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Habitantes de la comunidad de Chemblás, perteneciente a la Junta municipal de Hampolol, acusan mala planeación en el desagüe que serviría para evitar que la comunidad se inundara.
Chemblás es una comunidad de 600 habitantes y se ubica a 23 kilómetros de la capital campechana.
En este sitio, de manera histórica se han registrado diversas inundaciones, desde la ocurrida con los huracanes “Gilberto” en 1988, “Opal” y “Roxana”, en 1995, Isidoro en el 2002, y las más recientes con las tormentas tropicales “Amanda” y “Cristóbal” de 2020.
El poblado se encuentra un metro bajo el nivel del mar y la cercanía del Río Verde han agravado la problemática, pues la falta de mantenimiento del caño y la mala infraestructura hacen de este punto uno de lo más propensos a inundarse con una simple lluvia de temporada.
En junio del año pasado, cuando las tormentas “Amanda” y “Cristóbal” azotaron, aunque la comunidad no registró precipitaciones considerables, el ascenso del agua de lluvia que utiliza el Río Verde incrementó su nivel y propició que se desborde.
Por el derrame, el acceso principal empezó a registrar láminas de agua que, si bien no impedían el paso de las motocicletas y autos, sí representaban un peligro para quienes lo intentaban ya que empezó a reblandecer la carpeta asfáltica y en menos de dos días estaba destruida por completo.
Luego, el agua alcanzó niveles arriba del metro y medio, el transporte público dejó de transitar, las familias quedaron incomunicadas y se suspendió el suministro de agua potable.
Los escurrimientos dañaron más de 50 hectáreas de cultivo, además de que las siembras no se pudieron comercializar debido a que no tuvieron cómo salir de la comunidad
El temporal coincidió con la visita del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a la Península en una gira realizada por Campeche, Yucatán y Quintana Roo, donde verificaría los avances del Tren Maya.
Durante su traslado vía terrestre hacia Mérida, el mandatario se detuvo en el puente Xkuncheil, ubicado en Hampolol, donde un grupo de pobladores, al ver al presidente; uno de ellos, de nombre Gonzalo Escamilla, le externó el difícil momento que atravesaban en Chemblás y el presidente se comprometió a atender la situación.
Cuatro meses después, el Gobierno de México anunció a través de instancias estatales la construcción de un desagüe que agilizaría el paso del agua causado por los escurrimientos del Valle de Edzná y los municipios de Hopelchén y Calakmul, obras que iniciaron el 15 de octubre y donde participaron elementos de la Guardia Nacional (GN), Secretaría de la Defensa nacional (Sedena), pobladores de Hampolol, así como personal del Ayuntamiento y del Gobierno del Estado.
De acuerdo con la información emitida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en conjunto con la Sedena, se realizaron 174 metros lineales y ocho metros de ancho, considerando que se construyó a ras de suelo, es decir, no se realizaron excavaciones.
Cuatro semanas después de los trabajos, el ducto se concluyó; nueve meses después se puso a prueba el funcionamiento de este desagüe sin que tuviera éxito, pues en tan sólo tres días de lluvia se volvieron a registrar escurrimientos en Chemblás y su acceso principal, con lo que quedó en evidencia que la obra fue un fracaso, incluso así lo manifestaron los vecinos.
Yolanda Heredia refirió que tenía la esperanza de que este 2021 las cosas cambiarían una vez concluido el desagüe, pero no ocurrió. “Lo único que veo es que el dichoso caño no funcionó porque en cada lluvia se inunda mi casa. Y eso que no han sido huracanes; imaginen si así fuera”.
Por su parte, Martín Rueda acusó mala planeación en la obra, la que a su parecer no debió haberse realizado, sólo una limpieza del Río Verde.
Ante la escasa información, contactamos a Juan Ortiz, un microempresario que cuenta con cuatro retroexcavadoras y que se dedica a rentarlas a las constructoras locales. Este aseguró que por las dimensiones de la obra calcula una inversión de mas de 200 mil pesos, lo que representó al erario mil pesos por metro cuadrado.
