Luis 'Pumita' Fuente, una de las grandes promesas del boxeo en Yucatán

Gorocica se retiró con un récord de 31 peleas, con 26 ganados, 15 por la vía del cloroformo.
martes, 29 de diciembre de 2020 · 10:23

Recordar a Luis Fuente Gorocica, mejor conocido como El Pumita, es hablar de un pugilista fino, de buena pegada, quien en su momento fue una de las grandes ilusiones locales para terminar con una sequía de muchos años sin Campeonato del Mundo, pero que al final se quedó cerca de hacerlo.

El deporte de los puños es uno de los que más glorias han dado a nuestro Estado, con 7 Campeonatos del Mundo, pero que en los últimos años se ha venido a menos, ya que se ha estado muy lejos de esos primeros sitios a nivel nacional e internacional a los que llegara antaño. Pumita fue parte de una generación de púgiles locales que entre las décadas del 80 y 90 buscaron obtener un título Mundial.

Luis Armando reconoció que le faltó más ímpetu para lograr trascender más allá, esto aunado a los problemas que acarreó desde siempre con sus puños.

“Estoy muy consciente de que me faltó hambre de ganar, son cosas que no tenía en su momento, no tenía la resistencia adecuada, sobre todo ante los golpes, pero siempre fui disciplinado”, señaló el púgil de 39 años.

Campeón Nacional de peso Pluma, quinto clasificado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), se retiró con un récord de 31 peleas, con 26 ganados, 15 por la vía del cloroformo, 4 derrotas, 2 de ellos por nocaut, y un empate; además de disputar un Campeonato del Mundo.

“Tuve un gran problema que me persiguió casi toda mi carrera, la inflamación de mis puños, cuando comenzaba a pegar en las peleas se inflamaban mis nudillos y el dolor era insoportable”. “Esto era terrible para mí, ya que durante las peleas el dolor era insoportable, prefería que me pegaran a golpear, ya que me dolía menos sus golpes, esto me ocurrió en cada combate que tuve, siendo este uno de los factores más importantes que me hicieron decidir retirarme en su momento”.

Añadió “mis manos salieron frágiles, se terminaron haciendo mis enemigas, ni modo, así es esto; realmente no me sacó del boxeo la indisciplina, ya que siempre me esforcé en los entrenamientos, aunque sí luche mucho con mi peso, ya que comencé como peso pluma y concluí como wélter”.

A finales de los 90s, el boxeador fue un gran prospecto, sobre todo después de que en el 2000 tuvo la oportunidad de tirar guante con el filipino Luisito Espinosa.

El sábado 8 de abril, el tigre asiático subió ante el “pumita yucateco” quien serviría como su sparring, aunque era el compromiso más importante del local en su entonces corta historia.

Al respecto, el cronista de boxeo Juan Carlos Gutiérrez, comenta “fuerte, rápido de manos y con una pegada no anestésica al primer impacto, pero sí de respeto, le cayó al filipino con golpes de todos ángulos, viéndose siempre mejor, vivo, rápido de piernas, oportuno en sus desplazamientos y en su golpeo; con mucha clase y educación, pues nunca se avorazó, ni ridiculizó a Espinosa, lo superó en todos los 3 rounds que duró el guanteo, que no llegó al límite previsto a petición de la esquina de Luisito”.

Pero la oportunidad de su vida llegó el 11 de septiembre de 2002, cuando peleó por el título del mundo de la FMB, ante el británico Michael Brodie, en pelea realizada en el Reino Unido, la cual perdió por decisión.

“Desgraciadamente tuve que bajar 15 kilos en poco tiempo para poder dar el peso, lo que me terminó afectando, perdí la pelea por decisión, me faltó dar el extra para ganar, yo siento que la pelea fue cerrada, aunque la puntuación decía otra cosa”.

Actualmente vive de manera decorosa y tranquila, aunque sin grandes lujos. Tiene un taxi y trabaja en una cocina económica con su mamá; del boxeo sacó su casa y algunas propiedades, aunque no le dio para vivir de los golpes.

“El box es una profesión complicada, hay que entregarse completamente a los entrenamientos, obedecer todo lo que te dice tu mánager y tratar de llevar una vida muy recta, derecha y alineada con el deporte”.

Entre sus combates más importantes estuvo el que tuvo ante Humberto Zorrita Soto en Las Vegas, Nevadas, Estados Unidos, el 12 de septiembre de 2003, donde perdió por decisión, y, donde a decir del yucateco, todo se fue al traste por la inflamación de sus puños desde el tercer episodio.

“Todo tiene un principio y un fin, hay que aprovecharlo mientras dure, yo ya no pude seguir adelante, mis últimas 3 peleas me fueron convenciendo de que ya no había futuro para mí dentro del deporte”.

Por último, el exboxeador recordó uno de sus peores momentos, el cual sucedió el 8 de abril de 2005 en Houston, Texas, Estados Unidos, en la que fue su penúltima pelea.

Aquella noche, ante Julio Cesar García, sufrió el peor nocaut de su carrera, cuando le “apagaron las luces” con un contundente derechazo, por el cual no recuerda varias horas de su vida.

“Fue un tremendo golpe, no recuerdo ni como me lo dieron y mucho menos que paso después, no recobré la conciencia, a pesar de estar despierto, hasta varias horas después cuando ya estaba en el carro”. “Sé, porque me lo contaron, que respondí sus preguntas al médico, además cobré el contrato y firmé de conformidad, me bañé, salimos de donde estábamos, pero nada de eso recuerdo, realmente se sintió muy feo”.