Gaceta UNAM, en una declaración de la Dra. Escobar Briones, se destaca la visión institucional de la Universidad de acreditar y certificar nacional e internacionalmente los procesos y las actividades específicas que se hacen en las entidades y en el caso específico de la UASA, reconoció el esfuerzo de los integrantes de la misma para la consecución de ese logro.

Y particularmente, refiere que los problemas de la zona donde se ubica la unidad Puerto Morelos del ICMyL, son el cambio climático, el sargazo, el desarrollo costero y la destrucción de manglares. “Hay que medir lo que está ocurriendo en los mares y en la atmósfera”, sentenció.

En ese sentido, el Maestro en Oceanografía Física, Edgar Escalante Mancera y el Maestro en Ingeniería en Electrónica, Miguel Ángel Gómez Reali, quienes son los responsables directos del SAMMO, declararon a Por Esto! de Quintana Roo, que dicho certificado que tiene una validez del 6 de septiembre de 2018 al 5 de septiembre de 2021, tiene el alcance de la medición de las variables meteoceanográficas como son temperatura y humedad relativa del aire, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento, precipitación pluvial, radiación solar, radiación PAR (fotosintéticamente activa), salinidad y temperatura del mar.

“Nuestros esfuerzos principales están basados en obtener información medible, trazable, rastreable y de confianza de variables meteorológicas y oceanográficas que tienen como finalidad, apoyar a los compañeros académicos a cumplir con los objetivos de nuestra Universidad”, explicó Edgar Escalante Mancera como responsable del servicio que ya es operado bajo la norma internacional.

Con ella, también generan servicios de batimetría para análisis de corrientes y oleajes, los cuales pueden ser contratados por la iniciativa privada o el sector gubernamental para los fines que requieran, bajo un convenio con la UNAM.

Por su parte, Miguel Ángel Gómez Reali, quien se encarga de la parte electrónica para lograr la recopilación de la información, mencionó que el SAMMO, realiza mediciones meteorológicas y oceanográficas, emitiendo resultados confiables, verídicos y rastreables, mediante el uso de equipos de medición adecuados, verificados y/o calibrados continuamente.

De este modo, el Dr. Marco Antonio Villanueva Méndez, que además de jefe de la UASA es quien encabeza la directriz de los trabajos que realiza el SAMMO, destacó que se cuenta con el personal académico continuamente capacitado para así satisfacer consistentemente las necesidades y expectativas de los usuarios con la calidad y confiabilidad del servicio, manteniendo el compromiso de mejorar continuamente la eficacia del Sistema de Gestión de la Calidad implementado.

El SAMMO no da pronósticos meteorológicos

Al preguntar sobre los alcances de la información que se logra con el Servicio Académico de Monitoreo Meteorológico y Oceanográfico, Edgar Escalante Mancera dejó en claro que los esfuerzos no es hacer pronósticos, pues para eso está la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Marina (Semar), entre otras instancias.

Sin embargo, destacó que “lo que nosotros hacemos, es registrar los eventos que suceden en nuestro entorno y para ello, el SAMMO cuenta con una caseta meteorológica y oceanográfica que está dedicada en tiempo completo a almacenar la información, misma que está disponible para los académicos tanto dentro como fuera de la UNAM, así como para el público en general”.

La certificación del Servicio Académico de Monitoreo Meteorológico y Oceanográfico es muy relevante y da un marco de referencia para la evaluación continua de la calidad de las métricas para la investigación en áreas como cambio climático, y representa un apoyo para la toma de decisiones de las autoridades competentes.

Es decir que las métricas se relacionan, en este caso, con aspectos como la temperatura del mar y la presión atmosférica en esta zona del Caribe Mexicano y pueden servir para conocer los efectos del cambio climático en los diversos ecosistemas.

Es por ello que Escalante Mancera mencionó que para el gobierno, esta información es de suma importancia para las tomas de decisiones a futuro porque más que decir qué va a pasar (antes del evento), con la información que se logra capturar, les permite trabajar y atender la situación, es decir, “saber con la historia qué podemos hacer”.

De esta manera, resaltó que dentro de la peculiaridad que tiene el SAMMO, es que son un servicio que puede mantener de forma preventiva y correctiva todo el sistema gracias a que cuentan con un ingeniero en electrónica, pues “así como nosotros trabajamos en el mar y la parte del esfuerzo de la oceanografía para meter la información, procesarla y analizarla, requerimos fuertemente del apoyo de un especialista en electrónica para la instrumentación”.

La certificación ISO-9001-2015

En torno a la certificación y al reconocimiento de calidad UNAM, el responsable operativo del SAMMO dijo que el trabajo lleva muchos años y que uno de los que lo iniciaron fue el Maestro en Ciencias Francisco Ruiz, que fue de los primeros que gestionó la adquisición de datos atmosféricos, pero “él ya se jubiló y nosotros seguimos con los trabajos”.

