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Durante la tarde de este martes, las encendieron las alarmas en la carretera Progreso-Mérida por un incendio que comenzó en un perímetro menor y casi termina saliéndose de control, ameritando un operativo a cargo de elementos policiacos y bomberos.
El suceso ocurrió alrededor de las cuatro de la tarde, cuando trabajadores de la zona industrial se dieron cuenta de la humareda que salía desde las áreas verdes del kilómetro 33 de este tramo, por lo que surgieron las llamadas de emergencia al 911.
En cuestión de minutos, se ameritó cerrar momentáneamente el carril de baja velocidad para estacionar una unidad de la estación de rescate y auxilio de los bomberos, esto a fin de comenzar a sofocar la lumbre que comenzaba a tomar rumbo al Parque Eólico de la zona.
Por fortuna, el conato logró apagarse en aproximadamente treinta minutos mediante la intervención de un par de elementos de la estación de la SSP, esto mientras los agentes de tránsito prevenían a las decenas de conductores que entran al puerto durante el horario vespertino.
En consulta con uno de los bomberos, se indicó que se desconocieron las causas del incendio, por lo que se procedió antes de partir, a realizar una ronda de inspección por el área. En este segundo semestre del año, es la séptima vez que se registra fuego en los últimos kilómetros de la carretera.
A pesar de que los incendios han disminuido hasta en un 40% desde la entrada de los “frentes fríos” se sigue manteniendo vigilancia por cuenta de las dependencias respectivas. En épocas de calor intenso, las causas que suelen originar estos conatos son las colillas de cigarro, la quema de basura y el llamado “efecto lupa”, que ocurre cuando un envase de vidrio hace combustión con el calor del Sol.
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AA
