Anexos en Campeche no ofrecen tratamiento médico especializado en adicciones: SSa

La Secretaría de Salud de Campeche asegura los anexos no brindan el tratamiento médico adecuado para combatir las adicciones
miércoles, 8 de febrero de 2023 · 08:19

Aunque la Ley de Salud Mental y Adicciones establece que la persona con adicción tiene derecho a no ser sometido a medidas de aislamiento, contención coercitiva o cualquier práctica que constituya tratos crueles, inhumanos o degradantes, y en su caso ser sujeto a medios para atenuar el escalamiento de crisis, actualmente 33 anexos continúan en funcionamiento en Campeche bajo un esquema que no garantiza la efectividad de la recuperación de los consumidores de sustancias nocivas para la salud, e incluso algunos violan derechos fundamentales como el acceso a la salud y a libertad de expresión.

Manuel Moreno Martínez, subdirector de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud, expuso que los anexos no son considerados una institución médica, ya que no ofrecen un tratamiento especializado en medicina y su uso no está requerido por la enfermedad, sino por una necesidad social, ya que las familias usan estos espacios prácticamente para deshacerse de sus miembros con esa problemática sin perder contacto con ellos, incluso comparó a estos sitios con la función que tienen las guarderías o residencias para adultos mayores.

Además, de acuerdo con José Luis Reyes Farfán, titular del Consejo Estatal contra las Adicciones, en la Entidad por cada 10 hombres siete mujeres consumen alcohol, por lo que durante el 2022 el Sistema de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Farmacodependientes (Sannafarm) Vida Nueva, atendió a 360 personas, entre ellas un niño de 12 años quien según el último reporte presentó recaída tras salir de este sitio. Además, del total de pacientes atendidos 36 casos corresponden sólo al poblado de Lerma y 14 al municipio de Escárcega.

Neyda Sosa Cauich, responsable de Sannafarm, expuso también que entre las principales sustancias consumidas en la Entidad se encuentran el alcohol, tabaco y mariguana.

Agregó que con la modificación a la Ley de Salud Mental y Adicciones, a partir de septiembre del año pasado quedó limitado el internamiento de pacientes a 21 días en este espacio, ya que es el tiempo que la Conadic considera necesario para  la desintoxicación; posteriormente reciben tratamiento intensivo ambulatorio hasta completar tres meses, sin embargo, hasta ahora sólo el 50 por ciento ha dado seguimiento constante, por lo que han tenido que ponerse en contacto con el paciente o familiares para saber los motivos.

El presidente del Colegio de Psicólogos de Campeche, Luis Miguel Miguel López Cuevas, consideró que para una desintoxicación completa 21 días no son suficientes, ya que esto lleva por lo menos de tres a seis meses.

Además, los castigos a los que son sometidos los usuarios en algunos anexos no funcionan como medida para la rehabilitación, y aclaró que no todas las personas que entran por adicción llevan el mismo tratamiento, pues cada uno tiene diferentes situaciones personales y físicas con base en el tipo de sustancias consumidas, así como la cantidad de tiempo que lo hizo; aunado a ello, el avance debe avalarse a través de análisis clínicos y otros procedimientos.

Consideró que muchas veces las personas no saben qué hacer ante el problema de alcoholismo y drogadicción, es por ello que recurren a los anexos, sin embargo, indicó que antes de ingresar a sus familiares es importante investigar sobre las condiciones en las que se encuentran, si posee personal capacitado y la forma en la que trabajan en busca de la rehabilitación.

“Dentro del Colegio de Psicólogos estamos pugnando porque la gente pueda entender que no cualquier persona que estudia un diplomado en terapia ya es terapeuta. Se atiende a la salud mental cuando no se tiene la formación, y muchas veces esto pasa dentro de los centros de rehabilitación, la gente que está contratándose no son psicólogos certificados con cédula profesional”, expresó.

Consume alcohol y drogas desde los 11 años

E.S. inició el consumo de alcohol a los 11 años por imitación y curiosidad. Su problema se agravó luego de que sus padres se separaran y sufriera carencias tanto afectivas como económicas; nunca tuvo un pastel de cumpleaños o un feliz Día de Reyes, señala.

En entrevista, confesó que durante prácticamente 30 años ha consumido alcohol, por varios años también mariguana y otras sustancias, por ese motivo ha estado cerca de 10 veces internado en anexos, ya que al salir tarda algunos meses sin consumir, pero de nuevo recae.

De acuerdo con el documento Lineamientos para el Reconocimiento y Ratificación de Establecimientos Residenciales de Tratamiento de Adicciones 2021-2022, el modelo funciona con un grupo de Ayuda Mutua que según la NOM 028, es la agrupación que ofrece servicios, integrada por adictos en recuperación, cuyo propósito fundamental es apoyarlos con base en la experiencia compartida de los miembros del grupo, para lograr la abstinencia de sustancias psicoactivas, además de que los establecimientos pueden o no tener profesional de psicología. En ese sentido, los anexos funcionan bajo este esquema de atención.

E.S. relató que su estancia en estos lugares ha sido “un verdadero infierno”, ya que primero lo ingresaron en contra de su voluntad por un periodo mínimo de cuatro meses, “pero la peor parte es cuando recaes, ya que aplican castigos en cinco niveles de acuerdo al número de reincidencias que presente”.

“A mí me castigaron con 12 horas parado, luego una junta de ayuda donde todos te gritan y te insultan, pero tú no puedes hablar porque si lo haces te aumentan el castigo. Luego te mandan a un cuarto frío separado de las demás personas durante 15 días”.

“En otra ocasión me pararon 100 horas, no puedes dormir, te ponen a un guardia que te pega con tablas para que no te duermas, sube el nivel del castigo si te escapas o si recaes. Además de que ya no te dan servicio, que ahí se ve como un privilegio, eso se refiere a que puedes realizar alguna actividad como lavar trastes, trapear, barrer, lavar baños o acomodar mesas y sillas”, explicó. 

Tras comentar que existen periodos de cuatro meses, seis meses y hasta un año, comentó que lo peor de todo es estar encerrado sin saber nada de tu familia y saber que fueron ellos precisamente los que te ingresaron en ese lugar sin saber que no existen condiciones de salud adecuadas, ya que deben todos usar el mismo rastrillo para afeitarse, pese a que ingresen personas con VIH.

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