Mencionó que hoy en día, casi después de 20 años, “tenemos un registro de las más importantes y relevantes variables que han sido útiles para la investigación que se hace, pues aquí se resguardan y se tienen datos históricos y la información que más éxito se ha tenido y resguardado es la temperatura del mar, que es un indicador general para el tema del cambio climático y esto se ha usado en otros laboratorios”.

“Desde septiembre del 2017 hasta la fecha, la información está bajo un sistema de gestión de calidad con estos protocolos, pues el servicio cuenta ya con una certificación ISO-9001-2015 y el alcance de esta, es la obtención de datos de calidad de las variables mencionadas tanto atmosféricas como oceánicas”, dijo Escalante Mancera.

Agregó que “esto nos ha permitido dar un mejor servicio y tener datos de confianza y de calidad para todos nuestros usuarios, que principalmente son la gente que está trabajando con nosotros dentro del Instituto, y los externos como iniciativa privada, gubernamental y no gubernamental, a quienes se les brinda el servicio de la misma manera porque el dato es gratis y libre, simplemente hay que hacer un proceso de solicitud de la información y se les entrega bajo un pequeño esquema de reporte”.

Destacó que toda esta información se almacena constantemente, son datos tomados minuto a minuto y a partir de ahí, pueden hacer un análisis ya mucho más sofisticado.

“El servicio a la hora de estar dentro de un sistema de gestión de calidad, tenemos que cumplir con ciertos requisitos que nos pide la norma y eso nos permite mantener los sensores calibrados y trabajando en su mejor funcionamiento y es esto lo que nos permite tener hoy en día, un certificado de calidad UNAM de igual manera que el ISO-9001-2015”, recalcó Miguel Ángel Gómez Reali.

Al mismo tiempo, resaltó que parte de la adquisición de los datos se efectúa mediante sensores de calidad científica y “adquirir estas variables es parte de mi función y la programación para traducir qué está pasando con estos sensores e interpretarlos como una variable física para lograr la respectiva conversión y todo esto, es parte importante del sistema de gestión de calidad”.

Información en tiempo real

Todo se queda resguardado y dentro de la página que tenemos, ahí viene una imagen donde pueden ver el día a día de cómo van estas variables.

Esta información se puede usar y es muy útil para los prestadores de servicios y más para los que están en Puerto Morelos, quienes tienen la oportunidad de estar monitoreando, casi casi, en tiempo real el estado del mar, la velocidad y dirección del viento, las condiciones de la temperatura y esto les da mucho más información para su toma de decisiones.

Información tras el paso del huracán “Wilma”

Dentro de las labores destacadas por el SAMMO, que mide también oleajes y corriente, se destaca la información obtenida tras el paso del huracán “Wilma” en octubre del 2005.

“Ahí medimos la energía del oleaje, la altura tanto afuera del arrecife como adentro, lo que demostró el servicio que además brinda el arrecife como protección costera”, afirmaron los investigadores.

Indicaron que en un trabajo que se hizo, se demostró cuánta energía generaba el oleaje causado por el huracán afuera del arrecife y cuánta se disipaba adentro.

“A grandes cálculos, hicimos un ejercicio para conocer a partir del tiempo que duró el paso del huracán ‘Wilma’ con toda esta nomenclatura de olas máximas donde calculamos 24.5 bombas atómicas como la Little Boy, que fue el nombre con que se bautizó a la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945”, explicaron.

Sostuvieron al sacar la energía en ese tiempo y con relación a dentro del arrecife, solo obtuvieron 2.5 (bombas), lo que demuestra la gran diferencia y la importancia del arrecife como protección contra este tipo de fenómenos.

Dijeron que con el tema de la altura de las olas, también había una diferencia porque el equipo que tenían afuera, midió oleaje afuera del arrecife con altura de casi 14 metros que fue la parte más extrema del evento y en ese mismo momento, dentro de la laguna se midieron alturas de dos metros.

“Toda esta fuerza destructiva del oleaje la disipó el arrecife en función de turbulencia, energía, ruido y demás, por eso el cuidar los arrecifes es de suma importancia”, resaltó el Dr. Villanueva Méndez.

E insistió que el arrecife no solo es un lugar bonito para ir a visitar y ver los pececitos de colores, sino que es realmente un protector y amortiguador en caso de huracanes, porque frena esa energía y ese oleaje destructor que en un momento dado puede causar estragos en la costa.

“El valor del arrecife se puede ver desde cualquier ángulo, pues es uno de nuestros tesoros invaluables, ya que así como es una barrera que protege o permite una protección costera, también es uno de los proveedores de nuestras playas, tiene toda una serie de explicaciones el porqué es importante mantenerlo en el mejor estado”, concluyeron.